Ref: ACT12
por: Edith Cristal Eligio Domínguez
1°B
Universidad Autónoma de Campeche
licenciatura en psicología
Introducción.
¿Cuántas veces
has querido hacer algo diferente, pero te dejas seducir por lo de siempre?
Quizás muchas veces. Y cuando la magia se pierde, crees que la responsable
es la rutina, un ser con voluntad propia. Sin embargo, amigo, la rutina la construyes tú. No es muy complicado el
hablar de una rutina, todos mantenemos una, ya sea en el ámbito laboral o en el
escolar, o simplemente en la vida cotidiana, el objetivo principal es, exponer
una de las causas por las cuales se presenta el fracaso personal e informar los
derivados de esta condición, es necesario identificar que este es un factor que
amenaza a personas de todo tipo de edades, aplicar los criterios, “ama todo lo
que haces para ser feliz”.
Simplifiquemos un poco, rutina. Del francés routine, una rutina es una costumbre o
un hábito que se adquiere al repetir una misma tarea o actividad muchas veces.
La rutina implica una práctica que, con el tiempo, se desarrolla de manera casi
automática, sin necesidad de implicar el razonamiento.
La vida cotidiana suele estar formada de
rutinas, sobre todo en lo referente al ámbito laboral; levantarse a las 7 de la
mañana, desayunar una taza de café, conducir y tomar otro café en la oficina es
una rutina compartida por millones de personas.
Lo rutinario suele ser asociado a lo tedioso
o aburrido, razón por la cual las vacaciones aparecen como el momento elegido
para dejar la rutina de lado y embarcarse en actividades que, por las
obligaciones laborales o académicas del resto del año, no pueden realizarse.
Por otro lado, debe señalarse que la rutina
es un mecanismo que brinda seguridad (minimiza los imprevistos) y que permite
ahorrar tiempo (al evitar las tareas poco frecuentes). Claro que, si se lleva
al extremo, esto tiene un precio; no es coincidencia que el mayor índice de
depresión, estrés y suicidios se dé en las ciudades.
La rutina, la muerte silenciosa del alma
E
|
l
ritmo cotidiano, alcanzada o no la estabilidad emocional, puede hacerse
repetitivo, de forma que cada día parece exactamente igual al anterior y al
siguiente. Desaparecen los incentivos, las variaciones, los éxitos y los
fracasos, las alegrías y las tristezas. En ese momento, el individuo se
descubre como una máquina dentro de un engranaje, sin creatividad y totalmente
mecanizado, moviéndose por reflejos. Las emociones y los sentimientos están
congelados y anulados.
Nos
enfrentamos a uno de los mayores problemas de la sociedad actual, la rutina,
que desemboca invariablemente en el aburrimiento, la frustración y el desengaño
de uno mismo, de los otros y de todo el ambiente en general.
La
rutina se valora muchas veces como algo beneficioso: «esto es simple rutina»,
«es un trabajo rutinario», dando a entender que la cuestión carece de
importancia y que es fácilmente manejable. Pero, sólo de forma excepcional uno
puede abandonarse a la rutina, con la seguridad de que a la primera señal de
aburrimiento o cansancio pueda salir de ella.
Toda
actividad humana puede verse afectada por la rutina: desde situaciones
parciales hasta la totalidad de la vida pueden parecer una «absoluta rutina».
El amo/a de casa, nadie puede negarlo, se mueve por rutina. Todos los días
limpia, hace las camas, lava, plancha, cocina, friega los platos..., para hacer
exactamente lo mismo al día siguiente y al otro y al otro. Existen otras
profesiones que no deberían ser rutinarias pero que, sin embargo, lo son. Se
pierde el interés por el trabajo, se hace «porque se tiene que hacer»,
esperando la paga el fin de mes, y punto: el resto da igual. La rutina en el
trabajo, sea cual sea la ocupación del individuo, desemboca en un total hastío,
el empezar a trabajar por la mañana supone «una cruz», se pierde el rendimiento
y la eficacia y el sujeto se va quedando atrás. Con los años, si no se subsana
la situación, la persona se encuentra amargada y defraudada y «culpa al
sistema» de su mediocridad.
La
rutina en el amor y en la vida de pareja se va creando con los años. Es lógico
que los primeros sentimientos cedan paso a otros nuevos, pero éstos no tienen
por qué verse inmersos en la repetición. La pareja a menudo pierde el cariño y
el afecto y actúa con monotonía. Se está con el otro pero no se vive con él. La
situación se mantiene sin ilusión y sin alegría. Se establece una vida de
pareja rutinaria, manteniendo las relaciones por comodidad, por conformismo o
por falta de iniciativa. Si alguno de los dos miembros se rebela, surge el
conflicto que, o bien resuelve la situación transformando la vida en común, o
desencadena la ruptura de la unión.
Los
entretenimientos, las reuniones con los amigos, las salidas y los viajes, el
trabajo, los hijos y hasta las ideas pueden hacerse rutinarias. Se hacen las
cosas porque siempre se han hecho así, sin que exista interés por cambiarlas;
son actos totalmente reflejos, carentes de estímulo propio. Hay personas que
viven en una continua rutina que afecta a la familia, al trabajo, a las
amistades y las diversiones...
El
individuo puede vivir perfectamente con su rutina. El conflicto surge cuando
pierde el interés y la alegría, recapacita acerca de lo que buscaba y esperaba
de la vida y lo compara con lo que es y lo que ha logrado. Entonces, o se hunde
o lucha con todas sus fuerzas para encontrar el camino y escapar del
aburrimiento.
