Por: ABRAHAM BASALDUA BAUTISTA
1ero. D Licenciatura en Psicología
Universidad Autónoma de Campeche.
ACT012_PSICO(D)
El
suicidio
El suicidio es el acto
por el que un individuo, deliberadamente, se provoca la muerte.
Se
estima que las dos terceras partes de quienes se quitan la vida sufren depresión y que los
parientes de los suicidas tienen un riesgo más elevado (hasta cinco veces más)
de padecer tendencias al respecto.4 Los padecimientos psíquicos se
encuentran presentes en 9 de cada 10 casos de suicidio; entre ellos, aparte de
la depresión se encuentran también los trastornos de ansiedad las adicciones.
Según
la OMS (Organización Mundial de la Salud), las enfermedades mentales,
principalmente la depresión y los trastornos por consumo de alcohol, el abuso
de sustancias, la violencia, las sensaciones de pérdida y diversos entornos
culturales y sociales constituyen importantes factores de riesgo de suicidio.
Muchas
religiones monoteístas lo consideran un pecado, y en algunas jurisdicciones se considera un delito. Por otra
parte, algunas culturas, especialmente las orientales, lo ven como una forma
honorable de escapar de algunas situaciones humillantes o dolorosas en extremo
Cuando alguien
muere, algunos prefieren entender que así lo decidió el destino, que todo fue
una sentencia divina o que hubo un complot con el tiempo para que las
manecillas del reloj se detuvieran sin la más mínima compasión hacia la
víctima. En cambio, si la voluntad de irse de este mundo es propia, muchos se
preguntarían porqué lo hizo, lo tildarían de egoísta y descargarían su dolor y
su rabia contra ellos mismos al sentirse vendados en una telaraña de verdades
superficiales y sufrimientos ocultos. Suicidarse suele ser para muchos la
excusa del cobarde, y para otros, la valentía apetecida por la envidia de quien
alguna vez lo pensó, pero que nunca fue capaz de hacerlo.
Para hablar del tema principal que escogí, pienso que es necesario empezar por definir el concepto de juventud: qué es ser joven según el autor. También resaltaré los aspectos negativos que caracterizan esta etapa, es decir, las causas principales de suicidio en los jóvenes.
Sonia Muñoz, docente de la Universidad del Valle, argumenta: “nuestros jóvenes piensan que la juventud –en la que por supuesto se incluyen ellos- se caracteriza por encontrarse en una etapa preliminar, de tránsito: es esencialmente un momento de búsqueda, de exploración y de toma de decisiones que ha de tener consecuencias indelebles en el futuro. Se situarían así frente a un horizonte aún no prefigurado del todo, y que sin haber sido hecho por ellos puede, sin embargo, ser definitivo en su vida. No obstante, conciben el mañana como un campo de opciones, frente al que hay que escoger y decidir”[1]. Muchos coinciden en afirmar que la juventud está ligada al desafío constante de cambios emocionales, sociales, culturales y económicos. En esta fase, no existe una preparación personal para asumirlos ya que la experiencia misma se encarga de ello. Por lo general, las decisiones que se toman son equívocas al no tener un pensamiento claro sobre lo que en realidad se espera y se necesita. Aquí la libertad de hacer lo que se venga en gana se vuelve libertinaje y las responsabilidades (estudio, trabajo, hogar) son frenos impuestos que tarde que temprano entenderemos no como obligaciones si no como una necesidad de girar el volante para seguir de forma ordenada el camino.
Para mí, ser joven es tener el rostro en alto y la mirada perdida, es idealizar en un principio y terminar por ser cada día más desconfiados. Es la caída al abismo con la fuerza de voluntad a la derecha, esperando ser tenida en cuenta. Es el rechazo y la incomprensión creada en nosotros como excusa para autodestruirnos. Ser joven, son las alas ocultas en los miedosos y desgastadas en el arriesgado. Irónicamente puede ser…el desenlace voluntario del film que apenas comienza.
Lo ideal sería entender que la vida no es un carrusel de risas perfectas y eternas, ni una caja de regalos donde las sorpresas pierden su nombre con el tiempo, pues las intenciones son siempre buenas, sin el menor espacio para sobres oscuros y poco deseables. Lo usual es jugar con la inocencia de un niño y abrir el cofre a la espera de buenas o malas noticias, de agradables o ingratos momentos. Pero… ¿Por qué algunos no lo ven así? ¿Por qué alguien ve el suicidio como única opción cuando aún queda un as bajo la manga?
Según el sociólogo francés Emile Durkheim: el suicidio es toda muerte que resulta mediata o inmediata de un acto positivo o negativo realizado por la misma persona. Textualmente señala: “Hay suicidio cuando la víctima, en el momento en que realiza la acción, sabe con toda certeza lo que va a resultar de él.
Creo que más allá del acto voluntario de quitarse la vida, el verdadero problema radica en los motivos por los cuales un joven puede llegar a este extremo (si se le puede llamar así). Las desilusiones amorosas, el conflicto familiar, la soledad, la poca aceptación en sí mismos, conllevan a decaer en una depresión profunda que genera tristeza, frustración, desaliento y poca concentración. Cabe anotar que, las drogas y el alcohol, también son factores importantes que desestabilizan el comportamiento en los jóvenes, si se está acompañado de una profunda depresión.
Una de las principales causas suicidas es el desamor. Bien dicen que el amor no usa lentes cuando en verdad si los necesita. Es la dependencia misma que tenemos hacia los demás lo que nos vuelve vulnerables ante otros. Muchos salen “librados” cuando este cuento de hadas se acaba, ya sea por infidelidad, desapego por parte del otro o falta de interés en la relación. El dilema está cuando la chispa se extingue y no nos sentimos capaces de continuar sin el otro, sencillamente porque todo el tiempo construimos nuestra existencia, bajo la sombra idealizada de alguien.
Para terminar, no creo que haya porque juzgar a quien atente contra su vida, a pesar de la supuesta autonomía de pensar y actuar como se quiera. El suicidio es un proceso lento e inconsciente que desencadena (si no es tratado a tiempo) en el sueño eterno del que jamás se despertará: la muerte.
Para hablar del tema principal que escogí, pienso que es necesario empezar por definir el concepto de juventud: qué es ser joven según el autor. También resaltaré los aspectos negativos que caracterizan esta etapa, es decir, las causas principales de suicidio en los jóvenes.
Sonia Muñoz, docente de la Universidad del Valle, argumenta: “nuestros jóvenes piensan que la juventud –en la que por supuesto se incluyen ellos- se caracteriza por encontrarse en una etapa preliminar, de tránsito: es esencialmente un momento de búsqueda, de exploración y de toma de decisiones que ha de tener consecuencias indelebles en el futuro. Se situarían así frente a un horizonte aún no prefigurado del todo, y que sin haber sido hecho por ellos puede, sin embargo, ser definitivo en su vida. No obstante, conciben el mañana como un campo de opciones, frente al que hay que escoger y decidir”[1]. Muchos coinciden en afirmar que la juventud está ligada al desafío constante de cambios emocionales, sociales, culturales y económicos. En esta fase, no existe una preparación personal para asumirlos ya que la experiencia misma se encarga de ello. Por lo general, las decisiones que se toman son equívocas al no tener un pensamiento claro sobre lo que en realidad se espera y se necesita. Aquí la libertad de hacer lo que se venga en gana se vuelve libertinaje y las responsabilidades (estudio, trabajo, hogar) son frenos impuestos que tarde que temprano entenderemos no como obligaciones si no como una necesidad de girar el volante para seguir de forma ordenada el camino.
Para mí, ser joven es tener el rostro en alto y la mirada perdida, es idealizar en un principio y terminar por ser cada día más desconfiados. Es la caída al abismo con la fuerza de voluntad a la derecha, esperando ser tenida en cuenta. Es el rechazo y la incomprensión creada en nosotros como excusa para autodestruirnos. Ser joven, son las alas ocultas en los miedosos y desgastadas en el arriesgado. Irónicamente puede ser…el desenlace voluntario del film que apenas comienza.
Lo ideal sería entender que la vida no es un carrusel de risas perfectas y eternas, ni una caja de regalos donde las sorpresas pierden su nombre con el tiempo, pues las intenciones son siempre buenas, sin el menor espacio para sobres oscuros y poco deseables. Lo usual es jugar con la inocencia de un niño y abrir el cofre a la espera de buenas o malas noticias, de agradables o ingratos momentos. Pero… ¿Por qué algunos no lo ven así? ¿Por qué alguien ve el suicidio como única opción cuando aún queda un as bajo la manga?
Según el sociólogo francés Emile Durkheim: el suicidio es toda muerte que resulta mediata o inmediata de un acto positivo o negativo realizado por la misma persona. Textualmente señala: “Hay suicidio cuando la víctima, en el momento en que realiza la acción, sabe con toda certeza lo que va a resultar de él.
Creo que más allá del acto voluntario de quitarse la vida, el verdadero problema radica en los motivos por los cuales un joven puede llegar a este extremo (si se le puede llamar así). Las desilusiones amorosas, el conflicto familiar, la soledad, la poca aceptación en sí mismos, conllevan a decaer en una depresión profunda que genera tristeza, frustración, desaliento y poca concentración. Cabe anotar que, las drogas y el alcohol, también son factores importantes que desestabilizan el comportamiento en los jóvenes, si se está acompañado de una profunda depresión.
