COMO
ALTERA EL ALCOHOLISMO Y LA DROGADICCIÓN EN EL ENTORNO FAMILIAR Y PERSONAL.
Por: Katia G.
Guzmán Alonzo.
1ero. C . Licenciatura en Psicología
Universidad
Autónoma de Campeche.
REF: ACT012_PSICO(C)
INTRODUCCIÓN
Mi objetivo principal en este trabajo es conocer y
reconocer cómo influyen las
adicciones en las familias de nuestro país y sobre todo en Campeche,
para tratar de darle una solución o bien un consejo a todas esas familias y
adictos de nuestra entidad a cómo
enfrentar este problema, que ambas partes ósea los adictos y las familias,
sepan los problemas que tienen y
que busquen la manera de apoyarse no solo de echarse culpas o negarse a escuchar sino tengan una mejor
comunicación, para hacer este problema cada vez menor .El que un adicto deje de
ser adicto no mejorara precisamente por
tener buena comunicación, pero al menos el sabrá que
cuenta con el apoyo de sus seres queridos los problemas que está ocasionando a
su salud y lo que la familia está sintiendo .
Por lo general los hombres
son los que más se enfrentan a esta
realidad de adicciones pero mujeres
no quedan atrás, y lo preocupante
es que cada vez más personas jóvenes, tan jóvenes que aún no tiene la mayoría
de edad ya son adictos por lo general
estos niños son los hijos de la negación que al vivir con un padre con este
problema al pasar los años se encuentran involucrados en alguna adicción;
aunque esto no significa que en
todos los casos pase lo mismo. Intentar dar una solución a este y todos
los problemas que ocasiona una adicción
sería de gran beneficio para la sociedad ya que ¿Cuantos accidentes han sido
ocasionados por imprudencia de algún adicto? asaltos, violaciones, personas
atropelladas esto entre lo más
común por el hecho de no estar
conscientes. Y esto, además de los problemas que tienen es su entorno como parte de una familia es justo lo que se
quiere evitar.
COMO ALTERA EL ALCOHOLISMO Y LA
DROGADICCIÓN EN EL ENTORNO FAMILIAR Y PERSONAL
Entre los problemas más
particulares de la sociedad están las
adicciones en este caso solo les hablare
del alcoholismo y la drogadicción , estas además de ser una de las principales
causas de violaciones, accidentes,
enfermedades, vandalismo, pobreza, problemas familiares que pueden llegar hasta
el divorcio o aun peor la desunión de la
misma, incluso es una de las principales causas de suicidio en nuestro estado y algo
verdaderamente grave es que cada vez son más jóvenes las personas con alguna
adicción. Pero ¿Qué es una droga? ¿Qué es lo que sucede con las familias
afectadas? ¿Cómo es que influye para las familias este problema? ¿Cómo pueden
salir de esto? Si es que pueden salir. Antes de contestar las
siguientes cuestiones es importante saber exactamente cuál es el índice de alcoholismo y
drogadicción en nuestro estado.
El 8% de la población
campechana de entre 12 y 65 años de edad tiene problemas de alcoholismo, y entre el 30 y 50% de las atenciones
realizadas los fines de semana del último mes por accidentes o agresiones han
tenido que ver con el consumo de bebidas etílicas, el secretario estatal de
Salud, Alfonso Cobos Toledo, mencionó que Alcohólicos Anónimos ha ayudado a muchas personas, pero sobre
todo, ha demostrado que una de las formas más eficaces para poder llegar al
control de este problema de adicciones.
En la Nacional de Adicciones
2008, el consumo de alcohol en la población de 12 a 65 años, era del 61.3 por
ciento; la cifra aumentó a 71.3 por ciento en 2011
Ahora una droga es “toda
aquella sustancia que, introducida en un organismo vivo, puede modificar una o varias de sus funciones, es
aquella que tiene efectos capaz de
producir cambios en la percepción, el estado de ánimo, la conciencia, en el
comportamiento de la persona que lo ha ingerido”.
