sábado, 16 de noviembre de 2013


SUICIDIO EN LOS ADOLESCENTES
Por: Sheyla Maribel Pérez Martínez
1ero. B Licenciado en Psicología
Universidad Autónoma de Campeche
REF: ACT012_PSICOB

INTRODUCCIÓN
¿Por qué elegí hacer este tema y no otro? ¿Cuáles fueron las causas que me motivaron para investigar sobre el Suicidio y no otro tema? Creo que todas las razones se pueden resumir en una sola idea: el tema es preocupante y es necesario abordarlo. Es cierto que los otros temas también eran de interés, pero este me llamó más la atención debido a lo fuerte que resulta un suicidio. Mi definición inicial era la autoeliminación, pero ciertamente, llegue mucho más allá que eso. De eso trata este trabajo, de un estudio mucho más detallado del suicidio y principalmente el Suicidio en los adolescentes en la ciudad de Campeche.
Ahora bien. ¿Qué es el Suicidio?
Definiciones se podrían sacar de muchas líneas que tratan sobre este -a mi parecer- interesante problema que afecta a la población mundial... La definición que me interesa dar por el momento es una de las más básicas, que extraje de un sociólogo francés llamado Emile Durkheim. Según Durkheim, el Suicidio es toda muerte que resulta mediata o inmediata de un acto positivo o negativo realizado por la misma persona. Textualmente señala: “Hay Suicidio cuando la víctima, en el momento en que realiza la acción, sabe con toda certeza lo que va a resultar de él.”
... De inmediato van surgiendo términos como víctima. ¿Víctima de qué? Quizás pude estar hilando muy fino pero es total y absolutamente conocido que las personas o víctimas que cometen acto de suicidio (independiente si lo logran o no) no están bien psicológicamente. ¿Razones? Muchas. Demasiadas y no todas están del todo claras. ¿Causas que producen el acto suicida? Son aún más pero todo depende del punto de vista con que se mire este tema. La Iglesia lo asocia a una falta de fe, por ejemplo; pero la sociología y autores como Durkheim buscan ligar más estos actos a causas relacionadas con el medio que rodea al individuo realizador de estos actos... La medicina (psiquiatría, psicología, neurología, etc.) tiene otras causas.
De todo lo que he leído sobre el Suicidio, no me interesa en escribir ni analizar en profundidad la postura de la Iglesia ante la autoeliminación. No así la importancia de las propias creencias que tiene el individuo que comete o intenta suicidarse. No es que tenga un problema de religión, es simplemente que creo que condenar el suicidio como lo ha hecho la Iglesia Católica durante siglos no es un buen camino para ayudar a estas personas que buscan el suicidio como salida. Solo eso.
Volviendo a la visión del sociólogo Emile Durkheim, quiero aclarar que su ensayo sobre el Suicidio no sólo habla de factores sociales que influyen en el Suicidio sino que los clasifica en tres grandes tipos. Eso lo veremos en las siguientes páginas.
Pero al punto de vista que estará enfocado principalmente este informe, será al Suicidio desde un punto de vista psiquiátrico, sus características, trastornos en la adolescencia que son causantes del suicidio... También vendrán un par de textos escritos por otros psiquiatras enfocados al suicidio en adolescentes. Y finalmente algunas cosas interesantes que encontramos en internet, destacando por ahora un escrito muy conmovedor...
Digamos entonces que de eso tratará mi trabajo. La información ya está, las herramientas también, solo falta comenzar a leer.

BREVE RESEÑA HISTÓRICA DEL SUICIDIO

En la Europa Antigua, sobre todo durante el Imperio Romano, el Suicidio se consentía e incluso era considerado un acto honroso. Los antiguos romanos, bajo la influencia del estoicismo, admitían muchas razones legítimas para su práctica. El filósofo romano Séneca lo ensalzaba como el acto último de una persona libre.
Sin embargo, para San Agustín, el suicidio era un pecado.
Varios de los primeros concilios de la Iglesia cristiana decretaron que a aquellos que cometieran suicidio no se les podría aplicar los rituales ordinarios de la Iglesia tras su muerte. En la Edad Media, la Iglesia Católica Romana condenó expresamente esta práctica. En las legislaciones medievales se ordenaba la confiscación de todas las propiedades del suicida y el cadáver sufría todo tipo de humillaciones.
Actualmente, el suicidio, está condenado en las religiones cristiana, judía e islámica.
En 1897 Emile Durkheim postuló que el suicidio era un fenómeno sociológico, como resultado de una falta de integración del individuo en la sociedad, más que un puro acto individualista. Sin embargo, la tendencia actual considera el suicidio desde un punto de vista más psicológico en un lugar de una perspectiva moralmente colectiva.