Una de las principales causas suicidas es el desamor. Bien dicen que el amor no usa lentes cuando en verdad si los necesita. Es la dependencia misma que tenemos hacia los demás lo que nos vuelve vulnerables ante otros. Muchos salen “librados” cuando este cuento de hadas se acaba, ya sea por infidelidad, desapego por parte del otro o falta de interés en la relación. El dilema está cuando la chispa se extingue y no nos sentimos capaces de continuar sin el otro, sencillamente porque todo el tiempo construimos nuestra existencia, bajo la sombra idealizada de alguien.
Para terminar, no creo que haya porque juzgar a quien atente contra su vida, a pesar de la supuesta autonomía de pensar y actuar como se quiera. El suicidio es un proceso lento e inconsciente que desencadena (si no es tratado a tiempo) en el sueño eterno del que jamás se despertará: la muerte.
Para considerarse suicidio,
la muerte debe ser un elemento carnal y el motivo del acto, y no solo una
consecuencia casi ineludible. Así los mártires no son considerados suicidas,
dado que se sacrifican en nombre de una creencia. Tampoco son suicidas los que
se sacrifican por otros en caso de emergencias ni los soldados que mueren en
una guerra y, en estos casos, los muertos no son proscritos por la ley. En el
caso de que el suicidio tenga consecuencias legales, la ley recoge que debe
haber prueba de intención de morir, así como la propia muerte para que el acto
sea considerado un suicidio. Puede que dicho proceso sea costoso en caso de
minusvalía y tenga que depender de alguien más, que entraría entonces en una
dinámica de cómplice de suicidio. Según “el cómplice es todo aquel que, sin
llevar a cabo personalmente los elementos constitutivos de la infracción
imputable del autor, solamente ha facilitado o provocado la acción principal
por medio de actuaciones de una importancia material secundaria: ayuda, suministro
de medios o instigación figura
del derecho penal donde sería posible una sanción penal.
La
Psicología y la Psiquiatría se revelan como las principales ciencias de la
salud para prevenir el suicidio.
El suicidio puede ser efecto de trastornos
psiquiátricos, que comúnmente se acompañan de abatimiento, vacío emocional o ansiedad,
como el trastorno de ansiedad generalizada,
el trastorno de pánico, el trastorno
bipolar, la esquizofrenia y todos los trastornos
depresivos. En estos casos es, principalmente, la enfermedad lo que
provoca el suicidio y no el análisis lógico del individuo. Antes que la acción,
el suicidio comienza en el pensamiento. Ya sea por problemas personales y/o
emocionales, las personas suicidas deben ser evaluadas como individuo para
entonces entender el suicidio a nivel social. Estos individuos poseen un
sentido de indefensión y desesperanza ante las situaciones que los afectan. Las
personas suicidas exhiben algunas características tales como impulsividad, baja
tolerancia a la frustración y son personas sin espíritu de lucha. Suelen ser
pacientes más agresivos, exigentes, dependientes e insatisfechos que los demás.
Teniendo en cuenta el perfil de la persona suicida se podría prevenir algunos
suicidios con psicoterapia, farmacoterapia y hospitalización en casos más
graves. Los indicadores y comportamientos varían dependiendo de la persona.
Según la cuarta versión de El Manual diagnóstico y estadístico de los
trastornos mentales, los pensamientos recurrentes (no solo el temor a la
muerte), ideación suicida recurrente sin un plan específico o una tentativa de
suicidio o un plan específico para suicidarse son síntomas de personas con depresión
mayor.
El proyecto suicida nunca es improvisado,
aunque la realización a veces sea impulsiva. El suicida lo venía pensando desde
tiempo antes, y en la mayoría de los casos se lo había comunicado a alguien con
anterioridad. La idea de que alguien que habla de suicidarse no lo hará es
falsa, toda amenaza debe ser tomada seriamente.
Para algunos psiquiatras y psicólogos no
existe un único factor desencadenante de un suicidio, sino que éste es una
acción multideterminada por diversos factores intervinientes que al conjugarse
se potencian.2
En un estudio realizado en Buenos Aires, con
suicidas que tenían un historial de internaciones psiquiátricas, aparecieron
como factores destacados2
·
Aislamiento y soledad, con pérdida de apoyo y lazos
sociales.
·
Presencia de conductas suicidas (fantasías,
ideación, amenazas, intentos y/o equivalentes).
·
La heteroagresividad demostró ser una
característica tan marcada como cualquier elemento depresivo (fantasías de
homicidio, conductas agresivas y violentas hacia otros). Cuando la
manifestación externa se ve bloqueada de alguna forma, estos impulsos
destructivos se vuelven contra sí mismo.
·
Dificultades familiares serias (abandono, rechazo,
etc.). Los familiares mostraron escasa empatía con el paciente, poca
comprensión y conciencia de la situación de peligro y serias dificultades para
contenerlo emocionalmente.
·
No evolución favorable de la enfermedad
psiquiátrica (cronicidad).
·
Estados depresivos.
Todas éstas resultaron ser variables de
altísimo potencial suicida pero en ningún caso la existencia de una sola fue
suficiente para desencadenar un suicidio.
Existe mayor riesgo cuando los síntomas de ansiedad, insomnio, angustia, desesperanza o son acompañados por síntomas psicóticos e ideas delirantes paranoides o melancólicas. En muchos casos el acto suicida se lleva a cabo luego de una engañosa mejoría de los síntomas ya que algunos se tranquilizan cuando ya tienen tomada la decisión.2
Existe mayor riesgo cuando los síntomas de ansiedad, insomnio, angustia, desesperanza o son acompañados por síntomas psicóticos e ideas delirantes paranoides o melancólicas. En muchos casos el acto suicida se lleva a cabo luego de una engañosa mejoría de los síntomas ya que algunos se tranquilizan cuando ya tienen tomada la decisión.2
La idea de muerte puede surgir por muchos
motivos diferentes:
·
Como expresión de pensamientos acerca de la
inutilidad de la existencia y el vacío.
·
Como vía de escape para el sufrimiento emocional o
psicológico.
·
Como escape a la tortura de los perseguidores
internos en los cuadros paranoides.
·
Como deseo vengativo hacia otra persona, de control
hostil del otro, de castigo del otro o una búsqueda de impacto en los otros.
·
Como el deseo de promover cambios en las actitudes
o sentimientos de los demás, o buscar averiguar póstumamente si se es querido
por los otros.
·
Como fantasía de evasión, de escaparse del
conflicto, un deseo de liberación, una fantasía de paz eterna.
·
Como deseo de expiación por alguna culpa o pecado.
·
Como deseo de recomenzar una vida nueva acompañado
por la fantasía de renacer después de la muerte.
·
Como deseo de rehabilitación del prestigio y el
honor con fantasías de gloria.
·
Como caída de la autoestima unida a una sensación
de impotencia extrema después de una injuria narcisista.
·
Como búsqueda de tranquilidad.
·
Como deseo apasionado de reunión erótica con un
objeto (persona amada) amado muerto.
·
Como deseos de reconquista o de reivindicación.
·
Como deseo de lograr el amor de un objeto (persona
amada) vivo.
·
Como deseo de aniquilación del Yo.
·
Como deseo de conmover a otros o generarles
culpabilidad o perjudicarlos de alguna manera y hacerlos sufrir.
El suicidio (1897), señala que los
suicidios son fenómenos individuales que responden esencialmente a causas
sociales. Las sociedades presentan ciertos síntomas patológicos, ante todo la
integración o regulación social ya sea excesiva o insuficiente del individuo en
la colectividad. Por tanto el suicidio sería un hecho social.
Durkheim comienza su estudio con una
definición de suicidio como: «Todo caso de muerte que resulta directa o
indirectamente de un acto positivo o negativo realizado por la víctima misma y
que, según ella sabía, debía producir este resultado». Ejemplo de un
acto positivo: dispararse en la cabeza; ejemplo de un acto negativo: rehusar a
ingerir cualquier medicina hasta dejarse morir. La persona suicida vive con una
percepción anómica de la vida: Pierde el sentido de la ley, normas sociales y
se vuelve escéptico ante la vida y todo lo que ésta implica. Aunque cada
persona suicida es distinta, tienen indicadores y pasan por un mismo proceso.
Uno de los factores más importante de la persona suicida es la convicción del
suicidio como método factible. Si estudiamos el comportamiento de las personas
suicidas, no podemos asegurar que se pueda prevenir todo tipo de suicidios pero
si podemos estudiar si se utilizaría la misma metodología, modalidad, tiempo y
espacio. El suicidio como un problema social. Se han creado diversas teorías
para explicar la raíz del problema y las particularidades del mismo. Han tomado
en cuenta razones como el estatus económico, socio-profesional, la edad y el
estado civil. Se asegura que en algunas ocasiones las personas están
predispuestas al suicidio. Un principio de la modificación de conducta
establece que de la misma manera que aprendemos, podemos desaprender. Una
persona que proviene de una familia donde existen historial suicida tiene
cierta predisposición a cometer actos suicidas. La profesión y la religión
están relacionadas también indirectamente con el suicidio. La persona que
trabaje bajo presión y no sepa manejarlo puede tener pensamientos suicidas y
ejecutarlos.
Durkheim distingue tres clases de suicidios:
1. Suicidio egoísta, típico
de sociedades donde el individuo carece de integración social.
2. Suicidio anímico (anomia
es para Durkheim lo que para otros autores, a partir de Hegel, es alienación),
característico de falta de regulación social (anomia), existe una falta de
normatividad en tanto que las normas sociales no son interiorizadas como
propias por parte del individuo.
3. Suicidio altruista,
característico de sociedades con alto grado de integración social, el individuo
se suicida por su sensación de pertenencia a la sociedad. Se mata por ella, un
claro ejemplo son los kamikazes. Esta relación es patológica porque la persona
pierde el sentido de individualismo. Este tipo de suicidio consiste en ofrecer
su vida por algún ideal. El individuo sacrifica su vida en honor a quien el
cree que se beneficiara de ello.