Como bien ya mencioné hablare del alcoholismo y la
drogadicción pero específicamente
de Cocaína, crack, éxtasis, depresores.
Para esto primero veremos que son cada una de estas adicciones y sus principales efectos.
El alcohol es el depresor
del sistema nervioso central es la droga legal de más alto consumo y cuenta con
un mayor número de adictos. El alcohol etílico que es en realidad su nombre lo contienen las bebidas alcohólicas y se produce
durante la fermentación de los azúcares por las levaduras es lo que provoca la
embriaguez.
Los efectos se presentan en
una secuencia de cinco etapas
- La primera: el sujeto se ve relajado, comunicativo, sociable por lo que la conducta se libera y el individuo parece un tanto excitado.
- En la segunda su conducta es esencialmente emocional, presenta problemas de juicio y de coordinación muscular, así como trastornos de la visión y del equilibrio.
- Tercera el individuo experimenta confusión mental, se tambalea al caminar, tiene visión doble y presenta pánico, agresividad o llanto, además de serias dificultades para pronunciar adecuadamente las palabras y para comprender lo que oye.
- Posteriormente en la cuarta no puede sostenerse en pie, sufre vómitos y aturdimiento, está cerca de la inconsciencia.
- En la quinta etapa la persona muestra inconsciencia, ausencia de reflejos. El individuo puede entrar en estado de coma que puede llevarlo a la muerte por una parálisis respiratoria.
Esto es de pensar ya que
el consumo de alcohol es aceptado socialmente;
sin embargo, tiene consecuencias físicas, familiares y sociales muy importantes
porque al ingerirlo en exceso no llevan a algo bueno por tener la inconciencia
de sus actos.
El crack es un derivado de
la base con la que se produce la cocaína, que genera una reacción rápida al ser
fumado
La marihuana se considera
una droga alucinógena es decir, con la capacidad para
alterar la percepción.
Sus ingredientes proceden de las resinas
de una planta llamada Cannabis Sativa. Las hojas de esta planta se secan y se
fuman, y la resina puede extraerse y concentrarse para producir otros tipos de
sustancias, como hachís o aceite de hachís. No es raro que se le añadan
diversos tipos de adulterantes.
El efecto que tiene la
marihuana sobre el cerebro no se conoce con claridad. En general, la marihuana
produce una sensación de relajación general, una ligera euforia, y distorsiona
el sentido del tiempo.
El éxtasis es una droga de
diseño de laboratorio (generalmente clandestino) derivada de las anfetaminas,
que de acuerdo con su composición, puede tener propiedades alucinógenas.
Se toma en forma de tabletas, cápsulas o
polvo. Sensación de armonía y desinhibición, lo que favorece la empatía. En
dosis pequeñas hace que el individuo se sienta alerta, sereno, amistoso y sociable,
y disminuye la sensación de fatiga; a lo que se suma una intensa sed y mayor
sensibilidad a las percepciones sensoriales.
Sus efectos son: aceleración
del ritmo cardíaco puede provocar deshidratación y calambres musculares. Se
altera la percepción del tiempo y la capacidad de concentración y coordinación;
induce crisis de ansiedad y ataques de pánico, insomnio, falta de apetito e
irritabilidad o, por el contrario, sueño y depresión.
Los depresores se pueden
presentar en forma de tabletas o pequeños bloques y en jarabe, calman el dolor;
motivo por el que, sobre todo la morfina, se utiliza en medicina como un
potente analgésico.
Provoca mirada extraviada,
contracción pupilar, euforia y posteriormente una sensación de “desconexión”
respecto del dolor y las preocupaciones sociales; relajación y bienestar, y un
mayor grado de sociabilidad. Luego, el usuario se vuelve solitario y se
desconecta del medio circundante. Paralelamente puede ocasionar náuseas y
vómito, sensación de calor, pesadez de los miembros, inactividad similar al
estupor y depresión. Desnutrición, sudoración, temblores, infecciones por el
uso de jeringas y agujas no esterilizadas, hepatitis, abscesos en hígado,
cerebro y pulmones; deterioro personal y social.