EL SUICIDIO SEGÚN EMILE DURKHEIM (SOCIOLOGÍA)

La primera contribución importante al estudio del problema del Suicidio fue realizada a finales del último siglo por el sociólogo francés Emile Durkheim. En un intento de explicar los patrones estadísticos, dividió los suicidios en tres categorías sociales: Egoísta, Altruista y Anómico.
El Suicidio Egoísta comprendía a aquellas personas que se suponía que no habían estado sólidamente integradas en ningún grupo social. Podía utilizarse la integración familiar o la falta de ella para explicar por qué los no casados eran más vulnerables al suicidio que los casados y por qué los matrimonios con niños era el grupo más protegido. Las comunidades rurales tenían una mayor integración social que las urbanas y por tanto menos suicidio. El protestantismo era una religión menos coherente que el catolicismo, y, en este caso, los protestantes presentaban una tasa de suicidio más elevada que los católicos.
Según Durkheim, la única diferencia entre católicos y protestantes es que el segundo grupo admite el libre cuestionamiento con mayor libertad que el primero. Y va más allá al decir que el catolicismo concede al pensamiento y a la reflexión un menor espacio que el protestantismo, o sea, lo que busca es reinar sobre las conciencias. El protestante es más autor de sus creencias, la Biblia se deja en sus manos y ninguna interpretación de ella se le impone, esto hace más sensible el invidualismo religioso. En conclusión, lo vuelve un ser más egoísta.
Lo anterior da para pensar entonces que quizás la solución a la problemática que plantea este sociólogo es llenar o copar al máximo la capacidad de reflexión interior del individuo con pensamientos colectivos o de creencias para que así no piense tanto en sí mismo. El individualismo que ha ido creciendo con fuerzas a lo largo del tiempo está provocando una excesiva reflexión y decisión por parte de las personas, que en parte es buena, pero también es considerada como una de las causas de este tipo de suicidio.
Una de las grandes conclusiones de E. Durkheim sobre el Suicidio Egoísta es que mientras más numerosos y fuertes son los estados colectivos, más fuertemente está integrada la comunidad religiosa y más virtud preservativa tiene ésta. Pero lo importante no son los dogmas y ritos en sí, sino que éstos sirvan por su naturaleza para alimentar una vida colectiva de suficiente intensidad. Entonces queda claro que la religión no preserva el suicidio sino que es la actividad colectiva quien ayuda a contrarrestar este tipo de suicidio.
Lo fundamental del Suicidio Egoísta es que se caracteriza por un sujeto que pierde toda clase de interés con lo que le une a la vida. Debido a esto Durkheim, establece que la relación que une al Suicidio Egoísta con el grado de desintegración social es inversa. Dado que el Suicidio Egoísta es el más frecuente en nuestras sociedades -según este sociólogo- es evidente que el grado de desintegración social es bastante. Vivimos en un tiempo en que priman los intereses individuales, quizá por la falta de tiempo cada vez es menor el grado de cohesión entre personas, salvo en entornos muy cerrados, como puede ser la familia (no siempre y cada vez menos). Este suicidio proviene de una individualización excesiva.
El Suicidio Altruista es, el contrario del suicidio egoísta. Este suicidio representaba el grupo cuya tendencia al suicidio procedía de su excesiva integración en un grupo. E. Durkheim pensaba que este tipo de suicidio podría haberse esperado en algunas clases de la sociedad japonesa. También, nombra como ejemplo al ejército donde la conciencia del deber y la integración en el grupo (pequeña sociedad) es mucho mayor que en otros grupos sociales. El Suicidio Altruista es menos frecuente, lo cual es lógico ya que hoy día el pensamiento individualista es mucho más fuerte que el colectivo.
Y el Suicidio Anómico es que se produce cuando un trastorno en el equilibrio de la integración de la persona con la sociedad le deja sin sus normas de conducta habituales. La anomia podría explicar la mayor incidencia de suicidio entre los divorciados en comparación con la de los casados y la mayor vulnerabilidad de los que han sufrido cambios drásticos en su situación económica.
Este suicidio es propio de las sociedades desarrolladas y supone situaciones de desorden. Desordenes entre el individuo y la sociedad con que se relaciona que pueden causar verdaderos estragos. Supone, además, una pérdida de la propia identidad, los valores tradicionales se desmoronan. 

