viernes, 15 de noviembre de 2013

COMO ALTERA EL ALCOHOLISMO Y LA DROGADICCIÓN EN EL ENTORNO FAMILIAR Y PERSONAL.

COMO ALTERA EL ALCOHOLISMO Y LA DROGADICCIÓN EN EL ENTORNO FAMILIAR Y PERSONAL.

Por: Katia G. Guzmán Alonzo.
1ero. C  .  Licenciatura en Psicología
Universidad Autónoma de Campeche.
REF: ACT012_PSICO(C)

                        

                              INTRODUCCIÓN

Mi objetivo  principal en este trabajo es conocer y reconocer  cómo influyen las adicciones  en las familias  de nuestro país y sobre todo en Campeche, para tratar de darle una solución o bien un consejo a todas esas familias y adictos de  nuestra entidad a cómo enfrentar este problema, que ambas partes ósea los adictos y las familias, sepan  los problemas  que tienen y  que busquen la manera de apoyarse no solo de echarse culpas  o negarse a escuchar sino tengan una mejor comunicación, para hacer este problema cada vez menor .El que un adicto deje de ser adicto no  mejorara precisamente por tener  buena  comunicación, pero al menos el sabrá que cuenta con el apoyo de sus seres queridos los problemas que está ocasionando a su salud  y  lo que la familia está sintiendo .
Por lo general los hombres son los que más se enfrentan a esta  realidad de adicciones pero mujeres  no quedan atrás, y  lo preocupante es que cada vez más personas jóvenes, tan jóvenes que aún no tiene la mayoría de edad ya son adictos por  lo general estos niños son los hijos de la negación que al vivir con un padre con este problema al pasar los años se encuentran involucrados en alguna adicción; aunque  esto no significa  que  en todos los casos pase lo mismo. Intentar dar una solución a este y todos los  problemas que ocasiona una adicción sería de gran beneficio para la sociedad ya que ¿Cuantos accidentes han sido ocasionados por imprudencia de algún adicto? asaltos, violaciones, personas atropelladas  esto entre lo más común  por el hecho de no estar conscientes. Y esto, además de los problemas que tienen es su entorno  como parte de una familia es justo lo que se quiere evitar.

COMO ALTERA EL ALCOHOLISMO Y LA DROGADICCIÓN EN EL ENTORNO FAMILIAR Y PERSONAL
Entre los problemas más particulares  de la sociedad están las adicciones en este caso  solo les hablare del alcoholismo y la drogadicción , estas además de ser una de las principales causas de  violaciones, accidentes, enfermedades, vandalismo, pobreza, problemas familiares que pueden llegar hasta el divorcio o  aun peor la desunión de la misma, incluso es una de las principales causas de  suicidio en nuestro estado y algo verdaderamente grave es que cada vez son más jóvenes las personas con alguna adicción. Pero ¿Qué es una droga? ¿Qué es lo que sucede con las familias afectadas? ¿Cómo es que influye para las familias este problema? ¿Cómo pueden salir  de esto? Si  es que pueden salir. Antes de contestar las siguientes cuestiones es importante saber exactamente  cuál es el índice de alcoholismo y drogadicción en nuestro estado.
El 8% de la población campechana de entre 12 y 65 años de edad tiene problemas de alcoholismo, y  entre el 30 y 50% de las atenciones realizadas los fines de semana del último mes por accidentes o agresiones han tenido que ver con el consumo de bebidas etílicas, el secretario estatal de Salud, Alfonso Cobos Toledo, mencionó que Alcohólicos Anónimos  ha ayudado a muchas personas, pero sobre todo, ha demostrado que una de las formas más eficaces para poder llegar al control de este problema de adicciones.
En la Nacional de Adicciones 2008, el consumo de alcohol en la población de 12 a 65 años, era del 61.3 por ciento; la cifra aumentó a 71.3 por ciento en 2011

Ahora una droga es “toda aquella sustancia que, introducida en un organismo vivo, puede  modificar una o varias de sus funciones, es aquella que tiene efectos  capaz de producir cambios en la percepción, el estado de ánimo, la conciencia, en el comportamiento de la persona que lo ha ingerido”.