He
aquí una pequeña historia:
Hubo
una vez en la historia del mundo un día terrible en el que el Odio, que es el
rey de los malos sentimientos, los defectos y las malas virtudes, convocó a una
reunión urgente con todos los sentimientos negros del mundo y los deseos más
perversos del corazón humano. Estos llegaron a la reunión con curiosidad de
saber cuál era el propósito. Cuando estuvieron todos habló el Odio y dijo:
-
"Los he reunido aquí a todos porque deseo con todas mis fuerzas matar a
alguien".
Los
asistentes no se extrañaron mucho pues era el Odio que estaba hablando y él
siempre quiere matar a alguien, sin embargo todos se preguntaban entre sí quién
sería tan difícil de matar para que el Odio los necesitara a todos.
-
"Quiero que maten al Amor", dijo. Muchos sonrieron malévolamente pues
más de uno quería destruirlo.
El
primer voluntario fue el Mal Carácter, quien dijo:
-
"Yo iré, y les aseguro que en un año el Amor habrá muerto; provocaré tal
discordia y rabia que no lo soportará".
Al
cabo de un año se reunieron otra vez y al escuchar el reporte del Mal Carácter
quedaron decepcionados.
-
"Lo siento, lo intenté todo pero cada vez que yo sembraba una discordia,
el Amor la superaba y salía adelante".
Fue
entonces cuando, muy diligente, se ofreció la Ambición que haciendo alarde de
su poder dijo:
-
"En vista de que el Mal Carácter fracasó, iré yo. Desviaré la atención del
Amor hacia el deseo por la riqueza y por el poder. Eso nunca lo ignorará".
Y
empezó la Ambición el ataque hacia su víctima quien efectivamente cayó herida
pero, después de luchar por salir adelante, renunció a todo deseo desbordado de
poder y triunfó de nuevo.
Furioso
el Odio por el fracaso de la Ambición envió a los Celos, quienes burlones y
perversos inventaban toda clase de artimañas y situaciones para despistar el
amor y lastimarlo con dudas y sospechas infundadas. Pero el Amor confundido
lloró y pensó que no quería morir, y con valentía y fortaleza se impuso sobre
ellos, y los venció.
Año
tras año, el Odio siguió en su lucha enviando a sus más hirientes compañeros,
envió a la Frialdad, al Egoísmo, a la Cantaleta, la Indiferencia, la Pobreza,
la Enfermedad y a muchos otros que fracasaron siempre, porque cuando el Amor se
sentía desfallecer tomaba de nuevo fuerza y todo lo superaba. El Odio,
convencido de que el Amor era invencible, les dijo a los demás: "Nada hay
que hacer. El Amor ha soportado todo, llevamos muchos años insistiendo y no lo
logramos".
De
pronto, de un rincón del salón se levantó alguien poco reconocido, que vestía
todo de negro y con un sombrero gigante que caía sobre su rostro y no lo dejaba
ver, su aspecto era fúnebre como el de la muerte. "Yo mataré el
Amor", dijo con seguridad. Todos se preguntaron quién era ése que
pretendía hacer solo lo que ninguno había podido. El Odio dijo: "Ve y
hazlo".
Tan
sólo había pasado algún tiempo cuando el Odio volvió a llamar a todos los malos
sentimientos para comunicarles después que, de mucho esperar, por fin el Amor
HABÍA MUERTO. Todos estaban felices, pero sorprendidos.
Entonces
el sentimiento del sombrero negro habló: "Ahí les entrego el Amor totalmente
muerto y destrozado", y sin decir más se marchó. "Espera", dijo
el Odio, "en tan poco tiempo lo eliminaste por completo, lo desesperaste y
no hizo el menor esfuerzo para vivir. ¿Quién eres?"
El
sentimiento levantó por primera vez su horrible rostro y dijo: "soy La
Rutina."
Esta
pequeña historia nos indica, que incluso para el amor, la rutina es algo que
poco a poco deteriora las situaciones, hay que ser más cuidadosos en torno a lo
que sucede a nuestro alrededor pero,
iremos poco a poco, paso a paso para señalar los tipos de situaciones que se pudieran
presentar.
El
estrés
El
estrés es una respuesta natural y necesaria para la supervivencia, a pesar de
lo cual hoy en día se confunde con una patología. Esta confusión se debe a que
este mecanismo de defensa puede acabar, bajo determinadas circunstancias
frecuentes en ciertos modos de vida, desencadenando problemas graves de salud.
Cuando
esta respuesta natural se da en exceso se produce una sobrecarga de tensión que
repercute en el organismo humano y provoca la aparición de enfermedades y
anomalías patológicas que impiden el normal desarrollo y funcionamiento del
cuerpo humano. Algunos ejemplos son los olvidos (incipientes problemas de
memoria) ,1 alteraciones en el ánimo, 2 nerviosismo y falta de concentración,
en las mujeres puede producir cambios hormonales importantes como dolores en
abdominales inferiores, entre otros síntomas.
Es
una patología emergente en el área laboral, que tiene una especial incidencia
en el sector servicios, siendo el riesgo mayor en las tareas en puestos
jerárquicos que requieren mayor exigencia y dedicación.