EL INTENTO DE SUICIDIO (Ideas Generales)

La Suicidalidad es un concepto que da cuenta de una amplia gama que incluye ideadores, intentadores y consumadores de suicidio. Pueden considerarse al menos tres dimensiones combinadas de una u otra forma en presencia de un comportamiento suicida:
· La Detención y suspensión definitiva de la conciencia y la muerte.
· La Irrupción con suspensión transitoria de la conciencia para dejar de sentir.
· Como Señal de Llamada para influir y movilizar a terceros.
El Suicidio es la muerte ocasionada intencionalmente.
Las tentativas de suicidio, entendiendo por tal cualquier comportamiento autolesivo, son variadas en su motivación, letalidad y recurrencia. Entre los factores más importantes asociados al suicidio está la presencia de enfermedad mental (especialmente enfermedades afectivas, trastorno de personalidad y el abuso de sustancias), historia de suicidalidad familiar, eventos estresores significativos, enfermedades físicas progresivas, disponibilidad de armas de fuego, etc. Las causas psiquiátricas más corrientes de intento suicida son la depresión, la personalidad anormal, la esquizofrenia y el abuso de sustancias.


* Evaluación del paciente suicida

Es difícil por las emociones en juego y las consecuencias que lleva consigo predecir correctamente si una persona intentará o repetirá el intento. Los factores asociados ya mencionados y los indicadores de riesgo si bien sirven como orientadores de menos a mayor riesgo, no descartan cierto margen de error. Averiguar antecedentes a los familiares y acompañantes así como divulgarles la ideación suicida posteriormente, no debiera ser impedimento para crear una atmósfera de intimidad, acrítica y empática, focalizada en la Suicidalidad.

EL SUICIDIO DESDE UN PUNTO DE VISTA PSIQUIÁTRICO

* EL ESPECTRO SUICIDAL

La Suicidalidad puede comprenderse como un espectro que abarca a las ideas y deseos suicidas (ideación suicida), las conductas suicidas sin resultado de muerte (intentos suicidas) y los suicidios consumados o completados. Si bien existen importantes diferencias demográficas entre quienes intentan suicidarse y quienes lo consuman (los primeros tienden a ser mayoritariamente mujeres jóvenes y los segundos varones de mayor edad), se considera que estos grupos conforman un continuo de creciente severidad y riesgo. Se ha demostrado que toda forma de suicidalidad conlleva un riesgo incrementado a morir por suicidio. Algunos psiquiatras han estimado que en pacientes hospitalizados que quienes son ideadores, amenazadores e intentadores de suicidio evidencian respectivamente, 30, 35 y 40 veces mayor riesgo de autoinfligirse la muerte.
Tanto la ideación como los intentos de suicidio son heterogéneos. Así, las ideas suicidas pueden abarcar desde pensamientos de falta de valor de la vida a la planificación de un acto letal, pasando por deseos más o menos intensos de muerte o fantasías de suicidio. Las conductas de autodaño pueden abarcar desde gestos comunicativos sin intención definida de muerte, hasta tentativas tan severas que constituyen verdaderos suicidios frustrados. Últimamente se ha propuesto la categoría de “intento abortado”, definido por la presencia de intención suicida, en que la ejecución del acto es interrumpida sin consecuencias médicas o daño físico. Se ha reportado una elevada frecuencia de intentos abortados en pacientes psiquiátricos, los que se asocian a intentos efectivos y deben ser considerados una señal de riego autolítico.
La suicidalidad (ideas e intentos suicidas) puede adoptar diversos cursos. En sus polos extremos, puede distinguirse una suicidalidad ocasional o aguda y una suicidalidad crónica. La primera suele presentarse asociada a cuadros como trastornos del ánimo o esquizofrenia; la segunda es característica de trastornos severos de la personalidad como el limítrofe. Una forma intermedia o episódica puede observarse en pacientes con trastornos psiquiátricos recurrentes o crónicos con agravaciones episódicas.