Como bien ya mencioné  hablare del alcoholismo y la drogadicción  pero específicamente de  Cocaína, crack, éxtasis, depresores. Para esto primero veremos que son cada una de estas adicciones  y sus principales efectos.

El alcohol es el depresor del sistema nervioso central es la droga legal de más alto consumo y cuenta con un mayor número de adictos. El alcohol etílico que es en realidad su nombre lo  contienen las bebidas alcohólicas y se produce durante la fermentación de los azúcares por las levaduras es lo que provoca la embriaguez.
Los efectos se presentan en una secuencia de cinco etapas
  •        La primera: el sujeto se ve relajado, comunicativo, sociable por lo que la conducta se libera y el individuo parece un tanto excitado.
  •    En la segunda su conducta es esencialmente emocional, presenta problemas de juicio y de coordinación muscular, así como trastornos de la visión y del equilibrio.
  •    Tercera el individuo experimenta confusión mental, se tambalea al caminar, tiene visión doble y presenta pánico, agresividad o llanto, además de serias dificultades para pronunciar adecuadamente las palabras y para comprender lo que oye.
  •    Posteriormente en la  cuarta  no puede sostenerse en pie, sufre vómitos y aturdimiento, está cerca de la inconsciencia.
  •     En la quinta  etapa la persona muestra inconsciencia, ausencia de reflejos. El individuo puede entrar en estado de coma que puede llevarlo a la muerte por una parálisis respiratoria.

Esto es de pensar ya que el  consumo de alcohol es aceptado socialmente; sin embargo, tiene consecuencias físicas, familiares y sociales muy importantes porque al ingerirlo en exceso no llevan a algo bueno por tener la inconciencia de sus actos.


Otra sustancia que te lleva a una adicción es cocaína popularmente conocida como
polvo, talco etc. Se obtiene de una planta llamada coca; tiene el aspecto de un polvo esponjoso, blanco y sin olor.
El crack es un derivado de la base con la que se produce la cocaína, que genera una reacción rápida al ser fumado
Los  efectos de ambas  son euforia, excitación, ansiedad, hablar con exageración, dilatación de pupilas, aumento de la presión sanguínea, alucinaciones y delirios de persecución. Pérdida de peso, debilidad física, convulsiones, alucinaciones, excitabilidad, trastornos circulatorios, perforación de tabique.

La marihuana se considera una droga alucinógena es decir, con la capacidad para
alterar la percepción. Sus ingredientes  proceden de las resinas de una planta llamada Cannabis Sativa. Las hojas de esta planta se secan y se fuman, y la resina puede extraerse y concentrarse para producir otros tipos de sustancias, como hachís o aceite de hachís. No es raro que se le añadan diversos tipos de adulterantes.

El efecto que tiene la marihuana sobre el cerebro no se conoce con claridad. En general, la marihuana produce una sensación de relajación general, una ligera euforia, y distorsiona el sentido del tiempo.
El éxtasis es una droga de diseño de laboratorio (generalmente clandestino) derivada de las anfetaminas, que de acuerdo con su composición, puede tener propiedades alucinógenas.
 Se toma en forma de tabletas, cápsulas o polvo. Sensación de armonía y desinhibición, lo que favorece la empatía. En dosis pequeñas hace que el individuo se sienta alerta, sereno, amistoso y sociable, y disminuye la sensación de fatiga; a lo que se suma una intensa sed y mayor sensibilidad a las percepciones sensoriales.
Sus efectos son: aceleración del ritmo cardíaco  puede provocar deshidratación y calambres musculares. Se altera la percepción del tiempo y la capacidad de concentración y coordinación; induce crisis de ansiedad y ataques de pánico, insomnio, falta de apetito e irritabilidad o, por el contrario, sueño y depresión.