Enterados de esto la
adicción es una enfermedad compleja de naturaleza bio-psico-social. O sea que
las causas de la adicción son múltiples e interaccionan de una manera compleja
para producir el desorden adictivo. En el tratamiento de estos desórdenes cada
persona al igual que cada una de las drogas es diferente y muestra distintos problemas
por lo tanto hay que
individualizar cada caso y realizar un estudio amplio de la historia personal y
familiar antes de hacer un diagnóstico.
Por lo tanto vivir con
un adicto es desgastante para sus
familiares. Y el hacer algo para
resolver el problema de adicción en el medio familiar significa realizar muchos cambios, a veces. Si el adicto se somete a un
proceso de recuperación adecuado y aprende a trabajar con sus sentimientos y emociones, va a lograr superar los
traumas y el aprendizaje usual familiar
de la negación.
Recordemos que muchos de los hijos de los
adictos de hoy, que repiten el patrón conductual familiar de origen, por lo que
considero que cada vez son menores las personas
involucradas en una adicción, se pude identificar a alguna de estas
personas por ejemplo:
- Al no hablar de todo lo malo que ve o le molesta, prefiriendo ignorar o evadir el problema.
- Cuando no confiar porque aprendieron a desconfiar de una persona que después de beber o consumir sigue con el mismo pensamiento. Así les cuesta expresar sus sentimientos más puros de amor y afecto.
- Y por dificultades para expresar sentimientos en forma positiva debido a su inmadurez emocional.
Como pasa con otras enfermedades, la adicción al
alcohol y otras drogas puede ser detenida, tanto en sus manifestaciones clínicas y físicas,
como en el nivel de comportamiento
personal y emocional, el adicto puede rehabilitarse mediante un proceso
que culmina con la detención del consumo y progresión de la enfermedad, como
también la variación en cuanto a los patrones de comportamientos, sentimientos y emociones. Esto quiere decir que al entrar en un proceso de rehabilitación, la
persona debe cambiar y actuar entonces
como cualquier otra, asumiendo deberes y responsabilidades y roles que abandonó, o que le fueron arrebatados.
El proceso de inicio de rehabilitación es difícil para cualquier
persona en la adicción al alcohol y
otras drogas, y re quiere de un nuevo proyecto de vida alejado al consumo, el
cambio de comportamiento personal, el manejo de sentimientos y emociones
adecuado y la reorganización del sistema
familiar. Una de las primeras acciones que debe asumir el enfermo es dejar de consumir
cualquier tipo de droga es decir mantenerse en la abstinencia.
El deseo de dejar de
consumir drogas, más un largo proceso de rehabilitación personal, la
integración a su entorno familiar y lograr y mantenerse en sobriedad mediante algún programa de rehabilitación ( Narcóticos anónimos, o Alcohólicos
anónimos) y de consejería profesional constituyen componentes básicos para poder rehabilitar a una persona que en tiempo pasados dependió
de la droga para vivir.
En el proceso de rehabilitación de una persona adicta, los familiares son de gran ayuda. La
mayoría son codependientes que deben entrar en un tratamiento
para resolver su comportamiento adictivo, y también mediante el apoyo de
grupos de auto-ayuda de doce pasos para familiares. Esa es una excelente ayuda que se le puede
dar a un adicto en proceso de recuperación. También, puede ser recomendable para el adicto que no ha llegado a aceptar su
enfermedad y disponerse a tratamiento, que los familiares asistan a algún
programa familiar de auto auto-ayuda que les permita romper con la negación y de
la codependencia. Y así esto en un
futuro, facilitaría provocar una
crisis en el adicto misma que lo llevara a tocar fondo y, seguidamente, quebrar
el mecanismo de negación que él utiliza como una capa protectora que obstaculiza su proceso de recuperación.
Un aspecto principal de
cualquier tratamiento para un adicto, es considerar los rasgos de
personalidad, que sabemos que son múltiples, pero que presentan
comportamientos comunes. En esta fase de
la rehabilitación, el adicto y sus familiares deben tener la posibilidad de reconocerse a sí mismos,
exteriorizar todos sus sentimientos y emociones positivas y negativas sobre él,
los otros y sobre las cosas en general.