* FACTORES DE RIESGO SUICIDA

Los factores de riesgo suicida más relevantes para los psiquiatras son la existencia de antecedentes de conducta suicida previa o actual y la presencia de alguna patología psiquiátrica que confiera vulnerabilidad Suicidal. Estas mismas son las circunstancias principales que demandan una estimación de riesgo por parte del médico. Otras características señaladas -como por ejemplo sexo masculino, adultez o edad avanzada, soltería, viudez o separación, desempleo, enfermedades médicas de evolución crónica y acontecimientos vitales negativos- son poco específicas para ser consideradas por sí mismas como indicadores útiles. Adquieren importancia, sin embargo, cuando se agregan a los atributos principales ya señalados.

* LA SUICIDALIDAD NO FATAL COMO FACTOR DE RIESGO

· El intento suicida

Un intento de suicidio es uno de los fuertes predictores de suicidio. Quienes han efectuado una tentativa presentan un riesgo 100 veces mayor que el de la población general de autoeliminarse. Se estima que eventualmente el 10% pone fin a su vida, y alrededor del 30% de quienes cometen un intento lo reitera en el futuro.

Una forma de expresar el riesgo suicida es mediante tasas estandarizadas de mortalidad (TEM), consiente que divide los casos observados por los esperados para un determinado grupo. Un reciente análisis obtuvo una TEM por suicidio de 38, que es superior a cualquier enfermedad psiquiátrica.
Se ha encontrado que el período de mayor vulnerabilidad al suicidio es el primer año tras la tentativa. Por otra parte, los intentadores exhiben tasas de mortalidad por diversas causas varias veces mayores a las esperadas, así como una evolución clínica comprometida en el largo plazo.
Una historia de tentativas previas es un poderoso predictor de repetición, y su número se asocia directamente a mayor riesgo de reintentos. Antecedentes remotos tales como exposición a conducta suicida en la infancia separación temprana respecto de los padres y una niñez estimada como infeliz también elevan el peligro.
Estudios en nuestro país han identificado un conjunto de variables predictivas de reiteración: tentativa(s) previa(s) al intento índice, un intento índice severo, historia familiar de trastornos por uso de alcohol /sustancias, calificación negativa de la infancia, sentimientos de decepción por la sobrevivencia y un bajo apoyo social. Tras un seguimiento, quienes repitieron tentativas se encontraban significativamente más desesperanzados al intento índice.
La morbilidad psiquiátrica es frecuente en los intentadores. En 127 intentadoras de suicidio, prácticamente todas recibieron algún diagnóstico DSM (Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders). La categoría más frecuente correspondió a los trastornos del ánimo, seguidos por los de adaptación. El 70% presentaba trastornos de personalidad, siendo el tipo límite el más frecuente. Sobre el 50% presentaba trastornos de ánimo comórbidos con trastornos de la personalidad.
Los repetidores conforman diferentes subgrupos, con importancia pronostica y terapéutica. Uno de ellos estaría integrado por repetidores crónicos (“high repeaters”), que reinciden ante cada desajuste psicosocial y cuyo método habitual es la ingestión de sustancias psicotrópicas. Otro segmento lo conformarían sujetos que cometen una seguidilla de tentativas en relación a una situación de conflicto (por ejemplo, dificultades conyugales). Otros psiquiatras han descrito un tercer tipo, constituido por sujetos que efectúan intentos aislados, intercalados por varios años, en relación a crisis interpersonales. La presencia de trastornos de personalidad es generalizada en los repetidores crónicos. Otro signo desfavorable es la ausencia de evaluación psiquiátrica o la interrupción de tratamiento.
La severidad del intento es una variable altamente relevante para el pronóstico suicidal. Se ha demostrado que la severidad del intento -evaluada como intención suicida- se asocia al riesgo eventual de suicidio. Tras cinco años de seguimiento, quienes efectuaron tentativas severas evidenciaron tasas de suicidio dos veces mayores que los otros. Hallazgos concurrentes se constatan en autores de intentos planificados, de elevada letalidad, que involucran métodos violentos o más de uno en forma concurrente. Se ha encontrado que aquellos sujetos que cometieron un intento de letalidad moderada a severa o que llevó una intención suicida inequívoca, presentaron una tasa de suicidio que alcanzó un 21%.
Los sujetos de mayor edad efectúan intentos más severos, y tienen mayor riesgo de autoeliminarse que grupos más jóvenes. Son comunes las recurrencias suicídales, así como las ideas de suicidio y la desesperanza. Estas características le confieren un perfil similar al de quienes cometen un intento suicida exitoso.