Los depresores se pueden presentar en forma de tabletas o pequeños bloques y en jarabe, calman el dolor; motivo por el que, sobre todo la morfina, se utiliza en medicina como un potente analgésico.
Provoca mirada extraviada, contracción pupilar, euforia y posteriormente una sensación de “desconexión” respecto del dolor y las preocupaciones sociales; relajación y bienestar, y un mayor grado de sociabilidad. Luego, el usuario se vuelve solitario y se desconecta del medio circundante. Paralelamente puede ocasionar náuseas y vómito, sensación de calor, pesadez de los miembros, inactividad similar al estupor y depresión. Desnutrición, sudoración, temblores, infecciones por el uso de jeringas y agujas no esterilizadas, hepatitis, abscesos en hígado, cerebro y pulmones; deterioro personal y social.

Enterados de esto la adicción es una enfermedad compleja de naturaleza bio-psico-social. O sea que las causas de la adicción son múltiples e interaccionan de una manera compleja para producir el desorden adictivo. En el tratamiento de estos desórdenes cada persona al igual que cada una de las drogas  es diferente y muestra distintos  problemas  por lo tanto hay  que individualizar cada caso y realizar un estudio amplio de la historia personal y familiar antes de hacer un diagnóstico.

Por lo tanto vivir con un  adicto es desgastante para sus familiares. Y el  hacer algo para resolver el problema de adicción en el medio familiar significa realizar muchos  cambios, a veces. Si el adicto se somete a un proceso de recuperación adecuado y aprende a trabajar con sus sentimientos  y emociones, va a lograr superar los traumas  y el aprendizaje usual familiar de la negación.

 Recordemos que muchos de los hijos de los adictos de hoy, que repiten el patrón conductual familiar de origen, por lo que considero que cada vez son menores las personas  involucradas en una adicción, se pude identificar a alguna de estas personas por ejemplo:
  •                   Al no hablar de todo lo malo que ve o le molesta, prefiriendo ignorar o evadir el problema.
  •       Cuando no confiar porque aprendieron a desconfiar de una persona que después de beber o consumir sigue con el mismo pensamiento. Así les cuesta expresar sus sentimientos  más puros de amor y afecto.
  •           Y por dificultades para expresar sentimientos en forma positiva debido a su inmadurez emocional.

Como  pasa con otras enfermedades, la adicción al alcohol y otras drogas puede ser detenida, tanto  en sus manifestaciones clínicas y físicas, como en el nivel de comportamiento  personal y emocional, el adicto puede rehabilitarse mediante un proceso que culmina con la detención del consumo y progresión de la enfermedad, como también  la variación en cuanto  a los patrones  de comportamientos, sentimientos  y emociones. Esto quiere decir que  al entrar en un proceso de rehabilitación, la persona debe cambiar y actuar  entonces como cualquier otra, asumiendo deberes y responsabilidades y roles que  abandonó, o que le fueron arrebatados.

El proceso de inicio  de rehabilitación es difícil para cualquier persona  en la adicción al alcohol y otras drogas, y re quiere de un nuevo proyecto de vida alejado al consumo, el cambio de comportamiento personal, el manejo de sentimientos y emociones adecuado y la reorganización  del sistema familiar. Una de las primeras acciones que debe asumir el enfermo es dejar de consumir cualquier tipo de droga es decir mantenerse en la  abstinencia.

El deseo de dejar de consumir  drogas, más  un  largo proceso de rehabilitación personal, la integración a su entorno  familiar y  lograr y mantenerse en  sobriedad mediante algún  programa de rehabilitación  ( Narcóticos anónimos, o Alcohólicos anónimos) y de consejería profesional constituyen componentes  básicos para poder rehabilitar  a una persona que en tiempo pasados dependió de la droga para vivir.
En el  proceso de rehabilitación  de una persona  adicta, los familiares son de gran ayuda. La mayoría son codependientes que deben entrar en un  tratamiento  para resolver su comportamiento adictivo, y también mediante el apoyo de grupos de auto-ayuda de doce pasos para familiares.  Esa es una excelente ayuda que se le puede dar a un adicto en proceso de recuperación. También, puede ser  recomendable para  el adicto que no ha llegado a aceptar su enfermedad y disponerse a tratamiento, que los familiares asistan a algún programa familiar de auto auto-ayuda que les permita romper con la negación y de la codependencia. Y así esto en un  futuro,  facilitaría provocar una crisis en el adicto misma que lo llevara a tocar fondo y, seguidamente, quebrar el mecanismo de negación que él utiliza como una capa  protectora que  obstaculiza  su proceso de recuperación.