El
estrés crónico está relacionado con los trastornos de ansiedad, 3 que es una
reacción normal frente a diversas situaciones de la vida, pero cuando se
presenta en forma excesiva o crónica constituye una enfermedad4 que puede
alterar la vida de las personas, siendo aconsejable en este caso consultar a un
especialista. Los
llamados estresores o factores estresantes son las situaciones desencadenantes
del estrés y pueden ser cualquier estímulo, externo o interno (tanto físico,
químico, acústico o somático como sociocultural) que, de manera directa o
indirecta, propicie la desestabilización en el equilibrio dinámico del
organismo (homeostasis).
Una
parte importante del esfuerzo que se ha realizado para el estudio y comprensión
del estrés, se ha centrado en determinar y clasificar los diferentes
desencadenantes de este proceso. La revisión de los principales tipos de
estresores que se han utilizado para estudiar el estrés, nos proporciona una
primera aproximación al estudio de sus condiciones desencadenantes, y nos
muestra la existencia de diez grandes categorías de estresores:
·
situaciones que fuerzan a procesar
información rápidamente,
·
estímulos ambientales dañinos,
·
percepciones de amenaza,
·
alteración de las funciones fisiológicas
(enfermedades, adicciones, etc.),
·
aislamiento y confinamiento,
·
bloqueos en nuestros intereses,
·
presión grupal,
·
frustración.
·
no conseguir objetivos planeados.
·
relaciones sociales complicadas o fallidas.
Sin
embargo, cabe la posibilidad de realizar diferentes taxonomías sobre los
desencadenantes del estrés en función de criterios meramente descriptivos; por
ejemplo, la que propusieron Lazarus y Folkman (1984), para quienes el 'estrés
psicológico es una relación particular entre el individuo y el entorno (que es
evaluado por el individuo como amenazante o desbordante de sus recursos y que
pone en peligro su bienestar). Por eso se ha tendido a clasificarlos por el tipo
de cambios que producen en las condiciones de vida. Conviene hablar, entonces,
de cuatro tipos de acontecimientos estresantes:
Los
estresores únicos: hacen referencia a cataclismos y cambios drásticos en las
condiciones del entorno de vida de las personas y que, habitualmente, afectan a
un gran número de ellas.
Los
estresores múltiples: afectan sólo a una persona o a un pequeño grupo de ellas,
y se corresponden con cambios significativos y de transcendencia vital para las
personas.
Los
estresores cotidianos: se refieren al cúmulo de molestias, imprevistos y
alteraciones en las pequeñas rutinas cotidianas.
Los
estresores biogénicos: son mecanismos físicos y químicos que disparan
directamente la respuesta de estrés sin la mediación de los procesos psicológicos.
Estos
estresores pueden estar presentes de manera aguda o crónica y, también, pueden
ser resultado Encarar memoria sobre el trauma que origine el estrés. Para
combatir el estrés se suelen recomendar los ejercicios respiratorios de
relajación. El objetivo es ejercer un control voluntario sobre la respiración
de manera que la utilicemos como calmante cuando nos abrumen las situaciones de
estrés.
Otras
acciones para evitar el estrés son las siguientes:
·
Realizar ejercicios físicos.
·
Mantener una dieta saludable.
·
Tener al menos dos ataques de risas (permite
la liberación de endorfinas).
·
Mantener un clima agradable durante el
almuerzo, evitando preocupaciones.
·
Tomarse un tiempo para la relajación mediante
los juegos de mesas (se comprobó que estos tipos de juegos tranquilizan la
mente) de la anticipación mental acerca de lo que puede ocurrir en el futuro.
El estrés puede provenir de cualquier
situación o pensamiento que lo haga sentir a uno frustrado, furioso o ansioso.
La ansiedad es un sentimiento de miedo,
desasosiego y preocupación. La fuente de estos síntomas no siempre se conoce.
Consideraciones
El estrés es una sensación normal que,
en bajas dosis, puede ayudarlo a uno a hacer las cosas. El estrés no afecta a
todo mundo de la misma manera.
Muchas personas sienten síntomas de
estrés en el cuerpo. Usted puede experimentar dolor abdominal, dolores de
cabeza y dolor o tensión muscular.
Cuando usted está muy estresado, puede
notar:
·
Una frecuencia cardíaca más rápida
·
Latidos cardíacos saltones
·
Respiración rápida
·
Sudoración
·
Temblores
·
Mareo
Otros
síntomas abarcan:
·
Hacer sueltas
·
Necesidad frecuente de orinar
·
Boca seca
·
Problemas para deglutir
·
Usted puede tener dificultad para
concentrarse, sentirse cansado la mayoría de las veces o perder los estribos
con mayor frecuencia.
El
estrés también puede causar problemas sexuales e igualmente puede ocasionar
problemas para conciliar el sueño o quedarse dormido y pesadillas.
Causas
Muchas personas tienen estrés cuando
necesitan adaptarse o cambiar.
Los ejemplos son:
-Empezar en un nuevo trabajo o colegio
-Mudarse a una nueva casa
-Casarse
-Tener un hijo
-Romper con alguien
-Una lesión o enfermedad suya, de un
amigo o de un ser amado es una causa común de estrés.
Los sentimientos de estrés y ansiedad son
comunes en personas que se
sienten deprimidas y tristes.
Algunos fármacos pueden causar o
empeorar los síntomas del estrés.
Estos pueden abarcar:
-Algunos medicamentos para inhaladores
usados para tratar el asma
-Fármaco para la tiroides
-Algunas pastillas para adelgazar
-Algunos remedios para el resfriado
-La cafeína, la cocaína, el alcohol y
los productos del tabaco también pueden causar o empeorar los síntomas de
estrés o ansiedad.