El
suicidio es el acto de quitarse deliberadamente la propia vida. El
comportamiento suicida es cualquier acción que pudiera llevar a una persona a
morir, como tomar una sobredosis de fármacos o estrellar un automóvil de forma
deliberada.
Causas
El
suicidio y los comportamientos suicidas generalmente ocurren en personas con
uno o más de los siguientes factores:
- Trastorno
bipolar
- Trastorno
límite de la personalidad
- Depresión
- Dependencia
del alcohol y de las drogas
- Esquizofrenia
- Cuestiones
de vida estresantes, como problemas serios a nivel financiero o en las
relaciones interpersonales
Las
personas que intentan suicidarse con frecuencia están tratando de alejarse de
una situación de la vida que parece imposible de manejar. Muchos de los que
cometen intento de suicidio están buscando alivio a:
- Sentirse
avergonzado, culpable o como una carga para los demás.
- Sentirse
como víctima.
- Sentimientos
de rechazo, pérdida o soledad.
Los
comportamientos suicidas pueden ser causados por una situación o hecho que la
persona ve como agobiante, tales como:
- El envejecimiento (los ancianos tienen la tasa
más alta de suicidio).
- La muerte de un ser querido.
- La dependencia de las drogas o del alcohol.
- Un trauma emocional.
- Enfermedades físicas graves.
- El desempleo o los problemas financieros.
Los
factores de riesgo del suicidio en adolescentes abarcan:
- Acceso
a armas de fuego.
- Miembro
de la familia que cometió suicidio.
- Antecedentes
de autoagresión deliberada.
- Antecedentes
de abandono o maltrato.
- Vivir
en comunidades en donde ha habido brotes recientes de suicidio en personas
jóvenes.
- Ruptura
sentimental.
La
mayoría de los intentos de suicidio no terminan en muerte. Muchos de estos
intentos se llevan a cabo en una forma en que el rescate sea posible. Estos
intentos a menudo representan un grito desesperado en busca de ayuda.
Algunas
personas intentan suicidarse de una manera que sea menos probable de llevar a
la fatalidad, como envenenamiento o sobredosis. Los hombres, especialmente los
ancianos, tienen mayor probabilidad de escoger métodos violentos, como
dispararse. Como resultado, los intentos de suicidio por parte de ellos tienen
mayor probabilidad de consumarse.
Los
parientes de personas que intentan o cometen suicidio a menudo se culpan o se
enojan mucho y pueden ver el intento o el acto como egoísta. Sin embargo, las
personas que intentan cometer suicidio con frecuencia creen erróneamente que
les están haciendo un favor a sus amigos y parientes al irse de este mundo.
Síntomas
A
menudo, pero no siempre, una persona puede mostrar ciertos síntomas o
comportamientos antes de un intento de suicidio, entre ellos:
- Tener
dificultad para concentrarse o pensar claramente.
- Regalar
las pertenencias.
- Hablar
acerca de marcharse o la necesidad de "dejar todos mis asuntos en
orden".
- Cambio
repentino en el comportamiento, sobre todo calma después de un período de
ansiedad.
- Pérdida
de interés en actividades que antes disfrutaba.
- Tener
comportamientos autodestructivos, como tomar alcohol en exceso, consumir
drogas ilícitas o hacerse cortaduras en el cuerpo.
- Alejarse
de los amigos o no querer salir.
- Tener
dificultad repentina en el colegio o el trabajo.
- Hablar
acerca de la muerte o el suicidio o incluso declarar el deseo de hacerse
daño.
- Hablar
acerca de sentirse desesperado o culpable.
- Cambiar
los hábitos alimentarios o de sueño.
- Preparar maneras de
quitarse su propia vida (como comprar un arma o muchas pastillas).
Tratamiento
Es
posible que las personas que están en riesgo de comportamiento suicida no
busquen tratamiento por muchas razones:
- Creen
que nada va a ayudar.
- No
desean contarle a nadie que tienen problemas.
- Piensan
que buscar ayuda es un signo de debilidad.
- No
saben adónde acudir por ayuda.
Una
persona puede necesitar tratamiento de emergencia después de un intento de
suicidio. Se pueden necesitar primeros auxilios, reanimación
cardiopulmonar o tratamientos más intensivos.
Las
personas que intentan cometer suicidio pueden necesitar hospitalización para
tratarlos y reducir el riesgo de futuros intentos. La terapia es una de las
partes más importantes del tratamiento.
Se
debe evaluar y tratar cualquier trastorno de salud mental que pueda haber
llevado al intento de suicido. Esto abarca:
- Trastorno bipolar
- Trastorno límite de la personalidad
- Dependencia del alcohol o las drogas
- Depresión mayor
- Esquizofrenia
Si
usted o alguien que usted conozca está pensando en el suicidio, hay números a
los que puede llamar desde cualquier parte en los Estados Unidos, las 24 horas
del día, los 7 días a la semana: 1-800-SUICIDE o 1-800-999-9999.
Como
sucede con cualquier otro tipo de emergencia, llame al número local de
emergencias de inmediato si alguien que
usted conoce ha intentado suicidarse. No deje a la persona sola, ni siquiera
después de haber pedido ayuda.
Expectativas
Tome
siempre en serio las amenazas e intentos de suicidio. Cerca de un tercio de las
personas que tratan de suicidarse lo intentarán de nuevo dentro de un período
de un año. Cerca del 10% de las personas que amenazan o intentan suicidarse
finalmente se quitan la vida.
La
persona necesita atención en salud mental inmediatamente. No le reste
importancia a la persona como que simplemente está tratando de llamar la
atención.
Cuándo contactar a un profesional médico
Llame
a un médico de inmediato si usted o alguien que usted conozca está teniendo
pensamientos suicidas.
Prevención
El
hecho de evitar el alcohol y las drogas (diferentes a los medicamentos
recetados) puede reducir el riesgo de suicidio.
En
hogares con niños o adolescentes:
- Almacene todos los medicamentos recetados en
una parte alta y bajo llave.
- No guarde alcohol en la casa o manténgalo
asegurado bajo llave.
- No guarde armas de fuego en la casa. Si las
tiene, guárdelas bajo llave y las balas aparte.
Muchas
personas que tratan de suicidarse hablan de ello antes de hacer el intento.
Algunas veces, simplemente hablar con alguien a quien le importe y que no haga
juicios es suficiente para reducir el riesgo de suicidio.
Sin
embargo, si usted es un amigo, miembro de la familia o simplemente conoce a
alguien que cree que puede intentar suicidarse, nunca trate de manejar el
problema por su cuenta. Busque ayuda. Los centros de prevención de
suicidio tienen servicios de "línea telefónica directa".
Nunca
ignore una amenaza o intento de suicidio.
Con un total de 52 suicidios en la entidad,
que la colocan en cuarto lugar a nivel nacional, después de Yucatán, Tabasco y
Quintana Roo; el Gobierno del Estado en coordinación con la Secretaría de Salud
conmemoró el “Día Mundial para la Prevención del Suicidio”.
.-
Como parte de las acciones para prevenir el suicidio, la Secretaría de Salud campechana atendió a siete mil
personas en consultas psicológicas y redobló los esfuerzos en la impartición de
talleres en escuelas de nivel básico.
Rosaura
González Castillo, titular del Consejo Estatal de Salud Mental del Estado de Campeche (Cósame), señaló que
la meta del programa es integrar la Red Estatal de Servicios para la Atención
de la Salud Mental, esto a
mediano plazo.
La
funcionaria destacó también que se busca disminuir la tasa de mortalidad por
suicidios en un 20 por ciento y brindar atención completa a los casos nuevos de
enfermedades mentales que acudan a los servicios de salud, según informó
Notimex.
Expuso
que desde 2010, ante el alarmante número de casos de suicidio que se registran
en la entidad, se determinó implementar ese mecanismo de atención preventiva.
"Pretendemos
que estas acciones nos ayuden a reducir el índice de
suicidios en Campeche y ampliar la cobertura de atención de
pacientes con trastornos mentales, los efectos de la discriminación,
incomprensión social y escasa atención a esta problemática", señaló.
González
Castillo recordó que en 2011 el programa se fortaleció con la integración del Cósame,
formado por instituciones del gobierno, públicas y privadas, con el objeto de
prevenir, promover y apoyar las acciones y programas para combatir los problemas
de salud.
Entre
las actividades realizadas de 2012 a lo que va de 2013 están las pláticas
preventivas dirigidas a jóvenes de secundaria y bachillerato, la promoción y
prevención en más de 60 colonias y ejidos, ferias y jornadas de la salud y
talleres en centros penitenciarios, así como distribución de volantes y
trípticos.
Además,
indicó que en 2012 se otorgaron cinco mil consultas en las tres jurisdicciones
sanitarias de Campeche, El Carmen y Escárcega, con un promedio de siete
servicios al día, siendo los principales diagnósticos los trastornos
depresivos, ansiedad y episodios depresivos recurrentes.
De
enero a mayo de este año, continuó, esos mismos consultorios otorgaron dos mil
500 atenciones psicológicas, con un promedio de ocho consultas diarias.
El
número de servicios de atención creció "de manera importante" con la
apertura de siete módulos en Campeche, El Carmen, Escárcega, Champotón,
Calkiní, Candelaria y Hopelchén, afirmó.
Los suicidios en 2006 fueron 59:
en promedio, cinco personas al mes se quitaron la vida, dos más que en 2005,
sumando, según las noticias, seis los menores muertos de esa manera.