Un aspecto principal de cualquier tratamiento  para un   adicto, es considerar los rasgos de personalidad, que sabemos que son múltiples, pero que presentan comportamientos  comunes. En esta fase de la rehabilitación, el adicto y sus familiares deben tener  la posibilidad de reconocerse a sí mismos, exteriorizar  todos sus sentimientos  y emociones positivas y negativas sobre él, los otros  y sobre las cosas en general.

Se debe tener en cuenta  que debido a las características  de la enfermedad, la presencia segura  de la negación está a la orden del día, y surge  como el primer gran obstáculo para involucrarse  en un  programa de tratamiento  de rehabilitación institucional o en un grupo de autoayuda .En la  esta fase peligrosa de esta enfermedad tan dañina , sucede  el inicio de un proceso de rehabilitación o abstinencia, el mecanismo inmediato por valorar es la negación, lo cual implica realizar un auto examen de sus características  como hijo de la negación que es quien ha tenido un padre con alguna adicción y ahora él se niega a aceptar que él también es un adicto .

 Es necesario romper  el esquema conductual enfermizo de la negación que durante toda su vida utilizó el adicto solo así es posible que la persona admita su impotencia y se rinda frente a la enfermedad, para dar paso a una  nuevo proyecto de vida, basado en un intento de vida nueva y mejorada para vivir libre de una adicción y un buen entorno familiar.

Factores biológicos, genéticos, psicológicos y de personalidad, socio-culturales y familiares se unen y tiene  una interacción produciendo primero la predisposición y luego con la exposición al factor desencadenante, que podría ser: sustancias que dañen el organismo, juego, sexo, relaciones, comida, etc.; se evoluciona hacia la consolidación del proceso llamado adicción.

Los factores de personalidad juegan un rol en el desarrollo de la adicción teniendo en cuenta que algunas características de la personalidad, tales como la poca tolerancia a la frustración y la dificultad para lidiar con los sentimientos propios, estos son factores que facilitan la aparición del desorden adictivo; ningún estudio ha podido ser conclusivo en la existencia de una "personalidad adictiva".
 No  se pretende hacer   pensar que toda persona que vive en familias con adictos inevitablemente debe llegar a enfermarse emocionalmente en tan alto grado. El daño que sufre la familia con un adicto depende de muchos factores, entre los cuales se  puede  mencionar los siguientes:
  •    Del tipo de adicción que el adicto desarrolla.
  •    De la edad, sexo, y papel que desempeña el adicto en ella.
  •    No causa el mismo efecto que el padre sea el adicto a que lo sea un hermano.
  •         También depende de la edad, sexo y papel de cada miembro de la familia en relación con el adicto.

 Como ejemplo la relación entre una madre drogadicta y su hijo de cuatro años; el daño que va a sufrir esa niña es mayor que el de un jovencito de diez y ocho  años que tiene un hermano adicto de treinta años.
  •  De la duración de la  adicción activa.

Por ejemplo  si una madre se hace adicta a los calmantes a los 65 años, el daño ocasionado a su familia no es el mismo que si esto hubiera ocurrido cuando sus hijos eran muy niños por el tiempo corto que está de por medio.
  •   Depende del patrón de la adicción.