Otro factor que se puede presentar debido ala rutina
seria el:
Maltrato.
Son innumerables las formas de violencia
familiar. Puede pensarse en violencia hacia los mayores, entre cónyuges, hacia
los niños, las mujeres, los hombres, los discapacitados, etc. siempre es
difícil pensar un esquema típico familiar, debido a que la violencia puede ser
psíquica o física, y ocurre en todas las clases sociales, culturas y edades. La
mayoría de las veces se trata de adultos hacia uno a varios individuos.
Se caracteriza a la violencia familiar
en la que alguien con más poder abusa de otras con menos poder. El término
violencia familiar alude a todas las formas de abuso que tienen lugar en las
relaciones entre los miembros de la familia. La relación de abuso es aquella en
la que una de las partes ocasiona un daño físico y/o psicológico a otro miembro.
Este daño se puede dar ya sea por acción o por omisión, y se da en un contexto
de desequilibrio de poder. Para establecer que una situación familiar es un
caso de violencia familiar, la relación de abuso debe ser crónica, permanente y
periódica, refiriéndonos así a las distintas formas de relación abusiva que
caracterizan un vínculo familiar.
Generalmente en las familias en las que
aparece la violencia familiar tienen una organización jerárquica fija o
inamovible, además sus miembros interactúan rígidamente, no pueden aportar su
propia identidad, deben actuar y ser como el sistema familiar les impone.
Las personas sometidas a situaciones
críticas de violencia familiar presentan un debilitamiento de sus defensas
físicas y psicológicas, lo que conduciría a un incremento en los problemas de
salud. Muchas padecen de depresión y enfermedades psicosomáticas.
También estas personas muestran una
disminución marcada en el rendimiento
laboral. En los niños y adolescentes tienen problemas de aprendizaje,
trastornos de personalidad, etc.
Por lo general las personas que viven
afectadas por la violencia familiar, como se criaron dentro de este contexto,
tienden a reproducirlos en sus futuras relaciones.
Tipos de maltratos:
Maltrato infantil: es
cualquier acción u omisión, no accidental que provoque un daño físico o
psicológico a un niño por parte de sus padres o cuidadores.
Maltrato físico: se
refiere a cualquier lesión infligida (hematomas, quemaduras, fracturas,
lesiones, envenenamiento, etc.), que no es accidental y que provoca un daño
físico o enfermedad en un niño o adulto. Puede ser el resultado de uno o dos
incidentes aislados, o puede ser una situación crónica de abusos.
Maltrato sexual: se
refiere a cualquier implicación de niños, adultos, adolescentes, dependientes o
inmaduros en cuanto a su desarrollo, en actividades sexuales que no comprenden
plenamente y para los cuales son incapaces de dar un consentimiento informado. En
el caso de los niños es el tipo de contacto sexual por parte de un adulto o
tutor, con el objetivo de lograr excitación y/o gratificación sexual. La
intensidad del abuso puede variar de la exhibición sexual a la violación. De
todas las formas es abuso, el abuso sexual es el más difícil de reconocer y
aceptar. Según estadísticas que 1 de cada 4 niñas y 1 de cada 8 niños serán
sexualmente abusados antes de llegar a los 16 años. En más del 90% el abusador
será masculino y en más del 80% de los casos el abusador será una persona
conocida por el niño. En la mayoría de los casos los niños nunca comunican lo
que está ocurriendo. Los niños no inventan historias acerca de su propio abuso
sexual, por eso en la medida de que el niño se anima a decirlo, es preciso
creerles.
Abuso y abandono emocional:
generalmente se presenta bajo las formas de hostilidad verbal, como por ejemplo
insultos, burlas, desprecio, críticas o amenazas de abandono. También aparece
en la forma de constante bloqueo de las iniciativas infantiles por parte de
algún miembro de la familia. Provoca graves trastornos psicológicos. En el caso
de los niños, los padres muchas veces abusan emocionalmente de sus hijos basados
en buenas intenciones. Pero a partir de esas buenas intenciones pueden
presionarlos o avergonzarlos al punto de crearles un sufrimiento emocional
crónico. Mientras que el abandono emocional puede ser desde un lugar pasivo,
sin brindar afecto, apoyo y la valoración que todo niño necesita para crecer
psicológicamente sano. Se refiere a la falta de respuesta a las necesidades de
contacto afectivo del niño; una constante indiferenciada a los estados anímicos
del niño.
Abandono físico: es
un maltrato pasivo y se presenta cuando las necesidades físicas de un niño como
alimentación, abrigo, higiene y protección no son atendidas en forma temporaria
o permanentemente por ningún miembro del grupo que convive con el niño.
Niños testigos de violencia: se
refiere cuando los niños presentan situaciones crónicas de violencia entre sus
padres. Estos niños presentan trastornos muy similares a los que caracterizan
quienes son víctimas de abuso.
Violencia conyugal:
este tipo de violencia es difícil que se haga visible hacia los demás, esto se
da cuando has graves daños físicos o psicológicos. La violencia conyugal tiene
un ciclo de tres fases:
·
Fase de la acumulación de tensión: se
produce una sucesión de pequeños episodios que llevan a roces permanentes en
los miembros de la pareja, con un incremento constante de ansiedad y
hostilidad. El hombre y la mujer se encierran en un circuito en el que están
mutuamente pendiente de sus reacciones.