(I)           Factores de repetición del Intento Suicida

* Intento(s) suicida(s) previo(s) Sexo Masculino 
* Abuso de alcohol/drogas Edad Mayor
* Trastornos de personalidad Intento Severo
* Antecedentes psiquiátricos Enfermedad Psiquiátrica Actual
* Edad media de la vida Deterioro de la Salud
* Separación conyugal/aislamiento social Deterioro Social
* Desesperanza elevada Trastorno Crónico del Sueño
* Decepción ante la sobrevivencia
* Antecedentes de infancia
*En cursiva factores asociados a repetición fatal

· Las ideas suicidas

La ideación suicida puede considerarse una expresión temprana de vulnerabilidad y abarca desde manifestaciones vagas de poco valor de la vida hasta propósitos autodestructivos más definidos. Puede adoptar una cualidad persistente y asociarse a diversas variables psicológicas como depresión, autoestima baja, etc. Los ideadores de suicidio presentan una elevada prevalencia de patología psiquiátrica, como trastornos del sueño, por uso de alcohol/sustancias, de personalidad y conducta antisocial. Las ideas suicidas se asocian a variables psicosociales y a medio familiar caótico.
Se ha informado frecuencias distintas de ideación suicida en la población general. En estudiantes de medicina Campechanos, un 55,1% ha presentado grados diversos de ideación suicida durante su vida y un 28,6% el año anterior; el 7,1% ha presentado intentos suicidas. También en Campeche frecuencias aún mayores de ideación suicida se han informado en adolescentes. 
Las ideas suicidas son más comunes entre quienes han intentado autoeliminarse, se asocian a la severidad del intento y con a mayor probabilidad de repetición. Al constituir un importante indicador de riesgo, las ideas suicidas deben explorarse cuidadosamente. Debe considerarse que las dos terceras partes de quienes se quitan la vida han comentado previamente su propósito. Tales expresiones pueden ser verbales o no verbales (por ejemplo preparativos, regalar objetos o bienes).

* LOS TRASTORNOS PSIQUIÁTRICOS COMO FACTORES DE RIESGO

La existencia de una enfermedad psiquiátrica es uno de los más sensibles predictores de suicidio. Repetidas investigaciones que han empleado el método de la autopsia psicológica concuerdan en el hallazgo de patología psiquiátricas en la casi totalidad de sujetos que han consumado su propia muerte. Desde los primeros estudios (ver tabla 2), las enfermedades más frecuentemente diagnosticadas en los suicidas son esencialmente tres: Esquizofrenia, Trastornos del Ánimo y Alcoholismo. 
En este informe nos referiremos solo a tres tipos de trastornos psiquiátricos: unipolaridad y bipolaridad, depresiones psicóticas y trastornos del ánimo en la adolescencia. Será a este último al que le daremos un mayor importancia, debido a que nos es bastante cercano ya que nosotros somos adolescentes.

·        Depresiones Psicóticas

La presencia de síntomas psicóticos (psicosis=demencia) se asocian a depresiones ya establecidas severas, y a reincidencias en los suicidios más frecuentes. Esta suicidalidad suele ser particularmente violenta según se ha estudiado. Además, se ha observado tasas más elevadas de suicidio en depresivos psicóticos que no psicóticos, lo que reafirma un exceso de pacientes delirantes en entre los depresivos suicidados. 
¿Qué tan significativa es la relación entre los síntomas psicóticos y las altas tasas de suicidio debido a esta causa? 
El suicidio siempre es realizado bajo la influencia de estados de ánimos poco alentadores, tristes, por decir lo mínimo. Una conclusión inmediata de estos estados de ánimos o pensamientos es que son muy poco objetivos. Ahora bien, si a esas visiones poco objetivas le sumamos una dosis de síntomas psicóticos tenemos un pensamiento absolutamente desviado de la realidad, de una realidad que es mucho mejor huir... ¿Y huir de qué forma? A través del suicidio.
En todo caso, siempre es necesario antes que cualquier cosa, determinar si el factor que produce la suicidalidad en el individuo es una depresión psicótica o una esquizofrenia, ya que de apariencia estas dos enfermedades son muy similares y si no se estudia con detención se puede perjudicar al paciente.
En la siguiente tabla (tabla 4)se menciona los indicadores de riesgo inminente de suicidio en pacientes con enfermedades depresivas y con esquizofrenia.