Es decir si el consumo del adicto es diario, semanal o mensual. Si las pérdidas de control no son frecuentes para el adicto, el daño no es tan grave como si esto ocurriera todos los días.
  • De igual forma depende del grado de estabilidad en que se pueda mantener en el ambiente familiar del adicto.
  •  También depende de la existencia de otros problemas en la familia además del de la adicción
  • Porque este asunto pude aturdir aún más  si existen demasiados    problemas en el entorno de la vida familiar.
  •   Depende del grado de violencia y abuso en la familia si este existiera.
  •   Hasta qué grado los miembros de la familia deben dejar a un lado su  personalidad e intereses, para ponerse una máscara y jugar un papel falso en la familia y con la sociedad en general y así originar un mejor ambiente.
  • Depende del grado de recuperación de la familia del adicto ya que  es necesaria para poder sanar de manera integral todo el daño producido por la adicción en el sistema familiar.

Uno de los aspectos más importantes en el proceso de rehabilitación del adicto es la intervención que debe realizarse con el grupo familiar. Es de importancia  señalar que la familia del adicto se ve afectada seriamente durante todo el período en que se fue desarrollando la adicción.

El codependiente  es en este caso pude ser el familiar esta tan obsesionado con ayudar a su adicto, que necesita apoyo para poder enfocarse en sí mismo y comenzar su proceso de recuperación. Y así  pronto será evidente para el codependiente, que sólo puede ayudar, si él mismo está en recuperación, pues esta enfermedad afecta a toda la familia, no solo al adicto.

Esta codependencia se caracteriza por un sentido de urgencia por el control de la conducta de otros, principalmente  hacia el adicto. Por esto una de las primeras metas a trabajar en la recuperación de la familia, es el desarrollo del desprendimiento emocional. Este desprendimiento se hace a través del cambio de formas de pensar y de actuar que vienen con la recuperación. Y así este individuo se desprende de su obsesión por el control de los patrones de conducta, que le causan dolor.

El dejar esta codependencia no significará un desentendimiento, sino más bien algo más razonable para enfrentar el problema de la adicción. Nadie que este enganchado en una dinámica de codependencia, puede ayudar a un adicto a recuperarse. La adicción daña las relaciones familiares, haciendo muy difícil la expresión del amor sano. Este desprendimiento emocional habilita al codependiente para poder ejercer y brindar el amor que el siente por el adicto. A la misma vez que le permite establecer límites sanos con claridad y firmeza sin desentenderse.

El educar nuevamente a una  familia en el proceso de rehabilitación de los trastornos adictivos debe dirigirse principalmente a identificar alteraciones que derivan en importantes aspectos de disfuncionalidad.

Un  problema  serio que deben enfrentar son las  frecuentes manipulaciones que reciben por parte del adicto, porque en cierta forma cada miembro de la familia es manipulado por el adicto, en ocasiones por  pensar que el padre o la madre es quien tiene la culpa se dejan manipular o que necesita el adicto con extremidad ingerir su droga y se distorsionan los sentimientos del grupo generándose en algunos sobre-protección  rabia, angustia, temor todo lo cual favorece en uno o varios miembros del grupo del fenómeno de la codependencia.

Es preciso remarcar que una  familia organizada y bajo la guía de un profesional entrenado, puede convertirse en una herramienta de intervención muy valiosa para romper la negación del adicto, es necesario para poder iniciar ese proceso que los miembros estén dispuestos a iniciar y mantener su propia recuperación personal como codependientes del adicto.

Es común que después de que un adicto entra en un centro de rehabilitación y es visitado por la familia se mencionen frases como: “Me tratan mal”, “No me dan comida”, “Me piden hacer aseo y cocinar”, “Me roban las cosas”, “Yo no estoy tan enfermo como para quedarme”, “Ya es suficiente, aprendí la lección”, “Pierdo el tiempo”.
Todos  familiares deben estar alertas a  identificar diferentes formas y situaciones de manipulación a las que estaban sometidos por los consumidores, ya que no deben caer en ellas, si en verdad quieren ayudarlo esto incluye a la manipulación que se genera en el período de adicción previo al ingreso al tratamiento.

Este cambio de actitud es que la persona adicta enfrente las consecuencias de sus actos y perciba que no tiene la opción de seguir manipulando a la familia y así poder tener un cambio en el.