·
Episodio agudo: en
el que toda la tensión que se había venido acumulando da lugar a una explosión
de violencia, que puede variar de gravedad, oscilando desde un empujón hasta el
homicidio. Se caracteriza por el descontrol y lo inevitable de los golpes. Las
mujeres se muestran sorprendidas frente al hecho que se desencadena de manera
imprevista ante cualquier situación de la vida cotidiana.
·
Luna de miel: se
produce el arrepentimiento, pedido de disculpas y promesas de que nunca más va
a ocurrir por parte del hombre. Pero al tiempo vuelve a reaparecer los períodos
de acumulación de tensión y a cumplirse el ciclo.
En este tipo de maltrato aparece la
violencia verbal, que refuerza la violencia psicológica. El agresor comienza a
denigrar a la víctima poniéndole sobrenombres, descalificativos, insultándola,
criticándole el cuerpo, comienza a amenazar con agresión física u homicidio. El
agresor va creando un clima de miedo constante. La ridiculización en presencia
de otras personas, le grita, le culpa de todo. A partir de estas agresiones la
víctima puede sentirse débil y deprimida.
Maltrato a ancianos: se
define como cualquier acto que, por acción u omisión, provoque un daño físico o
psicológico a un anciano por parte de la familia o cuidador. Incluye agresión
verbal, física, descuido de su alimentación, abuso financiero, amenazas, etc.
Maltratos
más frecuentes:
Maltrato a las mujeres:
Cuando hablamos del maltrato hacia las mujeres, algunos especialistas prefieren
referirse al síndrome de la mujer maltratada. Si bien hay un importante número
de hombres golpeados, la gran mayoría de los casos se tratan de personas de
género femenino. Desde el punto de vista de las estadísticas, ocurre en todas
las edades pero se destaca en primer lugar entre los 30 y 39 años, luego entre
los 20 y 29 años y más tarde entre los 40 y 49 años, le sigue entre los 15 y 19
años, para finalizar con las mayores de 50 años. Las mujeres casadas
constituyen un 66% del total, el reto lo componen novias, ex parejas,
conocidas, amantes, amigas, etc. La mayor vulnerabilidad femenina no solo se
debe a causas físicas, también incide en que las mujeres suelen concentrar en la
mayoría de los casos, la mayor carga y responsabilidad en la crianza de los
hijos, además por diferentes cuestiones culturales condensan las tareas
hogareñas y mantienen una mayor dependencia económica como cultural de los
hombres. Una mujer que abandona su hogar se encuentra en mayor riesgo que un
hombre, pero debe tenerse en cuenta que las mujeres que dejan a sus abusadores
tienen un 75% más de riesgo de ser asesinadas por el abusador que aquellas que
se quedan conviviendo.
Maltrato a los niños: en
el caso de los niños como en otros casos de violencia se da una relación de
vulnerabilidad. Claramente los menores muestran inferiores recursos para
defenderse de lo que les puede hacer un adulto. Además se debe considerar el
daño emocional y los efectos a corto y largo plazo que provocan los maltratos.
En algunos casos se trata de golpeadores
que fueron maltratados en su propia infancia (56.7% de los casos totales), al
intervenir patrones de repetición de los modelos de crianza parentales en los
diferentes tipos de castigos administrados a sus hijos, pero no ocurre de este
modo necesariamente. También cabe considerar que muchos padres perciben como
justos los castigos implementados, o perciben la desproporción del castigo
ofrecido con las supuestas faltas cometidas, que se justifica de alguna manera
(por los nervios, la pobreza, etc.). Es considerable que los mismos adultos
golpeadores suelen manifestar y percibir que han golpeado a sus hijos en muchas
menos ocasiones de lo que realmente lo hacen. Si bien, algunos adultos
golpeadores suelen manifestar algún afecto posterior como arrepentimiento o
lástimas, en muchos casos se trata de padres que están a favor del castigo
físico, que se emplean para "corregir" a los hijos.
Grafica de los episodios de violencia
presentado en los hogares:
Violencia en los hogares
|
|
Mujeres de 15 años y más por grupos decenales de
edad según condición y tipo de violencia hacia ellas a lo largo de la
relación con su última pareja, 2011
|
|
Grupos decenales de edad
|
Total
|
Sin incidentes
|
Con incidentes
|
No especificado
|
||||
Total
|
Emocional
|
Económica
|
Física
|
Sexual
|
||||
Estados Unidos Mexicanos
|
39826384
|
21106599
|
18716293
|
17161269
|
9748981
|
5587593
|
2926811
|
3492
|
15 a 24 años
|
8506483
|
4979107
|
3526655
|
3306857
|
1075885
|
616729
|
247089
|
721
|
25 a 34 años
|
8451772
|
4356050
|
4094670
|
3710574
|
2113886
|
1040938
|
462370
|
1052
|
35 a 44 años
|
8277480
|
4130403
|
4146943
|
3783701
|
2400801
|
1295672
|
671592
|
134
|
45 a 54 años
|
6444137
|
3221110
|
3222117
|
2966607
|
1932003
|
1121020
|
668417
|
910
|
55 años y más
|
8082688
|
4378817
|
3703196
|
3372121
|
2214719
|
1507086
|
873618
|
675
|
No especificado
|
63824
|
41112
|
22712
|
21409
|
11687
|
6148
|
3725
|
0
|
Nota:
|
Mujeres que declararon haber sufrido al menos un
incidente de violencia a lo largo de su vida en pareja. Se excluyen a las
mujeres solteras que nunca han tenido alguna relación de pareja. La suma de
los tipos de violencia no coincide con el total de mujeres violentadas, pues
cada mujer puede padecer uno o más tipos de violencia.
|
Fuente:
|
La
depresión
Es el diagnóstico psiquiátrico que
describe un trastorno del estado de ánimo, transitorio o permanente,
caracterizado por sentimientos de abatimiento, infelicidad y culpabilidad,
además de provocar una incapacidad total o parcial para disfrutar de las cosas
y de los acontecimientos de la vida cotidiana (anhedonia). Los desórdenes
depresivos pueden estar, en mayor o menor grado, acompañados de ansiedad. Esta
alteración psiquiátrica, en algunos casos, puede constituir una de las fases
del trastorno bipolar.