Se debe tener en cuenta que debido a las características de la enfermedad, la presencia segura de la negación está a la orden del día, y
surge como el primer gran obstáculo para
involucrarse en un programa de tratamiento de rehabilitación institucional o en un grupo
de autoayuda .En la esta fase peligrosa
de esta enfermedad tan dañina , sucede el inicio de un proceso de rehabilitación o
abstinencia, el mecanismo inmediato por valorar es la negación, lo cual implica
realizar un auto examen de sus características
como hijo de la negación que es quien ha tenido un padre con alguna
adicción y ahora él se niega a aceptar que él también es un adicto .
Es necesario romper el esquema conductual enfermizo de la negación
que durante toda su vida utilizó el adicto solo así es posible que la persona
admita su impotencia y se rinda frente a la enfermedad, para dar paso a
una nuevo proyecto de vida, basado en un
intento de vida nueva y mejorada para vivir libre de una adicción y un buen
entorno familiar.
Factores biológicos,
genéticos, psicológicos y de personalidad, socio-culturales y familiares se
unen y tiene una interacción produciendo
primero la predisposición y luego con la exposición al factor desencadenante,
que podría ser: sustancias que dañen el organismo, juego, sexo, relaciones,
comida, etc.; se evoluciona hacia la consolidación del proceso llamado
adicción.
Los factores de personalidad
juegan un rol en el desarrollo de la adicción teniendo en cuenta que algunas
características de la personalidad, tales como la poca tolerancia a la
frustración y la dificultad para lidiar con los sentimientos propios, estos son
factores que facilitan la aparición del desorden adictivo; ningún estudio ha
podido ser conclusivo en la existencia de una "personalidad
adictiva".
No se
pretende hacer pensar que toda persona que vive en familias
con adictos inevitablemente debe llegar a enfermarse emocionalmente en tan alto
grado. El daño que sufre la familia con un adicto depende de muchos factores,
entre los cuales se puede mencionar los siguientes:
- Del tipo de adicción que el adicto desarrolla.
- De la edad, sexo, y papel que desempeña el adicto en ella.
- No causa el mismo efecto que el padre sea el adicto a que lo sea un hermano.
- También depende de la edad, sexo y papel de cada miembro de la familia en relación con el adicto.
Como ejemplo la relación entre una madre
drogadicta y su hijo de cuatro años; el daño que va a sufrir esa niña es mayor
que el de un jovencito de diez y ocho años que tiene un hermano adicto de treinta
años.
- De la duración de la adicción activa.
Por ejemplo si una madre se hace adicta a los calmantes a
los 65 años, el daño ocasionado a su familia no es el mismo que si esto hubiera
ocurrido cuando sus hijos eran muy niños por el tiempo corto que está de por
medio.
- Depende del patrón de la adicción.
Es decir si el consumo del
adicto es diario, semanal o mensual. Si las pérdidas de control no son
frecuentes para el adicto, el daño no es tan grave como si esto ocurriera todos
los días.
- De igual forma depende del grado de estabilidad en que se pueda mantener en el ambiente familiar del adicto.
- También depende de la existencia de otros problemas en la familia además del de la adicción
- Porque este asunto pude aturdir aún más si existen demasiados problemas en el entorno de la vida familiar.
- Depende del grado de violencia y abuso en la familia si este existiera.
- Hasta qué grado los miembros de la familia deben dejar a un lado su personalidad e intereses, para ponerse una máscara y jugar un papel falso en la familia y con la sociedad en general y así originar un mejor ambiente.
- Depende del grado de recuperación de la familia del adicto ya que es necesaria para poder sanar de manera integral todo el daño producido por la adicción en el sistema familiar.
Uno de los aspectos más
importantes en el proceso de rehabilitación del adicto es la intervención que
debe realizarse con el grupo familiar. Es de importancia señalar que la familia del adicto se ve
afectada seriamente durante todo el período en que se fue desarrollando la
adicción.