Es importante hacer un llamado urgente a las autoridades para que se ocupen de forma seria y comprometida de una situación en la que la edad ya no es un factor determinante.
El suicidio es un problema de salud pública y, de acuerdo con las estadísticas, ocupa la tercera causa de muerte en el país entre las personas de 15 a 35 años, y se sitúa a Campeche dentro de los cinco primeros estados en el país por casos de suicidio.
Con investigaciones se han intentado averiguar las razones que motivan a una persona a quitarse la vida, y se encontró respuesta en el diagnóstico de la depresión tratando de prevenirlo principalmente con medicamentos. Sin embargo, el suicidio es un síntoma evidente de que nuestra sociedad experimenta de forma constante sentimientos de desamparo, soledad y desesperación, y aun los menores, que se cree no se dan cuenta de nada, al parecer se fijan de todo.
Personas que han intentado suicidarse declaran que es insoportable sobrellevar la sensación de no tener la solución en sus manos. Desgraciadamente, los que tienen en sus manos el poder de resolver las situaciones más difíciles que atraviesa la población parecen no ponerse de acuerdo para determinar cuáles son las prioridades de la gente, y envían con sus acciones mensajes de desinterés, lo que contribuye a construir una cultura de indiferencia ante el dolor y las necesidades de los demás.
¡Esto hace que sea casi imposible solucionar los problemas que se presentan en el país! Como resultado, la mayoría considera resolver su situación de forma particular, sin tomar en cuenta a los demás, y se olvida de que lo que realiza cada uno de nosotros en su pequeño entorno tratando de sacar provecho o ignorando alguna situación que perjudique a alguien nos afecta a todos. Así funciona una sociedad.
Estar ciegos y sordos al dolor y a la tristeza destruye nuestra humanidad, lo que nos hace personas que caminan sin mirarse, sin sentirse, en un lugar donde gritar y levantar la voz no es suficiente, y es la muerte de los que se han fatigado el grito más silencioso y al parecer menos escuchado.— San Francisco de Campeche, Campeche.
Es importante hacer un llamado urgente a las autoridades para que se ocupen de forma seria y comprometida de una situación en la que la edad ya no es un factor determinante.
El suicidio es un problema de salud pública y, de acuerdo con las estadísticas, ocupa la tercera causa de muerte en el país entre las personas de 15 a 35 años, y se sitúa a Campeche dentro de los cinco primeros estados en el país por casos de suicidio.
Con investigaciones se han intentado averiguar las razones que motivan a una persona a quitarse la vida, y se encontró respuesta en el diagnóstico de la depresión tratando de prevenirlo principalmente con medicamentos. Sin embargo, el suicidio es un síntoma evidente de que nuestra sociedad experimenta de forma constante sentimientos de desamparo, soledad y desesperación, y aun los menores, que se cree no se dan cuenta de nada, al parecer se fijan de todo.
Personas que han intentado suicidarse declaran que es insoportable sobrellevar la sensación de no tener la solución en sus manos. Desgraciadamente, los que tienen en sus manos el poder de resolver las situaciones más difíciles que atraviesa la población parecen no ponerse de acuerdo para determinar cuáles son las prioridades de la gente, y envían con sus acciones mensajes de desinterés, lo que contribuye a construir una cultura de indiferencia ante el dolor y las necesidades de los demás.
¡Esto hace que sea casi imposible solucionar los problemas que se presentan en el país! Como resultado, la mayoría considera resolver su situación de forma particular, sin tomar en cuenta a los demás, y se olvida de que lo que realiza cada uno de nosotros en su pequeño entorno tratando de sacar provecho o ignorando alguna situación que perjudique a alguien nos afecta a todos. Así funciona una sociedad.
Estar ciegos y sordos al dolor y a la tristeza destruye nuestra humanidad, lo que nos hace personas que caminan sin mirarse, sin sentirse, en un lugar donde gritar y levantar la voz no es suficiente, y es la muerte de los que se han fatigado el grito más silencioso y al parecer menos escuchado.— San Francisco de Campeche, Campeche.
Por qué es un
problema de Salud Pública
El suicidio debe ser considerado problema de
salud pública en México, porque el promedio de casos se cuadruplicó en los
últimos 30 años al pasar de 2 a casi 8 por cada 100 mil personas.
A través de un punto de acuerdo presentado a la
Comisión Permanente del Congreso de la Unión, el legislador manifestó su
preocupación por que el suicidio representa un tema tabú y hasta prohibido en
nuestro país por lo que carece de la conferencia adecuada.
En ese sentido, anotó que nuestro país debe retomar
el criterio de la Organización Mundial de la Salud y de la Organización
Panamericana de la Salud, quienes ven al suicidio como un problema de la salud
pública por el gran número de muertes que se presentan en el orbe.
México se deben establecer programas de prevención
y orientación dirigidos a la población de 15 a 24 años de edad; sobre todo,
varonil ya que por cada mujer que se suicida lo hacen 4 hombres.
Para que una problemática sea considerada de Salud
Pública debe reunir estos requisitos:
1.- Cuando constituye una causa común de morbilidad
o mortalidad.
2.- Cuando existen métodos eficaces de prevención y
de control.
3.- Cuando dichos métodos no están siendo
utilizados de un modo adecuado por la comunidad.
Cifras del
suicidio
La dolorosa cifra del INEGI que va en aumento y que
en su informe más actualizado y completo que tiene, corresponde al 2011 en el
cual, se indica que en dicho año se reportaron a las autoridades 5 mil 718
suicidios, de los cuales, cuatro mil 46 se dieron por ahorcamiento; cuatro mil
132 en una vivienda particular y tres mil 50, eran jóvenes de entre 15 a 34
años de edad.
Estos datos cruzados demuestran que las personas en
edad productiva son las que más se suicidan en sus domicilios.
De acuerdo con los datos más recientes de la
Organización Mundial de la Salud (OMS), que son del 2012, cada año se suicidan
cerca un millón de personas en el mundo, lo que supone una tasa de mortalidad
"global" de 16 suicidios por cada cien mil habitantes, o, una muerte
cada 40 segundos por esta causa.
El suicidio a nivel mundial, constituye la segunda
causa de muerte en el grupo de edad de 15 a 24 años, después de los accidentes
automovilísticos y donde México, ocupa el noveno lugar en número de suicidios
de una lista de 53 países.
En nuestro país, la tasa de suicidios aumentó casi
400% en las últimas tres décadas al pasar de 2 casos por cada 100 mil
habitantes, a 7.6 hasta el 2011 y de los cuales, el 42% se registró en jóvenes
entre 15 y 24 años de edad.
De acuerdo con datos de INEGI, en el 2011 se
registraron 5 mil 718 suicidios, mientras que en 2010 se dieron 5 mil 12 casos.
En 2009 se reportaron 5 mil 190, lo que demuestra un ligero aumento en estos
tres años registrados por la dependencia.
Destaca que del total de suicidas, 4 mil 621 son
hombres mientras que mil 95 mujeres y casi la mitad, 2 mil 532, son solteros.
Respecto a su nivel de estudios, mil 974 tenían concluida la secundaria y mil
875 la primaria.
Otro dato a señalar es que el 28% de los suicidas,
mil 642 casos, no tenían trabajo cuando consumaron el acto.
Los estados con más casos de suicidio son el Estado
de México con 600, Jalisco con 453, el Distrito Federal con 413, Guanajuato con
358 y Veracruz con 309.
En tanto, en las entidades que hay menos registros
de suicidios son Baja California Sur con 30 casos, Nayarit con 46, Colima con
48, Morelos con 61 y Campeche con 81.
Causas del
suicidio
Etimológicamente, la palabra suicidio significa
matarse a sí mismo. La Organización Mundial de la Salud, define "el acto
suicida" como toda acción por la que un individuo se causa a sí mismo un
daño, con independencia del grado de intención letal y de que conozcamos o no
los verdaderos motivos.
De acuerdo con la OMS, es un problema complejo, en
el que intervienen factores psicológicos, sociales, biológicos, culturales y
ambientales..
“El suicidio nos habla de la sociedad, del grupo y
de las instituciones, hay un escenario incluso psicoanalítico”
Los especialistas creen que este argumento lleva a
una pregunta más compleja, ¿de dónde nace el deseo real del suicida?, sí es
propio o atravesado por los deseos de la dinámica familiar u otros factores.
“Pareciera que es a través del sacrifico y la ‘nidificación’
del sujeto que se va a modificar la dinámica de la familia”.
Martín Gabriel Barrón Cruz, destacó que en los
últimos 50 años en el país muchas personas se han quitado la vida por crisis
económicas recurrentes, por lo que una parte de los suicidios recae en el
Estado.
El especialista agregó que pese a la estadísticas
de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que sitúan a México como el noveno
país en el mundo con más suicidios, las autoridades no llevan un registro
adecuado de los suicidas en el país, dificultando las posibles soluciones a lo
que consideran un problema de salud pública.
También lamentó la poca preparación de las
autoridades que al llegar al llegar al lugar donde una persona se quitó la
vida, no saben interpretar todos los mensajes que dejan.
Los especialistas reiteraron que el suicidio es un
acto completamente humano, pero que está muy relacionado con la carga y
presiones sociales.
Conclusión:
Como resultado de la investigación
llego a la conclusión que las personas las cuales se suicidan son aquellas las
cuales desconocen totalmente cuanto puede valer su vida y que por un error o
una mala jugada de la vida se sienten tan presionados que deciden según ellos “dejar
de sufrir” y la manera mas fácil es dejar de vivir sin tratar de demostrarle a
la vida que ellos realmente pueden.