Es asombroso ver cómo el adicto controla a su familia, principalmente al cónyuge y a la madre, quienes lloran, gritan, se quejan, alegan, ruegan, amenazan o dejan de hablarle; pero también disimulan, lo protegen y lo defienden de todas las consecuencias de su adicción.

Los familiares tienen que aprender a defenderse contra las armas que utilizan los dependientes, pues de lo contrario se convertirán en esclavos virtuales de la enfermedad, produciéndose a sí mismos una enfermedad mental o emocional que puede llegar a ser considerable.

El primer recurso del adicto es hacer perder la paciencia o provocar ira, pues quien se enfurece o se muestra hostil se vuelve incapaz de ayudarle. Así, consciente o inconscientemente, el adicto vuelca sobre otra persona el odio que siente contra sí mismo, y el que se enoja con él le sirve de excusa para reincidir.

La segunda arma es su facultad para provocar ansiedad, haciendo que la familia se sienta obligada a hacer por él lo que sólo él debe hacer por sí mismo. Los familiares empiezan a resolver los problemas que él crea; si extiende un cheque sin fondos, terminan por pagarlo; si no mantiene a su familia, ellos se encargarán del sustento; si choca, ellos pagarán los daños y perjuicios, y así sucesivamente.

Con esto, el adicto no se responsabiliza y sigue cometiendo errores; no obstante, se siente culpable y resentido, continúa negando que es fármaco dependiente o alcohólico, y la familia lo rechaza cada vez más por los problemas que causa. Por tanto, los familiares necesitan aprender a afrontar la ira y la ansiedad que les provoca el adicto, y para ello generalmente necesitarán de la ayuda de especialistas o de grupos de apoyo.
El amor no se maneja a menudo de forma adecuada; la compasión (sentir o sufrir con alguien) lleva a los familiares a tolerar las injusticias del adicto, quien logra anestesiar el sufrimiento, la tensión y el resentimiento mientras está bajo el efecto de la sustancia, para después postrarse, pedir perdón y prometer que eso no volverá a suceder, o evitar hablar del asunto; de cualquier manera, quienes pagan las consecuencias son los familiares. El gran error consiste en pensar que amar es solapar, reemplazar al otro o responsabilizarse por él.

El verdadero amor no se hace cómplice de los errores; tiene que ayudar a crecer y madurar. En el caso de los adictos, sólo se conseguirán llegando al fondo de su problema y responsabilizándose de él.

El amor se va destruyendo gradualmente y se reemplaza por el temor, el resentimiento y el odio. La manera de evitar esto es controlar el sufrimiento del adicto cuando beba y negar a hacerse cargo de las consecuencias de sus actos.

Hay muchos casos en los que las personas parecen darle sentido y valor a su vida a través del sufrimiento y el adicto les proporciona esos motivos de dolor. Otros necesitan tener alguien a quien corregir y castigar, a quien controlar y dominar, a quien proteger. Hay que asegurarse de que no exista una situación así, y si se presenta, buscar ayuda especializada para corregirla.

En la mayoría de los casos es necesario un cambio de actitud en la familia antes de esperar un posible cambio favorable en el adicto, porque hay una mutua influencia entre éste y sus allegados. Es imposible no hacer nada, pero hay que distinguir entre las acciones que influyen positivamente y las que agravan el problema.

El adicto no buscará ayuda para su recuperación mientras todas las necesidades y las consecuencias de su enfermedad sean atendidas en la familia.
La familia intenta alejar al adicto a la sustancia, lo cual sólo es posible por medio de internamientos en un hospital o de la reclusión; pero aun así los adictos consiguen drogas o bebidas, y al salir vuelven a las andadas cuando paradójicamente, se espera que hayan sanado.

Es mucho más eficaz motivarlo para que intente dejar su adicción y acepte ayuda en el esfuerzo para conseguirlo, permitiendo que su adicción y todas sus consecuencias lleguen a ser tan penosas que acepte su problema y quiera solucionarlo, y dándole cariño y comprensión en sus etapas de sobriedad.