El codependiente es en este caso pude ser el familiar esta tan
obsesionado con ayudar a su adicto, que necesita apoyo para poder enfocarse en
sí mismo y comenzar su proceso de recuperación. Y así pronto será evidente para el codependiente, que
sólo puede ayudar, si él mismo está en recuperación, pues esta enfermedad
afecta a toda la familia, no solo al adicto.
Esta codependencia se
caracteriza por un sentido de urgencia por el control de la conducta de otros,
principalmente hacia el adicto. Por esto
una de las primeras metas a trabajar en la recuperación de la familia, es el
desarrollo del desprendimiento emocional. Este desprendimiento se hace a través
del cambio de formas de pensar y de actuar que vienen con la recuperación. Y
así este individuo se desprende de su obsesión por el control de los patrones
de conducta, que le causan dolor.
El dejar esta codependencia
no significará un desentendimiento, sino más bien algo más razonable para
enfrentar el problema de la adicción. Nadie que este enganchado en una dinámica
de codependencia, puede ayudar a un adicto a recuperarse. La adicción daña las
relaciones familiares, haciendo muy difícil la expresión del amor sano. Este
desprendimiento emocional habilita al codependiente para poder ejercer y brindar
el amor que el siente por el adicto. A la misma vez que le permite establecer
límites sanos con claridad y firmeza sin desentenderse.
El educar nuevamente a una familia en el proceso de rehabilitación de los
trastornos adictivos debe dirigirse principalmente a identificar alteraciones
que derivan en importantes aspectos de disfuncionalidad.
Un problema
serio que deben enfrentar son las frecuentes manipulaciones que reciben por
parte del adicto, porque en cierta forma cada miembro de la familia es
manipulado por el adicto, en ocasiones por
pensar que el padre o la madre es quien tiene la culpa se dejan
manipular o que necesita el adicto con extremidad ingerir su droga y se
distorsionan los sentimientos del grupo generándose en algunos sobre-protección
rabia, angustia, temor todo lo cual favorece en uno o varios miembros del grupo
del fenómeno de la codependencia.
Es preciso remarcar que una familia organizada y bajo la guía de un
profesional entrenado, puede convertirse en una herramienta de intervención muy
valiosa para romper la negación del adicto, es necesario para poder iniciar ese
proceso que los miembros estén dispuestos a iniciar y mantener su propia
recuperación personal como codependientes del adicto.
Es común que después de que
un adicto entra en un centro de rehabilitación y es visitado por la familia se
mencionen frases como: “Me tratan mal”, “No me dan comida”, “Me piden hacer
aseo y cocinar”, “Me roban las cosas”, “Yo no estoy tan enfermo como para quedarme”,
“Ya es suficiente, aprendí la lección”, “Pierdo el tiempo”.
Todos familiares deben estar alertas a identificar diferentes formas y situaciones de
manipulación a las que estaban sometidos por los consumidores, ya que no deben
caer en ellas, si en verdad quieren ayudarlo esto incluye a la manipulación que
se genera en el período de adicción previo al ingreso al tratamiento.
Este cambio de actitud es
que la persona adicta enfrente las consecuencias de sus actos y perciba que no
tiene la opción de seguir manipulando a la familia y así poder tener un cambio
en el.
Es asombroso ver cómo el
adicto controla a su familia, principalmente al cónyuge y a la madre, quienes
lloran, gritan, se quejan, alegan, ruegan, amenazan o dejan de hablarle; pero
también disimulan, lo protegen y lo defienden de todas las consecuencias de su
adicción.
Los familiares tienen que
aprender a defenderse contra las armas que utilizan los dependientes, pues de
lo contrario se convertirán en esclavos virtuales de la enfermedad,
produciéndose a sí mismos una enfermedad mental o emocional que puede llegar a
ser considerable.