El término médico hace referencia a un
síndrome o conjunto de síntomas que afectan principalmente a la esfera
afectiva: la tristeza patológica, el decaimiento, la irritabilidad o un
trastorno del humor que puede disminuir el rendimiento en el trabajo o limitar
la actividad vital habitual, independientemente de que su causa sea conocida o
desconocida. Aunque ése es el núcleo principal de síntomas, la depresión
también puede expresarse a través de afecciones de tipo cognitivo, volitivo o
incluso somático. En la mayor parte de los casos, el diagnóstico es clínico, aunque
debe diferenciarse de cuadros de expresión parecida, como los trastornos de
ansiedad. La persona aquejada de depresión puede no vivenciar tristeza, sino
pérdida de interés e incapacidad para disfrutar las actividades lúdicas
habituales, así como una vivencia poco motivadora y más lenta del transcurso
del tiempo. Su origen es multifactorial, aunque hay que destacar factores
desencadenantes tales como el estrés y sentimientos (derivados de una decepción
sentimental, la contemplación o vivencia de un accidente, asesinato o tragedia,
el trastorno por malas noticias, pena, y el haber atravesado una experiencia
cercana a la muerte).
También hay otros orígenes, como una
elaboración inadecuada del duelo (por la muerte de un ser querido) o incluso el
consumo de determinadas sustancias (abuso de alcohol o de otras sustancias
tóxicas) y factores de predisposición como la genética o un condicionamiento
educativo.
La depresión puede tener importantes
consecuencias sociales y personales, desde la incapacidad laboral (ya que se
puede presentar un agotamiento que se verá reflejado en la falta de interés
hacia uno mismo, o incluso el desgano para la productividad, lo cual no solo
afectará a quien está pasando por la depresión, sino también a quienes lo
rodean) hasta el suicidio.
La
tristeza es un sentimiento que se manifiesta en todos los seres humanos en
determinadas ocasiones, pero la depresión es una enfermedad mental, la cual se
caracteriza por provocar anhedonia (incapacidad para disfrutar), sentimientos
de tristeza y abatimiento patológicos, entre otros. La imagen representa el
estado de ánimo disfórico y la perspectiva de la vida que tiene una persona con
depresión.
Datos y cifras
·
La depresión es un trastorno mental frecuente
que afecta a más de 350 millones de personas en el mundo.
·
La depresión es la principal causa mundial de
discapacidad y contribuye de forma muy importante a la carga mundial de
morbilidad.
·
La depresión afecta más a la mujer que al
hombre.
·
En el peor de los casos, la depresión puede
llevar al suicidio.
·
Hay tratamientos eficaces para la depresión.
La
depresión es una enfermedad frecuente en todo el mundo, y se calcula que afecta
a unos 350 millones de personas.
Suicidio y comportamiento suicida
El suicidio
es el acto de quitarse deliberadamente la propia vida. El comportamiento
suicida es cualquier acción que pudiera llevar a una persona a morir, como
tomar una sobredosis de fármacos o estrellar un automóvil de forma deliberada.
Las personas que intentan suicidarse con
frecuencia están tratando de alejarse de una situación de la vida que parece
imposible de manejar. Muchos de los que cometen intento de suicidio están
buscando alivio a:
·
Sentirse avergonzado, culpable o como una
carga para los demás.
·
Sentirse como víctima.
·
Sentimientos de rechazo, pérdida o soledad.
Los comportamientos suicidas pueden ser
causados por una situación o hecho que la persona ve como agobiante, tales
como:
·
El envejecimiento (los ancianos tienen la
tasa más alta de suicidio).
·
Rutina
·
La muerte de un ser querido.
·
La dependencia de las drogas o del alcohol.
·
Un trauma emocional.
·
Enfermedades físicas graves.
·
El desempleo o los problemas financieros.
Los
factores de riesgo del suicidio en adolescentes abarcan:
·
Acceso a armas de fuego.
·
Miembro de la familia que cometió suicidio.
·
Antecedentes de autoagresión deliberada.
·
Antecedentes de abandono o maltrato.
·
Vivir en comunidades en donde ha habido
brotes recientes de suicidio en personas jóvenes.
·
Ruptura sentimental.
La mayoría de los intentos de suicidio
no terminan en muerte. Muchos de estos intentos se llevan a cabo en una forma
en que el rescate sea posible. Estos intentos a menudo representan un grito
desesperado en busca de ayuda.
Algunas personas intentan suicidarse de
una manera que sea menos probable de llevar a la fatalidad, como envenenamiento
o sobredosis. Los hombres, especialmente los ancianos, tienen mayor
probabilidad de escoger métodos violentos, como dispararse. Como resultado, los
intentos de suicidio por parte de ellos tienen mayor probabilidad de
consumarse.