Anexos:
El
suicidio
El suicidio es el acto
por el que un individuo, deliberadamente, se provoca la muerte.
Se
estima que las dos terceras partes de quienes se quitan la vida sufren depresión y que los
parientes de los suicidas tienen un riesgo más elevado (hasta cinco veces más)
de padecer tendencias al respecto.4 Los padecimientos psíquicos se
encuentran presentes en 9 de cada 10 casos de suicidio; entre ellos, aparte de
la depresión se encuentran también los trastornos de ansiedad las adicciones.
Según
la OMS (Organización Mundial de la Salud), las enfermedades mentales,
principalmente la depresión y los trastornos por consumo de alcohol, el abuso
de sustancias, la violencia, las sensaciones de pérdida y diversos entornos
culturales y sociales constituyen importantes factores de riesgo de suicidio.
Muchas
religiones monoteístas lo consideran un pecado, y en algunas jurisdicciones se considera un delito. Por otra
parte, algunas culturas, especialmente las orientales, lo ven como una forma
honorable de escapar de algunas situaciones humillantes o dolorosas en extremo
Cuando alguien
muere, algunos prefieren entender que así lo decidió el destino, que todo fue
una sentencia divina o que hubo un complot con el tiempo para que las
manecillas del reloj se detuvieran sin la más mínima compasión hacia la
víctima. En cambio, si la voluntad de irse de este mundo es propia, muchos se
preguntarían porqué lo hizo, lo tildarían de egoísta y descargarían su dolor y
su rabia contra ellos mismos al sentirse vendados en una telaraña de verdades
superficiales y sufrimientos ocultos. Suicidarse suele ser para muchos la
excusa del cobarde, y para otros, la valentía apetecida por la envidia de quien
alguna vez lo pensó, pero que nunca fue capaz de hacerlo.
Para hablar del tema principal que escogí, pienso que es necesario empezar por definir el concepto de juventud: qué es ser joven según el autor. También resaltaré los aspectos negativos que caracterizan esta etapa, es decir, las causas principales de suicidio en los jóvenes.
Sonia Muñoz, docente de la Universidad del Valle, argumenta: “nuestros jóvenes piensan que la juventud –en la que por supuesto se incluyen ellos- se caracteriza por encontrarse en una etapa preliminar, de tránsito: es esencialmente un momento de búsqueda, de exploración y de toma de decisiones que ha de tener consecuencias indelebles en el futuro. Se situarían así frente a un horizonte aún no prefigurado del todo, y que sin haber sido hecho por ellos puede, sin embargo, ser definitivo en su vida. No obstante, conciben el mañana como un campo de opciones, frente al que hay que escoger y decidir”[1]. Muchos coinciden en afirmar que la juventud está ligada al desafío constante de cambios emocionales, sociales, culturales y económicos. En esta fase, no existe una preparación personal para asumirlos ya que la experiencia misma se encarga de ello. Por lo general, las decisiones que se toman son equívocas al no tener un pensamiento claro sobre lo que en realidad se espera y se necesita. Aquí la libertad de hacer lo que se venga en gana se vuelve libertinaje y las responsabilidades (estudio, trabajo, hogar) son frenos impuestos que tarde que temprano entenderemos no como obligaciones si no como una necesidad de girar el volante para seguir de forma ordenada el camino.
Para mí, ser joven es tener el rostro en alto y la mirada perdida, es idealizar en un principio y terminar por ser cada día más desconfiados. Es la caída al abismo con la fuerza de voluntad a la derecha, esperando ser tenida en cuenta. Es el rechazo y la incomprensión creada en nosotros como excusa para autodestruirnos. Ser joven, son las alas ocultas en los miedosos y desgastadas en el arriesgado. Irónicamente puede ser…el desenlace voluntario del film que apenas comienza.
Lo ideal sería entender que la vida no es un carrusel de risas perfectas y eternas, ni una caja de regalos donde las sorpresas pierden su nombre con el tiempo, pues las intenciones son siempre buenas, sin el menor espacio para sobres oscuros y poco deseables. Lo usual es jugar con la inocencia de un niño y abrir el cofre a la espera de buenas o malas noticias, de agradables o ingratos momentos. Pero… ¿Por qué algunos no lo ven así? ¿Por qué alguien ve el suicidio como única opción cuando aún queda un as bajo la manga?
Según el sociólogo francés Emile Durkheim: el suicidio es toda muerte que resulta mediata o inmediata de un acto positivo o negativo realizado por la misma persona. Textualmente señala: “Hay suicidio cuando la víctima, en el momento en que realiza la acción, sabe con toda certeza lo que va a resultar de él.
Creo que más allá del acto voluntario de quitarse la vida, el verdadero problema radica en los motivos por los cuales un joven puede llegar a este extremo (si se le puede llamar así). Las desilusiones amorosas, el conflicto familiar, la soledad, la poca aceptación en sí mismos, conllevan a decaer en una depresión profunda que genera tristeza, frustración, desaliento y poca concentración. Cabe anotar que, las drogas y el alcohol, también son factores importantes que desestabilizan el comportamiento en los jóvenes, si se está acompañado de una profunda depresión.
Una de las principales causas suicidas es el desamor. Bien dicen que el amor no usa lentes cuando en verdad si los necesita. Es la dependencia misma que tenemos hacia los demás lo que nos vuelve vulnerables ante otros. Muchos salen “librados” cuando este cuento de hadas se acaba, ya sea por infidelidad, desapego por parte del otro o falta de interés en la relación. El dilema está cuando la chispa se extingue y no nos sentimos capaces de continuar sin el otro, sencillamente porque todo el tiempo construimos nuestra existencia, bajo la sombra idealizada de alguien.
Para terminar, no creo que haya porque juzgar a quien atente contra su vida, a pesar de la supuesta autonomía de pensar y actuar como se quiera. El suicidio es un proceso lento e inconsciente que desencadena (si no es tratado a tiempo) en el sueño eterno del que jamás se despertará: la muerte.
Para hablar del tema principal que escogí, pienso que es necesario empezar por definir el concepto de juventud: qué es ser joven según el autor. También resaltaré los aspectos negativos que caracterizan esta etapa, es decir, las causas principales de suicidio en los jóvenes.
Sonia Muñoz, docente de la Universidad del Valle, argumenta: “nuestros jóvenes piensan que la juventud –en la que por supuesto se incluyen ellos- se caracteriza por encontrarse en una etapa preliminar, de tránsito: es esencialmente un momento de búsqueda, de exploración y de toma de decisiones que ha de tener consecuencias indelebles en el futuro. Se situarían así frente a un horizonte aún no prefigurado del todo, y que sin haber sido hecho por ellos puede, sin embargo, ser definitivo en su vida. No obstante, conciben el mañana como un campo de opciones, frente al que hay que escoger y decidir”[1]. Muchos coinciden en afirmar que la juventud está ligada al desafío constante de cambios emocionales, sociales, culturales y económicos. En esta fase, no existe una preparación personal para asumirlos ya que la experiencia misma se encarga de ello. Por lo general, las decisiones que se toman son equívocas al no tener un pensamiento claro sobre lo que en realidad se espera y se necesita. Aquí la libertad de hacer lo que se venga en gana se vuelve libertinaje y las responsabilidades (estudio, trabajo, hogar) son frenos impuestos que tarde que temprano entenderemos no como obligaciones si no como una necesidad de girar el volante para seguir de forma ordenada el camino.
Para mí, ser joven es tener el rostro en alto y la mirada perdida, es idealizar en un principio y terminar por ser cada día más desconfiados. Es la caída al abismo con la fuerza de voluntad a la derecha, esperando ser tenida en cuenta. Es el rechazo y la incomprensión creada en nosotros como excusa para autodestruirnos. Ser joven, son las alas ocultas en los miedosos y desgastadas en el arriesgado. Irónicamente puede ser…el desenlace voluntario del film que apenas comienza.
Lo ideal sería entender que la vida no es un carrusel de risas perfectas y eternas, ni una caja de regalos donde las sorpresas pierden su nombre con el tiempo, pues las intenciones son siempre buenas, sin el menor espacio para sobres oscuros y poco deseables. Lo usual es jugar con la inocencia de un niño y abrir el cofre a la espera de buenas o malas noticias, de agradables o ingratos momentos. Pero… ¿Por qué algunos no lo ven así? ¿Por qué alguien ve el suicidio como única opción cuando aún queda un as bajo la manga?
Según el sociólogo francés Emile Durkheim: el suicidio es toda muerte que resulta mediata o inmediata de un acto positivo o negativo realizado por la misma persona. Textualmente señala: “Hay suicidio cuando la víctima, en el momento en que realiza la acción, sabe con toda certeza lo que va a resultar de él.
Creo que más allá del acto voluntario de quitarse la vida, el verdadero problema radica en los motivos por los cuales un joven puede llegar a este extremo (si se le puede llamar así). Las desilusiones amorosas, el conflicto familiar, la soledad, la poca aceptación en sí mismos, conllevan a decaer en una depresión profunda que genera tristeza, frustración, desaliento y poca concentración. Cabe anotar que, las drogas y el alcohol, también son factores importantes que desestabilizan el comportamiento en los jóvenes, si se está acompañado de una profunda depresión.
Una de las principales causas suicidas es el desamor. Bien dicen que el amor no usa lentes cuando en verdad si los necesita. Es la dependencia misma que tenemos hacia los demás lo que nos vuelve vulnerables ante otros. Muchos salen “librados” cuando este cuento de hadas se acaba, ya sea por infidelidad, desapego por parte del otro o falta de interés en la relación. El dilema está cuando la chispa se extingue y no nos sentimos capaces de continuar sin el otro, sencillamente porque todo el tiempo construimos nuestra existencia, bajo la sombra idealizada de alguien.