El primer recurso del adicto
es hacer perder la paciencia o provocar ira, pues quien se enfurece o se
muestra hostil se vuelve incapaz de ayudarle. Así, consciente o inconscientemente,
el adicto vuelca sobre otra persona el odio que siente contra sí mismo, y el
que se enoja con él le sirve de excusa para reincidir.
La segunda arma es su
facultad para provocar ansiedad, haciendo que la familia se sienta obligada a
hacer por él lo que sólo él debe hacer por sí mismo. Los familiares empiezan a
resolver los problemas que él crea; si extiende un cheque sin fondos, terminan
por pagarlo; si no mantiene a su familia, ellos se encargarán del sustento; si
choca, ellos pagarán los daños y perjuicios, y así sucesivamente.
Con esto, el adicto no se
responsabiliza y sigue cometiendo errores; no obstante, se siente culpable y
resentido, continúa negando que es fármaco dependiente o alcohólico, y la
familia lo rechaza cada vez más por los problemas que causa. Por tanto, los
familiares necesitan aprender a afrontar la ira y la ansiedad que les provoca
el adicto, y para ello generalmente necesitarán de la ayuda de especialistas o
de grupos de apoyo.
El amor no se maneja a
menudo de forma adecuada; la compasión (sentir o sufrir con alguien) lleva a
los familiares a tolerar las injusticias del adicto, quien logra anestesiar el
sufrimiento, la tensión y el resentimiento mientras está bajo el efecto de la
sustancia, para después postrarse, pedir perdón y prometer que eso no volverá a
suceder, o evitar hablar del asunto; de cualquier manera, quienes pagan las
consecuencias son los familiares. El gran error consiste en pensar que amar es
solapar, reemplazar al otro o responsabilizarse por él.
El verdadero amor no se hace
cómplice de los errores; tiene que ayudar a crecer y madurar. En el caso de los
adictos, sólo se conseguirán llegando al fondo de su problema y
responsabilizándose de él.
El amor se va destruyendo
gradualmente y se reemplaza por el temor, el resentimiento y el odio. La manera
de evitar esto es controlar el sufrimiento del adicto cuando beba y negar a
hacerse cargo de las consecuencias de sus actos.
Hay muchos casos en los que
las personas parecen darle sentido y valor a su vida a través del sufrimiento y
el adicto les proporciona esos motivos de dolor. Otros necesitan tener alguien
a quien corregir y castigar, a quien controlar y dominar, a quien proteger. Hay
que asegurarse de que no exista una situación así, y si se presenta, buscar ayuda
especializada para corregirla.
En la mayoría de los casos
es necesario un cambio de actitud en la familia antes de esperar un posible
cambio favorable en el adicto, porque hay una mutua influencia entre éste y sus
allegados. Es imposible no hacer nada, pero hay que distinguir entre las
acciones que influyen positivamente y las que agravan el problema.
El adicto no buscará ayuda
para su recuperación mientras todas las necesidades y las consecuencias de su
enfermedad sean atendidas en la familia.
La familia intenta alejar al
adicto a la sustancia, lo cual sólo es posible por medio de internamientos en
un hospital o de la reclusión; pero aun así los adictos consiguen drogas o
bebidas, y al salir vuelven a las andadas cuando paradójicamente, se espera que
hayan sanado.
Es mucho más eficaz
motivarlo para que intente dejar su adicción y acepte ayuda en el esfuerzo para
conseguirlo, permitiendo que su adicción y todas sus consecuencias lleguen a
ser tan penosas que acepte su problema y quiera solucionarlo, y dándole cariño
y comprensión en sus etapas de sobriedad.
Todo esto es difícil e
implica sufrimiento: ver cómo se degrada el adicto, enfrentarse al bochorno
social, e incluso a las recriminaciones de quienes no conocen la mecánica de
las adicciones y acusan a los familiares de crueldad o de no hacer nada para
ayudarlo.
Pero así como hay
características para los que pueden caer en una adicción hay para los que no, y
la familia influye mucho para una persona al ser o no adicto y seguir o no en
ellos hay ciertas características de las familias de adolescentes poco
expuestos a las adicciones para identificarlos igualmente:
- Estos niños gozan de una gran libertad y asumen responsabilidades, saben lo que sus padres esperan de ellos y tienen confianza en ellos y en sus ideas, lo que les permite resistir con firmeza a las presiones negativas de sus compañeros.