Todo esto es difícil e implica sufrimiento: ver cómo se degrada el adicto, enfrentarse al bochorno social, e incluso a las recriminaciones de quienes no conocen la mecánica de las adicciones y acusan a los familiares de crueldad o de no hacer nada para ayudarlo.
Pero así como hay características para los que pueden caer en una adicción hay para los que no, y la familia influye mucho para una persona al ser o no adicto y seguir o no en ellos hay ciertas características de las familias de adolescentes poco expuestos a las adicciones para identificarlos igualmente:
  •         Estos  niños gozan de una gran libertad y asumen responsabilidades, saben lo que sus padres esperan de ellos y tienen confianza en ellos y en sus ideas, lo que les permite resistir con firmeza a las presiones negativas de sus compañeros.
  •   Los lazos familiares son  fuertes y afectuosos.
  •   Las relaciones amistosas o familiares  son cordiales y serenas
  •      El padre ejerce la autoridad con moderación, firmeza y buen humor, pero sobre todo una buena comunicación.
  •     Tienen dominio de sí mismo y tienen aptitudes para resolver los problemas sin recurrir a las evasiones o a las drogas.
  •      Padres e hijos son tolerantes con los demás y capaces de vivir en armonía. 

La mejor defensa de la familia contra el impacto emocional de la adicción de uno de sus miembros es aceptar la enfermedad, adquirir conocimientos sobre ella y hacerse de la madurez y el valor necesarios para lograr realizar todo esto. Cuanto más se disimulen las emociones, más difícil será lograr un proceso de rehabilitación eficaz, porque muchas veces la influencia recíproca es destructiva, no constructiva. 

Los familiares cercanos del adicto necesitan ayuda. Quienes resultan más afectados son: el cónyuge, los hijos, los padres y los hermanos. Ellos no son los responsables del fármaco dependencia ni pueden darle al adicto un tratamiento rehabilitador, pero, a medida que avanza el problema, se ven comprometidos emocionalmente y empiezan a actuar como facilitadores, siendo entonces lo más indicado que ellos busquen ayuda y sigan un tratamiento para resolver sus propios problemas.

Los errores que entonces se cometen son casi increíbles y a menudo dificultan la recuperación del dependiente, aun cuando no sea ésta la intención.

Para ayudar  la mejor forma es terminar con la ignorancia, situarse en la realidad y poner en práctica lo que se aprendió este problema de los adictos radica única y exclusivamente en su persona su rehabilitación sólo puede lograrse con la abstinencia total. Por eso, es al adicto a quien le corresponde decidirse, por su propia voluntad, a tomar las medidas y decisiones necesarias, eso sí es posible lograrlo.

En cuanto a la familia para ayudar al adicto deben empezar por ayudarse a sí mismos. La recuperación de las adicciones comprende la recuperación emocional de todos los miembros de la familia, que deben madurar antes, durante y después del tratamiento. Y así poder tener un mejor entorno y ambiente familiar que el adicto ofrecerá y la familia también.

                              CONCLUSIÓN

Concluyo diciendo que la familia, es el elemento natural, universal y fundamental de la sociedad pero para que un adicto valore  a sus seres queridos necesita reconocer su adicción y el daño que se hace y les hace a los miembros de  su familia, porque ese es el primer paso para que el alcohólico o drogadicto  pueda recuperarse y vivir una nueva vida, con una mejor calidad de vida , esto se pude lograr si van mano a mano la familia con el adicto y tienen una buena comunicación ,pero sobre todo que  ambos quieran cambiar la forma de vida que están teniendo, la familia tiene derecho y necesidad de recuperase de cada chantaje o preocupación que le ha hecho sentir el adicto y comenzando con ellos debemos empezar ya que al recuperase ellos, podrán ayudar a su ser querido. Estas personas pueden recibir apoyo de grupos como alcohólicos anónimos, narcóticos anónimos o psicólogos para así juntos  comenzar tener una mejor vida fuera de las adicciones.

                                       ANEXOS
















                                               BIBLIOGRAFÍA

    Luis Alberto Valverde Obando
    José Francisco Pochet Coronado

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