SUICIDIO EN LA ADOLESCENCIA

* Trastorno del ánimo y suicidio en la adolescencia

Los trastornos del ánimo constituyen el diagnóstico más frecuentemente encontrado en adolescentes suicidas, sumándose el abuso y/o dependencia al alcohol u otras sustancias. Al comprar víctimas adolescentes con jóvenes sanos se obtiene un conjunto de factores de riesgo, incluyendo la depresión mayor, estados bipolares mixtos, abuso de sustancias y trastorno de conducta. Se diferencian, además, en historia familiar (de depresión, abuso de sustancias y conducta suicida), y estrés familiar (discordia con los padres, abuso físico). En adolescentes hospitalizados, las tendencias suicidas se asocian a diversos síntomas depresivos.

(I)           Factores de Riesgo Suicida En Trastornos del Ánimo.

1. - Conducta Suicida Previa; ideación suicida.
2. - Historia Familiar de Suicidio.
3. - Desesperanza elevada; ausencia de reactividad.
4. - Ausencia o insuficiencia de tratamiento psiquiátrico.
5. - Acontecimientos de pérdida.

En adolescentes que ya presentan historia de trastorno del ánimo, el riesgo autolítico se ve incrementado por un episodio depresivo actual, abuso de sustancias, intentos suicidas pasados, historia familiar de depresión, tratamiento con tricíclicos y disponibilidad de armas de fuego. Al comparar adolescentes con ideas e intentos de suicidio versus quienes lo consuman, se encuentra en los últimos una frecuencia mayor de estados bipolares, así como la ausencia de tratamiento psiquiátrico y disponibilidad de armas. Este perfil delinea a un grupo con riesgo extremo de suicidio, con elevada capacidad de lograr la muerte por sí mismos.

* Tentativas y Consumación de Suicidio en Adolescentes

El suicidio de adolescentes ha pasado a constituir un problema importante de salud pública. Su incidencia se ha triplicado en los países occidentales en los últimos treinta años, y está entre la segunda y tercera (12%) de las causas de muerte de jóvenes de 15 a 19 años de edad. Se destacan los aspectos epidemiológicos del suicidio, los factores precipitantes, los métodos autodestructivos utilizados, el significado psicopatológico de la conducta, las características de los adolescentes suicidas y las circunstancias familiares que rodean al hecho.
Los adolescentes llevan a cabo actos suicidas con diferentes métodos. Estos incluyen armas de fuego, medicamentos o venenos, ahorcamiento, salto desde altura, intoxicación con monóxido de carbono, lanzamiento al tráfico vehicular, incineración, asfixia por inmersión, apuñalamiento. En 20 casos de tentativas de suicidios en adolescentes atendidos en el Hospital, el método más utilizado fue la ingestión de medicamentos, especialmente ansiolíticos y neurolépticos.
Entre los factores precipitantes en conductas suicidas en los adolescentes se mencionan las crisis disciplinarias y legales, pérdidas y conflictos interpersonales, exposición al suicidio o conducta suicida de familiares o amigos, acumulación de circunstancias vitales adversas y, en un pequeño número de casos, lecturas sobre suicidio en periódicos o novelas.
Se afirma que la mayoría de las tentativas de suicidio en adolescentes se presentan en ausencia de un trastorno psiquiátrico específico, siendo más bien expresión de problemas psicopatológicos del medio que rodea al sujeto. Estos jóvenes muestran algunas características psicosociales disfuncionales, que incluyen sentimiento de desesperanza, dificultades en el control de impulsos, escasas habilidades sociales de resolución de problemas y modulación afectiva. La desesperanza ha sido correlacionada con la severidad del intento de suicidio. Sólo en 20 a 25% de estos casos se ha encontrado asociación entre tentativas autodestructivas y trastornos psiquiátricos, tales como desórdenes afectivos, conducta antisocial y abuso de alcohol y drogas. Sólo una minoría tiene problemas de adaptación y rendimiento escolar.