Los parientes de personas que intentan o
cometen suicidio a menudo se culpan o se enojan mucho y pueden ver el intento o
el acto como egoísta. Sin embargo, las personas que intentan cometer suicidio
con frecuencia creen erróneamente que les están haciendo un favor a sus amigos
y parientes al irse de este mundo.
Síntomas
A menudo, pero no siempre,
una persona puede mostrar ciertos síntomas o comportamientos antes de un
intento de suicidio, entre ellos:
·
Tener dificultad para concentrarse o pensar
claramente.
·
Regalar las pertenencias.
·
Hablar acerca de marcharse o la necesidad de
"dejar todos mis asuntos en orden".
·
Cambio repentino en el comportamiento, sobre
todo calma después de un período de ansiedad.
·
Pérdida de interés en actividades que antes
disfrutaba.
·
Tener comportamientos autodestructivos, como
tomar alcohol en exceso, consumir drogas ilícitas o hacerse cortaduras en el
cuerpo.
·
Alejarse de los amigos o no querer
salir.
·
Tener dificultad repentina en el colegio o el
trabajo.
·
Hablar acerca de la muerte o el suicidio o
incluso declarar el deseo de hacerse daño.
·
Hablar acerca de sentirse desesperado o
culpable.
·
Cambiar los hábitos alimentarios o de sueño.
·
Preparar maneras de quitarse su
propia vida (como comprar un arma o muchas pastillas).
Causas
de defunción
|
Suicidios registrados por método empleado, 1998 a
2011
|
Año
|
Total
|
Envenenamiento por medicamentos, drogas y
sustancias biológicas
|
Envenenamiento por gases, vapores, alcohol y
plaguicidas
|
Ahorcamiento, estrangulamiento o sofocación
|
Disparo de arma de fuegoa
|
Objeto cortante
|
Saltar de un lugar elevado
|
Arrojarse o colocarse delante de objeto en
movimiento
|
Otrob
|
1998
|
3342
|
77
|
294
|
2050
|
728
|
43
|
31
|
9
|
110
|
1999
|
3339
|
64
|
289
|
2103
|
731
|
42
|
21
|
4
|
85
|
2000
|
3475
|
66
|
284
|
2282
|
693
|
28
|
29
|
6
|
87
|
2001
|
3811
|
55
|
316
|
2543
|
720
|
42
|
28
|
6
|
101
|
2002
|
3871
|
66
|
313
|
2631
|
683
|
38
|
23
|
10
|
107
|
2003
|
4104
|
70
|
311
|
2833
|
691
|
56
|
45
|
12
|
86
|
2004
|
4117
|
60
|
298
|
2888
|
660
|
63
|
31
|
16
|
101
|
2005
|
4314
|
51
|
333
|
3137
|
597
|
55
|
23
|
16
|
102
|
2006
|
4277
|
60
|
293
|
3158
|
591
|
62
|
30
|
11
|
72
|
2007
|
4394
|
54
|
309
|
3328
|
544
|
50
|
26
|
11
|
72
|
2008
|
4681
|
60
|
330
|
3554
|
587
|
44
|
28
|
6
|
72
|
2009
|
5190
|
71
|
397
|
3874
|
638
|
63
|
32
|
12
|
103
|
2010
|
5012
|
88
|
226
|
3847
|
547
|
47
|
27
|
4
|
226
|
2011
|
5718
|
80
|
443
|
4406
|
595
|
66
|
26
|
11
|
91
|
Nota:
|
Se
refiere a las lesiones autoinfligidas intencionalmente según la Clasificación
Internacional de Enfermedades CIE-10/2.
|
||
Las estadísticas de las defunciones accidentales
y violentas se generan a partir de Certificados de defunción, donde se
registran, para cada caso, datos relativos a la presunción respecto a si la
causa de la defunción fue por accidente, agresión o suicidio, según opinión
inicial de médico legista o forense, lo cual queda asentado en la
averiguación previa del Ministerio Público. La conclusión de dicha
averiguación, o bien, del proceso penal, ratifica o rectifica la presunción
considerada en un principio, resultado que ya no se refleja en las
estadísticas elaboradas con los Certificados de defunción.
|
|||
a
|
Incluye disparo de arma corta y larga.
|
||
b
|
Incluye lesiones autoinfligidas intencionalmente
por ahogamiento y sumersión, material explosivo, humo, fuego o llamas,
colisión de vehículo de motor y otros medios no especificados.
|
||
Fuente:
|
INEGI. Estadísticas de Mortalidad.
|
||
Fecha de actualización: Jueves 22 de noviembre de
2012
|
|||
Conclusión:
Es
muy sencillo caer en la rutina, se desenvuelven diversos factores que nos llevan
al FRACASO de un matrimonio. Propongo no caer en la rutina, siempre innovar los
días, aunque sea en lo más mínimo.
Esta
reflexión sobre la rutina nos enseña que no es necesario pretender desterrarla
totalmente de nuestras vidas, sino que como todo, requiere que seamos
selectivos y utilicemos los automatismos para lo estrictamente necesario
tratando de prestar atención, para no vivir todas nuestras experiencias
funcionando con el piloto automático.
Cuando la rutina agobia, es la señal de
la conciencia que indica, que hay que empezar a ser más creativo también con lo
cotidiano
“El hombre es un animal de costumbres pero no
hay que olvidar que la costumbre mata al hombre”
¿Pero es realmente tan desagradable y aburrida la
rutina como pensamos?
Si observamos cómo se conduce nuestro cuerpo en
forma natural sin utilizar nuestra mente podremos comprobar que desde que
nacemos puede realizar todas sus funciones de la misma manera y de la mejor
forma, como una máquina.