- Los lazos familiares son fuertes y afectuosos.
- Las relaciones amistosas o familiares son cordiales y serenas
- El padre ejerce la autoridad con moderación, firmeza y buen humor, pero sobre todo una buena comunicación.
- Tienen dominio de sí mismo y tienen aptitudes para resolver los problemas sin recurrir a las evasiones o a las drogas.
- Padres e hijos son tolerantes con los demás y capaces de vivir en armonía.
La mejor defensa de la
familia contra el impacto emocional de la adicción de uno de sus miembros es
aceptar la enfermedad, adquirir conocimientos sobre ella y hacerse de la
madurez y el valor necesarios para lograr realizar todo esto. Cuanto más se
disimulen las emociones, más difícil será lograr un proceso de rehabilitación
eficaz, porque muchas veces la influencia recíproca es destructiva, no
constructiva.
Los familiares cercanos del
adicto necesitan ayuda. Quienes resultan más afectados son: el cónyuge, los
hijos, los padres y los hermanos. Ellos no son los responsables del fármaco
dependencia ni pueden darle al adicto un tratamiento rehabilitador, pero, a
medida que avanza el problema, se ven comprometidos emocionalmente y empiezan a
actuar como facilitadores, siendo entonces lo más indicado que ellos busquen
ayuda y sigan un tratamiento para resolver sus propios problemas.
Los errores que entonces se
cometen son casi increíbles y a menudo dificultan la recuperación del
dependiente, aun cuando no sea ésta la intención.
Para ayudar la mejor forma es terminar con la ignorancia,
situarse en la realidad y poner en práctica lo que se aprendió este problema de
los adictos radica única y exclusivamente en su persona su rehabilitación sólo
puede lograrse con la abstinencia total. Por eso, es al adicto a quien le
corresponde decidirse, por su propia voluntad, a tomar las medidas y decisiones
necesarias, eso sí es posible lograrlo.
En cuanto a la familia para
ayudar al adicto deben empezar por ayudarse a sí mismos. La recuperación de las
adicciones comprende la recuperación emocional de todos los miembros de la
familia, que deben madurar antes, durante y después del tratamiento. Y así
poder tener un mejor entorno y ambiente familiar que el adicto ofrecerá y la
familia también.
CONCLUSIÓN
Concluyo diciendo que la
familia, es el elemento natural, universal y fundamental de la sociedad pero
para que un adicto valore a sus seres
queridos necesita reconocer su adicción y el daño que se hace y les hace a los
miembros de su familia, porque ese es el
primer paso para que el alcohólico o drogadicto
pueda recuperarse y vivir una nueva vida, con una mejor calidad de vida
, esto se pude lograr si van mano a mano la familia con el adicto y tienen una
buena comunicación ,pero sobre todo que ambos quieran cambiar la forma de vida que
están teniendo, la familia tiene derecho y necesidad de recuperase de cada
chantaje o preocupación que le ha hecho sentir el adicto y comenzando con ellos
debemos empezar ya que al recuperase ellos, podrán ayudar a su ser querido.
Estas personas pueden recibir apoyo de grupos como alcohólicos anónimos,
narcóticos anónimos o psicólogos para así juntos comenzar tener una mejor vida fuera de las
adicciones.
ANEXOS
BIBLIOGRAFÍA
- http://www.expresioncampeche.com/en-tu-ciudad/8-en-tu-ciudad/1358-ortega-bernes-convoca-a-unir-esfuerzos-para-enfrentar-el-suicidio-la-drogadiccion-y-el-alcoholismo
- http://www.adicciones.org/enfermedad/causas.html
- http://www.periodistasenlinea.org/modules.php?op=modload&name=News&file=article&sid=12114
- DROGADICCIÓN: LOS HIJOS DE LA NEGACIÓN
José Francisco Pochet Coronado
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