Para terminar, no creo que haya porque juzgar a quien atente contra su vida, a pesar de la supuesta autonomía de pensar y actuar como se quiera. El suicidio es un proceso lento e inconsciente que desencadena (si no es tratado a tiempo) en el sueño eterno del que jamás se despertará: la muerte.
Para considerarse suicidio,
la muerte debe ser un elemento carnal y el motivo del acto, y no solo una
consecuencia casi ineludible. Así los mártires no son considerados suicidas,
dado que se sacrifican en nombre de una creencia. Tampoco son suicidas los que
se sacrifican por otros en caso de emergencias ni los soldados que mueren en
una guerra y, en estos casos, los muertos no son proscritos por la ley. En el
caso de que el suicidio tenga consecuencias legales, la ley recoge que debe
haber prueba de intención de morir, así como la propia muerte para que el acto
sea considerado un suicidio. Puede que dicho proceso sea costoso en caso de
minusvalía y tenga que depender de alguien más, que entraría entonces en una
dinámica de cómplice de suicidio. Según “el cómplice es todo aquel que, sin
llevar a cabo personalmente los elementos constitutivos de la infracción
imputable del autor, solamente ha facilitado o provocado la acción principal
por medio de actuaciones de una importancia material secundaria: ayuda, suministro
de medios o instigación figura
del derecho penal donde sería posible una sanción penal.
La
Psicología y la Psiquiatría se revelan como las principales ciencias de la
salud para prevenir el suicidio.
El suicidio puede ser efecto de trastornos
psiquiátricos, que comúnmente se acompañan de abatimiento, vacío emocional o ansiedad,
como el trastorno de ansiedad generalizada,
el trastorno de pánico, el trastorno
bipolar, la esquizofrenia y todos los trastornos
depresivos. En estos casos es, principalmente, la enfermedad lo que
provoca el suicidio y no el análisis lógico del individuo. Antes que la acción,
el suicidio comienza en el pensamiento. Ya sea por problemas personales y/o
emocionales, las personas suicidas deben ser evaluadas como individuo para
entonces entender el suicidio a nivel social. Estos individuos poseen un
sentido de indefensión y desesperanza ante las situaciones que los afectan. Las
personas suicidas exhiben algunas características tales como impulsividad, baja
tolerancia a la frustración y son personas sin espíritu de lucha. Suelen ser
pacientes más agresivos, exigentes, dependientes e insatisfechos que los demás.
Teniendo en cuenta el perfil de la persona suicida se podría prevenir algunos
suicidios con psicoterapia, farmacoterapia y hospitalización en casos más
graves. Los indicadores y comportamientos varían dependiendo de la persona.
Según la cuarta versión de El Manual diagnóstico y estadístico de los
trastornos mentales, los pensamientos recurrentes (no solo el temor a la
muerte), ideación suicida recurrente sin un plan específico o una tentativa de
suicidio o un plan específico para suicidarse son síntomas de personas con depresión
mayor.
El proyecto suicida nunca es improvisado,
aunque la realización a veces sea impulsiva. El suicida lo venía pensando desde
tiempo antes, y en la mayoría de los casos se lo había comunicado a alguien con
anterioridad. La idea de que alguien que habla de suicidarse no lo hará es
falsa, toda amenaza debe ser tomada seriamente.
Para algunos psiquiatras y psicólogos no
existe un único factor desencadenante de un suicidio, sino que éste es una
acción multideterminada por diversos factores intervinientes que al conjugarse
se potencian.2
En un estudio realizado en Buenos Aires, con
suicidas que tenían un historial de internaciones psiquiátricas, aparecieron
como factores destacados2
·
Aislamiento y soledad, con pérdida de apoyo y lazos
sociales.
·
Presencia de conductas suicidas (fantasías,
ideación, amenazas, intentos y/o equivalentes).
·
La heteroagresividad demostró ser una
característica tan marcada como cualquier elemento depresivo (fantasías de
homicidio, conductas agresivas y violentas hacia otros). Cuando la
manifestación externa se ve bloqueada de alguna forma, estos impulsos
destructivos se vuelven contra sí mismo.
·
Dificultades familiares serias (abandono, rechazo,
etc.). Los familiares mostraron escasa empatía con el paciente, poca
comprensión y conciencia de la situación de peligro y serias dificultades para
contenerlo emocionalmente.
·
No evolución favorable de la enfermedad
psiquiátrica (cronicidad).
·
Estados depresivos.
Todas éstas resultaron ser variables de
altísimo potencial suicida pero en ningún caso la existencia de una sola fue
suficiente para desencadenar un suicidio.
Existe mayor riesgo cuando los síntomas de ansiedad, insomnio, angustia, desesperanza o son acompañados por síntomas psicóticos e ideas delirantes paranoides o melancólicas. En muchos casos el acto suicida se lleva a cabo luego de una engañosa mejoría de los síntomas ya que algunos se tranquilizan cuando ya tienen tomada la decisión.2
Existe mayor riesgo cuando los síntomas de ansiedad, insomnio, angustia, desesperanza o son acompañados por síntomas psicóticos e ideas delirantes paranoides o melancólicas. En muchos casos el acto suicida se lleva a cabo luego de una engañosa mejoría de los síntomas ya que algunos se tranquilizan cuando ya tienen tomada la decisión.2
La idea de muerte puede surgir por muchos
motivos diferentes:
·
Como expresión de pensamientos acerca de la
inutilidad de la existencia y el vacío.
·
Como vía de escape para el sufrimiento emocional o
psicológico.
·
Como escape a la tortura de los perseguidores
internos en los cuadros paranoides.
·
Como deseo vengativo hacia otra persona, de control
hostil del otro, de castigo del otro o una búsqueda de impacto en los otros.
·
Como el deseo de promover cambios en las actitudes
o sentimientos de los demás, o buscar averiguar póstumamente si se es querido
por los otros.
·
Como fantasía de evasión, de escaparse del
conflicto, un deseo de liberación, una fantasía de paz eterna.
·
Como deseo de expiación por alguna culpa o pecado.
·
Como deseo de recomenzar una vida nueva acompañado
por la fantasía de renacer después de la muerte.
·
Como deseo de rehabilitación del prestigio y el
honor con fantasías de gloria.
·
Como caída de la autoestima unida a una sensación
de impotencia extrema después de una injuria narcisista.
·
Como búsqueda de tranquilidad.
·
Como deseo apasionado de reunión erótica con un
objeto (persona amada) amado muerto.
·
Como deseos de reconquista o de reivindicación.
·
Como deseo de lograr el amor de un objeto (persona
amada) vivo.
·
Como deseo de aniquilación del Yo.
·
Como deseo de conmover a otros o generarles
culpabilidad o perjudicarlos de alguna manera y hacerlos sufrir.
El suicidio (1897), señala que los
suicidios son fenómenos individuales que responden esencialmente a causas
sociales. Las sociedades presentan ciertos síntomas patológicos, ante todo la
integración o regulación social ya sea excesiva o insuficiente del individuo en
la colectividad. Por tanto el suicidio sería un hecho social.
Durkheim comienza su estudio con una
definición de suicidio como: «Todo caso de muerte que resulta directa o
indirectamente de un acto positivo o negativo realizado por la víctima misma y
que, según ella sabía, debía producir este resultado». Ejemplo de un
acto positivo: dispararse en la cabeza; ejemplo de un acto negativo: rehusar a
ingerir cualquier medicina hasta dejarse morir. La persona suicida vive con una
percepción anómica de la vida: Pierde el sentido de la ley, normas sociales y
se vuelve escéptico ante la vida y todo lo que ésta implica. Aunque cada
persona suicida es distinta, tienen indicadores y pasan por un mismo proceso.
Uno de los factores más importante de la persona suicida es la convicción del
suicidio como método factible. Si estudiamos el comportamiento de las personas
suicidas, no podemos asegurar que se pueda prevenir todo tipo de suicidios pero
si podemos estudiar si se utilizaría la misma metodología, modalidad, tiempo y
espacio. El suicidio como un problema social. Se han creado diversas teorías
para explicar la raíz del problema y las particularidades del mismo. Han tomado
en cuenta razones como el estatus económico, socio-profesional, la edad y el
estado civil. Se asegura que en algunas ocasiones las personas están
predispuestas al suicidio. Un principio de la modificación de conducta
establece que de la misma manera que aprendemos, podemos desaprender. Una
persona que proviene de una familia donde existen historial suicida tiene
cierta predisposición a cometer actos suicidas. La profesión y la religión
están relacionadas también indirectamente con el suicidio. La persona que
trabaje bajo presión y no sepa manejarlo puede tener pensamientos suicidas y
ejecutarlos.
Durkheim distingue tres clases de suicidios:
1. Suicidio egoísta, típico
de sociedades donde el individuo carece de integración social.
2. Suicidio anímico (anomia
es para Durkheim lo que para otros autores, a partir de Hegel, es alienación),
característico de falta de regulación social (anomia), existe una falta de
normatividad en tanto que las normas sociales no son interiorizadas como
propias por parte del individuo.
3. Suicidio altruista,
característico de sociedades con alto grado de integración social, el individuo
se suicida por su sensación de pertenencia a la sociedad. Se mata por ella, un
claro ejemplo son los kamikazes. Esta relación es patológica porque la persona
pierde el sentido de individualismo. Este tipo de suicidio consiste en ofrecer
su vida por algún ideal. El individuo sacrifica su vida en honor a quien el
cree que se beneficiara de ello.