 RESULTADOS OBTENIDOS SOBRE EL SUICIDIO.

Si alguien se encuentra en estado deprimido o al borde del suicidio, nuestra respuesta inmediata debe ser ayudar. Ofrecer un consejo, intentar buscar soluciones son un excelente ejemplo de ayuda.
Sin embargo, mejor sería callar y escuchar; las personas que están pensando en suicidarse no quieren oír respuestas o soluciones. Buscan un refugio donde poder expresar sus temores y preocupaciones, para ser ellos mismos.
Hay que saber escuchar y tratar de entender los sentimientos que están llevando a la persona a buscar el suicidio como salida.
Las personas que están al borde del suicidio quieren básicamente tres cosas:

· Que alguien les escuche
· Alguien en quien confiar
· Alguien que se preocupe

PROPUESTA DE PREVENCIÓN DEL SUICIDIO
Diseñar una estrategia de prevención del suicidio que pueda generalizarse a diferentes países es una tarea harto difícil pues a las disimiles características de cada territorio se añaden las propias de la conducta suicida. Por ello se exponen los programas de prevención del suicidio en algunos países y se ofrecen medidas que pueden ser globalizadas y que facilitan la prevención de esta causa de muerte.
Como es conocido, la prevención del suicidio se puede subdividir en tres tipos:
1.    Prevención general que es el conjunto de medidas de apoyo o sostén psicológicos, sociales, institucionales, que contribuyen a que los ciudadanos estén en mejores condiciones de manejar los eventos vitales psicotraumaticos y mitigar los daños que ellos pudieran ocasionar.
2.    Prevención indirecta conformada por el conjunto de medidas encaminadas a tratar los trastornos mentales y del comportamiento, las enfermedades físicas que conllevan suicidio, las situaciones de crisis, la reducción del acceso a los métodos mediante los cuales las personas se pueden autolesionar, etc.
3.    Prevención directa constituida por aquellas medidas que ayudan a abortar o resolver mediante soluciones no autodestructivas, el proceso suicida.
“La falta de tratamiento de enfermedades mentales puede tener consecuencias mortales, por lo que se requiere de voluntad política para cambiar los sistemas y servicios de salud, y que puedan ofrecer programas de rehabilitación apropiados a los pacientes”

CONCLUSIONES

Con este trabajo hemos apreciado lo fuerte que es el Suicidio.
También hemos conocido en profundidad algunos de los factores que lo provocan y las características que tienen las personas al borde del suicidio, que ejecutan el suicidio y que mueren a causa del suicidio.
Nos parece necesario, crear una mayor conciencia en las autoridades para evitar así que la cantidad de suicidio tanto como a nivel nacional como mundial, disminuya. Se han tomado medidas, pero en cuanto a recursos médicos de tipo psiquiátrico principalmente queda mucho por hacer.
Quizás sea difícil acabar con el suicidio en la sociedad actual, pero no por ello creemos que se debe dejar de poner énfasis en campañas que sirvan de ayuda, consejo y apoyo a las personas que busquen el Suicidio como solución a su vida.
Creemos que tal vez sea correcto en parte la teoría del sociólogo francés que se refería a que el individualismo provocaba más suicidios, pero consideramos necesario que los individuos de hoy en día tengan su espacio para el desarrollo interior, sin embargo, si este desarrollo se ve interrumpido por alguna patología de tipo psiquiátrica, pensamos que lo mejor es que sea tratada por un especialista.
Finalmente, concluimos que el suicidio se puede prevenir, siempre y cuando la persona se abra a los demás y pida ayuda, o bien, sea tratada por un especialista. Quizás la vida se vea muy complicada en algunos momentos, pero no por ello se debe interrumpir u optar por una salida tan drástica.

BIBLIOGRAFÍA

“Psicoanálisis y Sociología” por Dr. Ramón Florenzano. (Abril `01)
Sitio Web www.psiquiatria.com
Sitio Web www.psiconet.com
“Suicidio” por Mariano Juliá (Trabajo para 3º de Ética). 
Psiquiatría Clínica (Sociedad de Neurología, Psiquiatría y Neurocirugía)  
Ministerio de Salud (www.minsal.cl)
Compendio de Psiquiatría. Editorial Salvat.

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