Sólo modifica alguna de sus funciones cuando
nuestra mente se aburre de la dieta saludable y entonces pagamos las
consecuencias debido a trastornos funcionales.
Nuestro cuerpo es rutinario, es más, adora la
rutina de los hábitos que le permiten funcionar bien.
Los niños aman la rutina, principalmente los más
pequeños que aún no han creado condicionamientos mundanos. Sufren cuando no se
respetan sus horarios y también cuando no están en su propia casa o con
extraños.
Los adultos también sufren con los cambios que
tanto desean. Cada vez que salen de vacaciones sufren desarreglos intestinales
que la mayoría atribuye al agua, al aire, las comidas afuera o al sol, pero lo
que sucede es que el cuerpo siente que se ha cambiado una rutina a la cual
estaba acostumbrado para realizar sus funciones normalmente.
No es algo del otro mundo pensar que todos llegamos
a odiar la rutina, pero hay muchos que se quedan con ella por miedo al cambio. Muchas
personas se sienten a gusto con su rutina, no es algo muy agradable es por eso
que a la mas mínima señal de cambio se sienten amenazados, conocen la rutina de
pies a cabeza que si cambia piensan que todo terminara.
El
aburrimiento
Repetir cada día el mismo guion, por muy placentera
que sea la rutina, conduce al aburrimiento a la mayoría de las personas, que
necesitamos variedad y ver cosas nuevas.
La
desmotivación
La rutina rígida absorbe los sueños y los objetivos
de la persona.
Sabe que cada día le espera lo mismo,
invariablemente. ¿Para qué plantearse nada nuevo?
La pereza
(física y mental)
Cuando la persona ha de hacer lo mismo cada día,
llega esa mañana en la que casi le es imposible levantarse de la cama para
interpretar exactamente el mismo guion que el día anterior.
Tampoco se ve en la necesidad de aprender o
enriquecer su vida con algo. No le ilusiona especialmente, porque no ve en qué
puede cambiar su situación.
La
persona está atrapada
El aburrimiento, la desmotivación, la apatía y las
pocas ganas de hacer algo están al inicio de lo que puede convertirse en un
problema mayor: ansiedad, depresión, conductas adictivas y otras dañinas para
sí mismo o los demás.
¿Qué podemos hacer?
En primer lugar, aprovecharse de lo bueno. La
rutina tiene sus ventajas. En segundo lugar, no permitir que la rutina ocupe
toda nuestra vida convirtiéndonos en autómatas. La rutina está a nuestro
servicio; no nosotros al servicio de la rutina.
Para no ser atrapados, hemos de vivir cada día sin
que sea una réplica del anterior, introduciendo quizás pequeños cambios y
disfrutando de cada detalle que hace que el día de hoy sea distinto.
Hemos de despertar para darnos cuenta de que cada
día es inédito, único e irrepetible, por mucho que pueda parecerse al día de
ayer. ¿Cuántas
veces has sentido que todos los días haces lo mismo? No convertirse en esclavos
de la rutina parece una tarea bastante difícil. El mundo está lleno de mensajes
que nos invitan a arriesgarnos, a darle un giro radical a nuestra vida, pero
¿es tan fácil como parece? No creo que exista un libro con la receta ideal para
ser feliz o una guía infalible para cambiar tu vida, pero sí hay algunas
acciones que podemos implementar para evitar que nuestros días parezcan circulares.
Guiarnos por una rutina para organizar nuestro día
a día es común. El problema comienza cuando nos acostumbramos y nos negamos a
probar nuevas opciones y a tomar nuevas oportunidades por temor a tomar riesgos
y perder el control. ¿Te suena familiar? He aquí una serie de consejos para salir de la
rutina.
1. Toma otra dirección: si eres de esos que todos
los días toma el mismo camino para ir al trabajo o a la universidad, puedes
intentar con una ruta distinta. Podrás mirar otros paisajes, vivir experiencias
distintas y conocer nuevos escenarios.
2. Encuentra un tiempo para ti: entre todas las
responsabilidades con las que debemos cumplir a diario, muchas veces olvidamos
la importancia de aprovechar los momentos de descanso. Dicen que los momentos
de ocio son ideales para poner a prueba tu creatividad, ¿Por qué no lo
intentas?
3. Busca un nuevo pasatiempo: ¿qué tal si empiezas
a practicar una nueva actividad? Lee los libros de un autor que desconozcas,
inicia clases en un nuevo taller, escucha nueva música, escribe sobre nuevos
temas, sintoniza una radio distinta, vive experiencias diferentes.
4. ¡Juega! ¿Crees que los juegos sólo son para
niños? Saca de tu escritorio escondido tu mazo de cartas o juegos de mesa y
planea una pequeña reunión familiar o con amigos. Todos tenemos un niño
interno, ¿por qué no dejarlo salir?
5. Disfruta de la naturaleza: entre tanta prisa nos
perdemos de los escenarios fantásticos que nos rodean. Dedícale un tiempo a la
naturaleza, siéntate en el pasto, escucha las olas del mar, mira las hojas
caer, disfruta de la vista.
6. Escucha tus corazonadas: algunas veces hay que
hacerle caso a los instintos y pedir silencio a la razón. ¿Estás a dieta y te
provoca comer chocolate? ¡Adelante! Haz lo que te provoque siempre y cuando no
te afecte a ti ni a nadie más.
No hay comentarios:
Publicar un comentario