El
suicidio es el acto de quitarse deliberadamente la propia vida. El
comportamiento suicida es cualquier acción que pudiera llevar a una persona a
morir, como tomar una sobredosis de fármacos o estrellar un automóvil de forma
deliberada.
Causas
El
suicidio y los comportamientos suicidas generalmente ocurren en personas con
uno o más de los siguientes factores:
- Trastorno
bipolar
- Trastorno
límite de la personalidad
- Depresión
- Dependencia
del alcohol y de las drogas
- Esquizofrenia
- Cuestiones
de vida estresantes, como problemas serios a nivel financiero o en las
relaciones interpersonales
Las
personas que intentan suicidarse con frecuencia están tratando de alejarse de
una situación de la vida que parece imposible de manejar. Muchos de los que
cometen intento de suicidio están buscando alivio a:
- Sentirse
avergonzado, culpable o como una carga para los demás.
- Sentirse
como víctima.
- Sentimientos
de rechazo, pérdida o soledad.
Los
comportamientos suicidas pueden ser causados por una situación o hecho que la
persona ve como agobiante, tales como:
- El envejecimiento (los ancianos tienen la tasa
más alta de suicidio).
- La muerte de un ser querido.
- La dependencia de las drogas o del alcohol.
- Un trauma emocional.
- Enfermedades físicas graves.
- El desempleo o los problemas financieros.
Los
factores de riesgo del suicidio en adolescentes abarcan:
- Acceso
a armas de fuego.
- Miembro
de la familia que cometió suicidio.
- Antecedentes
de autoagresión deliberada.
- Antecedentes
de abandono o maltrato.
- Vivir
en comunidades en donde ha habido brotes recientes de suicidio en personas
jóvenes.
- Ruptura
sentimental.
La
mayoría de los intentos de suicidio no terminan en muerte. Muchos de estos
intentos se llevan a cabo en una forma en que el rescate sea posible. Estos
intentos a menudo representan un grito desesperado en busca de ayuda.
Algunas
personas intentan suicidarse de una manera que sea menos probable de llevar a
la fatalidad, como envenenamiento o sobredosis. Los hombres, especialmente los
ancianos, tienen mayor probabilidad de escoger métodos violentos, como
dispararse. Como resultado, los intentos de suicidio por parte de ellos tienen
mayor probabilidad de consumarse.
Los
parientes de personas que intentan o cometen suicidio a menudo se culpan o se
enojan mucho y pueden ver el intento o el acto como egoísta. Sin embargo, las
personas que intentan cometer suicidio con frecuencia creen erróneamente que
les están haciendo un favor a sus amigos y parientes al irse de este mundo.
Síntomas
A
menudo, pero no siempre, una persona puede mostrar ciertos síntomas o
comportamientos antes de un intento de suicidio, entre ellos:
- Tener
dificultad para concentrarse o pensar claramente.
- Regalar
las pertenencias.
- Hablar
acerca de marcharse o la necesidad de "dejar todos mis asuntos en
orden".
- Cambio
repentino en el comportamiento, sobre todo calma después de un período de
ansiedad.
- Pérdida
de interés en actividades que antes disfrutaba.
- Tener
comportamientos autodestructivos, como tomar alcohol en exceso, consumir
drogas ilícitas o hacerse cortaduras en el cuerpo.
- Alejarse
de los amigos o no querer salir.
- Tener
dificultad repentina en el colegio o el trabajo.
- Hablar
acerca de la muerte o el suicidio o incluso declarar el deseo de hacerse
daño.
- Hablar
acerca de sentirse desesperado o culpable.
- Cambiar
los hábitos alimentarios o de sueño.
- Preparar maneras de
quitarse su propia vida (como comprar un arma o muchas pastillas).
Tratamiento
Es
posible que las personas que están en riesgo de comportamiento suicida no
busquen tratamiento por muchas razones:
- Creen
que nada va a ayudar.
- No
desean contarle a nadie que tienen problemas.
- Piensan
que buscar ayuda es un signo de debilidad.
- No
saben adónde acudir por ayuda.
Una
persona puede necesitar tratamiento de emergencia después de un intento de
suicidio. Se pueden necesitar primeros auxilios, reanimación
cardiopulmonar o tratamientos más intensivos.
Las
personas que intentan cometer suicidio pueden necesitar hospitalización para
tratarlos y reducir el riesgo de futuros intentos. La terapia es una de las
partes más importantes del tratamiento.
Se
debe evaluar y tratar cualquier trastorno de salud mental que pueda haber
llevado al intento de suicido. Esto abarca:
- Trastorno bipolar
- Trastorno límite de la personalidad
- Dependencia del alcohol o las drogas
- Depresión mayor
- Esquizofrenia
Si
usted o alguien que usted conozca está pensando en el suicidio, hay números a
los que puede llamar desde cualquier parte en los Estados Unidos, las 24 horas
del día, los 7 días a la semana: 1-800-SUICIDE o 1-800-999-9999.
Como
sucede con cualquier otro tipo de emergencia, llame al número local de
emergencias de inmediato si alguien que
usted conoce ha intentado suicidarse. No deje a la persona sola, ni siquiera
después de haber pedido ayuda.
Expectativas
Tome
siempre en serio las amenazas e intentos de suicidio. Cerca de un tercio de las
personas que tratan de suicidarse lo intentarán de nuevo dentro de un período
de un año. Cerca del 10% de las personas que amenazan o intentan suicidarse
finalmente se quitan la vida.
La
persona necesita atención en salud mental inmediatamente. No le reste
importancia a la persona como que simplemente está tratando de llamar la
atención.
Cuándo contactar a un profesional médico
Llame
a un médico de inmediato si usted o alguien que usted conozca está teniendo
pensamientos suicidas.
Prevención
El
hecho de evitar el alcohol y las drogas (diferentes a los medicamentos
recetados) puede reducir el riesgo de suicidio.
En
hogares con niños o adolescentes:
- Almacene todos los medicamentos recetados en
una parte alta y bajo llave.
- No guarde alcohol en la casa o manténgalo
asegurado bajo llave.
- No guarde armas de fuego en la casa. Si las
tiene, guárdelas bajo llave y las balas aparte.
Muchas
personas que tratan de suicidarse hablan de ello antes de hacer el intento.
Algunas veces, simplemente hablar con alguien a quien le importe y que no haga
juicios es suficiente para reducir el riesgo de suicidio.
Sin
embargo, si usted es un amigo, miembro de la familia o simplemente conoce a
alguien que cree que puede intentar suicidarse, nunca trate de manejar el
problema por su cuenta. Busque ayuda. Los centros de prevención de
suicidio tienen servicios de "línea telefónica directa".
Nunca
ignore una amenaza o intento de suicidio.
Con un total de 52 suicidios en la entidad,
que la colocan en cuarto lugar a nivel nacional, después de Yucatán, Tabasco y
Quintana Roo; el Gobierno del Estado en coordinación con la Secretaría de Salud
conmemoró el “Día Mundial para la Prevención del Suicidio”.
.-
Como parte de las acciones para prevenir el suicidio, la Secretaría de Salud campechana atendió a siete mil
personas en consultas psicológicas y redobló los esfuerzos en la impartición de
talleres en escuelas de nivel básico.
Rosaura
González Castillo, titular del Consejo Estatal de Salud Mental del Estado de Campeche (Cósame), señaló que
la meta del programa es integrar la Red Estatal de Servicios para la Atención
de la Salud Mental, esto a
mediano plazo.
La
funcionaria destacó también que se busca disminuir la tasa de mortalidad por
suicidios en un 20 por ciento y brindar atención completa a los casos nuevos de
enfermedades mentales que acudan a los servicios de salud, según informó
Notimex.
Expuso
que desde 2010, ante el alarmante número de casos de suicidio que se registran
en la entidad, se determinó implementar ese mecanismo de atención preventiva.
"Pretendemos
que estas acciones nos ayuden a reducir el índice de
suicidios en Campeche y ampliar la cobertura de atención de
pacientes con trastornos mentales, los efectos de la discriminación,
incomprensión social y escasa atención a esta problemática", señaló.
González
Castillo recordó que en 2011 el programa se fortaleció con la integración del Cósame,
formado por instituciones del gobierno, públicas y privadas, con el objeto de
prevenir, promover y apoyar las acciones y programas para combatir los problemas
de salud.
Entre
las actividades realizadas de 2012 a lo que va de 2013 están las pláticas
preventivas dirigidas a jóvenes de secundaria y bachillerato, la promoción y
prevención en más de 60 colonias y ejidos, ferias y jornadas de la salud y
talleres en centros penitenciarios, así como distribución de volantes y
trípticos.
Además,
indicó que en 2012 se otorgaron cinco mil consultas en las tres jurisdicciones
sanitarias de Campeche, El Carmen y Escárcega, con un promedio de siete
servicios al día, siendo los principales diagnósticos los trastornos
depresivos, ansiedad y episodios depresivos recurrentes.
De
enero a mayo de este año, continuó, esos mismos consultorios otorgaron dos mil
500 atenciones psicológicas, con un promedio de ocho consultas diarias.
El
número de servicios de atención creció "de manera importante" con la
apertura de siete módulos en Campeche, El Carmen, Escárcega, Champotón,
Calkiní, Candelaria y Hopelchén, afirmó.
Los suicidios en 2006 fueron 59:
en promedio, cinco personas al mes se quitaron la vida, dos más que en 2005,
sumando, según las noticias, seis los menores muertos de esa manera.
Es importante hacer un llamado urgente a las autoridades para que se ocupen de forma seria y comprometida de una situación en la que la edad ya no es un factor determinante.
El suicidio es un problema de salud pública y, de acuerdo con las estadísticas, ocupa la tercera causa de muerte en el país entre las personas de 15 a 35 años, y se sitúa a Campeche dentro de los cinco primeros estados en el país por casos de suicidio.
Con investigaciones se han intentado averiguar las razones que motivan a una persona a quitarse la vida, y se encontró respuesta en el diagnóstico de la depresión tratando de prevenirlo principalmente con medicamentos. Sin embargo, el suicidio es un síntoma evidente de que nuestra sociedad experimenta de forma constante sentimientos de desamparo, soledad y desesperación, y aun los menores, que se cree no se dan cuenta de nada, al parecer se fijan de todo.
Personas que han intentado suicidarse declaran que es insoportable sobrellevar la sensación de no tener la solución en sus manos. Desgraciadamente, los que tienen en sus manos el poder de resolver las situaciones más difíciles que atraviesa la población parecen no ponerse de acuerdo para determinar cuáles son las prioridades de la gente, y envían con sus acciones mensajes de desinterés, lo que contribuye a construir una cultura de indiferencia ante el dolor y las necesidades de los demás.
¡Esto hace que sea casi imposible solucionar los problemas que se presentan en el país! Como resultado, la mayoría considera resolver su situación de forma particular, sin tomar en cuenta a los demás, y se olvida de que lo que realiza cada uno de nosotros en su pequeño entorno tratando de sacar provecho o ignorando alguna situación que perjudique a alguien nos afecta a todos. Así funciona una sociedad.
Estar ciegos y sordos al dolor y a la tristeza destruye nuestra humanidad, lo que nos hace personas que caminan sin mirarse, sin sentirse, en un lugar donde gritar y levantar la voz no es suficiente, y es la muerte de los que se han fatigado el grito más silencioso y al parecer menos escuchado.— San Francisco de Campeche, Campeche.
Es importante hacer un llamado urgente a las autoridades para que se ocupen de forma seria y comprometida de una situación en la que la edad ya no es un factor determinante.
El suicidio es un problema de salud pública y, de acuerdo con las estadísticas, ocupa la tercera causa de muerte en el país entre las personas de 15 a 35 años, y se sitúa a Campeche dentro de los cinco primeros estados en el país por casos de suicidio.
Con investigaciones se han intentado averiguar las razones que motivan a una persona a quitarse la vida, y se encontró respuesta en el diagnóstico de la depresión tratando de prevenirlo principalmente con medicamentos. Sin embargo, el suicidio es un síntoma evidente de que nuestra sociedad experimenta de forma constante sentimientos de desamparo, soledad y desesperación, y aun los menores, que se cree no se dan cuenta de nada, al parecer se fijan de todo.
Personas que han intentado suicidarse declaran que es insoportable sobrellevar la sensación de no tener la solución en sus manos. Desgraciadamente, los que tienen en sus manos el poder de resolver las situaciones más difíciles que atraviesa la población parecen no ponerse de acuerdo para determinar cuáles son las prioridades de la gente, y envían con sus acciones mensajes de desinterés, lo que contribuye a construir una cultura de indiferencia ante el dolor y las necesidades de los demás.
¡Esto hace que sea casi imposible solucionar los problemas que se presentan en el país! Como resultado, la mayoría considera resolver su situación de forma particular, sin tomar en cuenta a los demás, y se olvida de que lo que realiza cada uno de nosotros en su pequeño entorno tratando de sacar provecho o ignorando alguna situación que perjudique a alguien nos afecta a todos. Así funciona una sociedad.
Estar ciegos y sordos al dolor y a la tristeza destruye nuestra humanidad, lo que nos hace personas que caminan sin mirarse, sin sentirse, en un lugar donde gritar y levantar la voz no es suficiente, y es la muerte de los que se han fatigado el grito más silencioso y al parecer menos escuchado.— San Francisco de Campeche, Campeche.
Por qué es un
problema de Salud Pública
El suicidio debe ser considerado problema de
salud pública en México, porque el promedio de casos se cuadruplicó en los
últimos 30 años al pasar de 2 a casi 8 por cada 100 mil personas.
A través de un punto de acuerdo presentado a la
Comisión Permanente del Congreso de la Unión, el legislador manifestó su
preocupación por que el suicidio representa un tema tabú y hasta prohibido en
nuestro país por lo que carece de la conferencia adecuada.
En ese sentido, anotó que nuestro país debe retomar
el criterio de la Organización Mundial de la Salud y de la Organización
Panamericana de la Salud, quienes ven al suicidio como un problema de la salud
pública por el gran número de muertes que se presentan en el orbe.
México se deben establecer programas de prevención
y orientación dirigidos a la población de 15 a 24 años de edad; sobre todo,
varonil ya que por cada mujer que se suicida lo hacen 4 hombres.
Para que una problemática sea considerada de Salud
Pública debe reunir estos requisitos:
1.- Cuando constituye una causa común de morbilidad
o mortalidad.
2.- Cuando existen métodos eficaces de prevención y
de control.
3.- Cuando dichos métodos no están siendo
utilizados de un modo adecuado por la comunidad.
Cifras del
suicidio
La dolorosa cifra del INEGI que va en aumento y que
en su informe más actualizado y completo que tiene, corresponde al 2011 en el
cual, se indica que en dicho año se reportaron a las autoridades 5 mil 718
suicidios, de los cuales, cuatro mil 46 se dieron por ahorcamiento; cuatro mil
132 en una vivienda particular y tres mil 50, eran jóvenes de entre 15 a 34
años de edad.
Estos datos cruzados demuestran que las personas en
edad productiva son las que más se suicidan en sus domicilios.
De acuerdo con los datos más recientes de la
Organización Mundial de la Salud (OMS), que son del 2012, cada año se suicidan
cerca un millón de personas en el mundo, lo que supone una tasa de mortalidad
"global" de 16 suicidios por cada cien mil habitantes, o, una muerte
cada 40 segundos por esta causa.
El suicidio a nivel mundial, constituye la segunda
causa de muerte en el grupo de edad de 15 a 24 años, después de los accidentes
automovilísticos y donde México, ocupa el noveno lugar en número de suicidios
de una lista de 53 países.
En nuestro país, la tasa de suicidios aumentó casi
400% en las últimas tres décadas al pasar de 2 casos por cada 100 mil
habitantes, a 7.6 hasta el 2011 y de los cuales, el 42% se registró en jóvenes
entre 15 y 24 años de edad.
De acuerdo con datos de INEGI, en el 2011 se
registraron 5 mil 718 suicidios, mientras que en 2010 se dieron 5 mil 12 casos.
En 2009 se reportaron 5 mil 190, lo que demuestra un ligero aumento en estos
tres años registrados por la dependencia.
Destaca que del total de suicidas, 4 mil 621 son
hombres mientras que mil 95 mujeres y casi la mitad, 2 mil 532, son solteros.
Respecto a su nivel de estudios, mil 974 tenían concluida la secundaria y mil
875 la primaria.
Otro dato a señalar es que el 28% de los suicidas,
mil 642 casos, no tenían trabajo cuando consumaron el acto.
Los estados con más casos de suicidio son el Estado
de México con 600, Jalisco con 453, el Distrito Federal con 413, Guanajuato con
358 y Veracruz con 309.
En tanto, en las entidades que hay menos registros
de suicidios son Baja California Sur con 30 casos, Nayarit con 46, Colima con
48, Morelos con 61 y Campeche con 81.
Causas del
suicidio
Etimológicamente, la palabra suicidio significa
matarse a sí mismo. La Organización Mundial de la Salud, define "el acto
suicida" como toda acción por la que un individuo se causa a sí mismo un
daño, con independencia del grado de intención letal y de que conozcamos o no
los verdaderos motivos.
De acuerdo con la OMS, es un problema complejo, en
el que intervienen factores psicológicos, sociales, biológicos, culturales y
ambientales..
“El suicidio nos habla de la sociedad, del grupo y
de las instituciones, hay un escenario incluso psicoanalítico”
Los especialistas creen que este argumento lleva a
una pregunta más compleja, ¿de dónde nace el deseo real del suicida?, sí es
propio o atravesado por los deseos de la dinámica familiar u otros factores.
“Pareciera que es a través del sacrifico y la ‘nidificación’
del sujeto que se va a modificar la dinámica de la familia”.
Martín Gabriel Barrón Cruz, destacó que en los
últimos 50 años en el país muchas personas se han quitado la vida por crisis
económicas recurrentes, por lo que una parte de los suicidios recae en el
Estado.
El especialista agregó que pese a la estadísticas
de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que sitúan a México como el noveno
país en el mundo con más suicidios, las autoridades no llevan un registro
adecuado de los suicidas en el país, dificultando las posibles soluciones a lo
que consideran un problema de salud pública.
También lamentó la poca preparación de las
autoridades que al llegar al llegar al lugar donde una persona se quitó la
vida, no saben interpretar todos los mensajes que dejan.
Los especialistas reiteraron que el suicidio es un
acto completamente humano, pero que está muy relacionado con la carga y
presiones sociales.
Conclusión:
Como resultado de la investigación
llego a la conclusión que las personas las cuales se suicidan son aquellas las
cuales desconocen totalmente cuanto puede valer su vida y que por un error o
una mala jugada de la vida se sienten tan presionados que deciden según ellos “dejar
de sufrir” y la manera mas fácil es dejar de vivir sin tratar de demostrarle a
la vida que ellos realmente pueden.
Anexos:
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