Causas escolares del suicidio en los adolescentes
Enna Elizabeth Camargo Gutiérrez
1º Semestre “A”
Literatura
Universidad Autónoma de Campeche
El suicidio es un problema muy grande de salud pública en
todo el mundo, pero en los últimos años ha ido incrementando. Esto se ve sobre
todo reflejado en los adolescentes y niños, pues la edad de inferencia en estos
casos va al a baja, es decir que cada vez la edad en la que una persona comete
suicidio empieza de manera más temprana, esto se puede ver reflejado claramente
en los llamados suicidios infantiles.
A una edad tan temprana hay que recordar que la mayor
parte del tiempo del desarrollo de una adolescente se da durante un horario
escolar, donde también lleva a cabo la mayoría de su vida social. Todo está
entonces, ligado de una u otra manera a la escuela. De aquí viene entonces un
tema muy importante y preocupante pues el suicido de una persona de tan
temprana edad se vería altamente influencia por sus experiencias vividas en el
seno escolar.
Hay que recordar que si bien la influencia recibida en
cas es muy importante, la escuela y el trato que se tiene con los alumnos es un
detonante para la decisión de un adolescente de llevar a cabo un acto de
suicidio.
Según
estadísticas y estudios, está comprobado que cada segundo un ser humano trata
de suicidarse en algún país del mundo. Y cada 40 segundos, una persona con este
cometido cumple su propósito.
Casi
un millón de personas se quitan la vida en todo el año, aún muchas más personas
mueren cada año debido al suicidio que a la suma total de homicidios y guerras
en todo el mundo.
El
suicidio es la cuarta causa de muerte en México en adultos. La tasa anual de
suicidios consumados en el año es del 5.7 por ciento y de no tomarse las
necesarias medidas preventivas, para el año 2020 las cifras aumentaran
solamente en este sector de la población de una manera en extremo alarmante, y
todavía se tiene que considerar a los jóvenes y niños que serían más grandes
sus cifras.
Pese
a las discrepancias y deficiencias de las diversas fuentes de información, al
igual que el registro de las estadísticas oficiales, se ha identificado al
grupo poblacional de 15 a 24 años residentes de zonas urbanas como el de mayor
riesgo sucedido llegando a ser en este sector la segunda causa de muerte por
suicidio, superando a homicidios. Este es tan solo un breve panorama general de
la situación actual del suicidio.
Un
dato muy curioso fue que los suicidios que llegaron a llevarse a cabo de manera
exitosa eran de personas económicamente
activas, contrario a lo que se puede pensar que es debido a que la falta de
trabajo e ingresos fuese ser un factor precipitante.
En
19 entidades federativas predominó la proporción de los suicidas que tenían
como residencia habitual un área urbana y en las 13 restantes un área rural.
La
Organización Mundial de la Salud (OMS) ha señalado que el país de México es el
cuarto país con más suicidios registrados de América Latina solamente debajo de
países como Argentina, Venezuela y Brasil quienes encabezan los primeros
lugares de la lista.
Este
preocupante fenómeno está considerado como la segunda causa de muerte entre los
jóvenes mexicanos después de los accidentes automovilísticos. De este fenómeno
aproximadamente 3200 suicidios que ocurren cada año son personas de entre 11 y
20 años.
Los suicidios se han convertido en un problema de salud pública en
México, de acuerdo con las estadísticas de mortalidad, durante 2011 en el país
se registraron 5 mil 718 suicidios de los cuales 80.8% fueron consumados por
hombres y 19.2% correspondió a mujeres, lo que significa que ocurren cuatro
suicidios de hombres por cada suicidio de una mujer. En lo que se refiere a su
evolución, es posible advertir que la tasa de suicidios presenta una tendencia
creciente, pues de 1990 a 2011 para la población en general la tasa se duplicó
al pasar de 2.2 a 4.9 suicidios por cada 100 mil habitantes. Por sexo, en 2011 la
tasa de mortalidad de esta causa fue de 8.2 por cada 100 mil hombres y de 1.9
suicidios por cada 100 mil mujeres (Yáñez
de la Cruz, 2012)
Es
muy importante el considerar que los suicidios en adolescentes son mucho más
frecuentes en zonas urbanas.
Datos oficiales revelan que en México la tasa de
suicidas aumentó considerablemente un 50% en lo que va del 2011, por lo que se
clasifico como la segunda causa de muerte. Además de eso, ese mismo año se
registraron 5 mil 718 suicidios, de los cuales 80.8% fueron consumados por hombres y 19.2% por mujeres. El Instituto
Nacional de Estadísticas y Geografía registro en el 2009, 60 suicidios 10 a 14
años; 9 suicidios, 15 a 25 años; 51 suicidios. Mientras que en el 2010 fueron
84 en las mismas edades, por lo que el índice del aumento anual es del 7.69 por
ciento (Águila, 2012)
Con
todos estos datos es obvio remarcar que el país ha estado en un constante
crecimiento en su tasa anual de suicidios, y que esta problemática se ha
llegado a extender tanto que ahora es una delas principales causas de muerte en
México.
Y no
solo el problema del suicidio ha ido en incremento sino que también el rango de
edad en el que se empieza con esta acción se ha disminuido, esto quiere decir
que en estos tiempo la edad para cometer suicidio se ha ido en una dirección
tan alarmante que el fenómeno ya es muy común y se le ha denominado suicidio
infantil. El llamado suicidio infantil es muy peligroso porque, tal como lo
dice su nombre, las personas que lo comenten no han ni siquiera llegado a
alcanzar la edad de la pubertad y mucho menos la adolescencia y la juventud
De
igual manera nos podemos dar cuenta de lo alarmantes que son los hechos porque
en las estadísticas se puede encontrar una evidente mayor tendencia entre los
jóvenes de 12 a 24 años. Además de ser la tercera causa de muerte entre jóvenes
de 15 a 24 años de edad, de acuerdo con Centers for Disease Control and
Prevention (CDC), solamente ubicado después de accidentes y homicidio. Se cree
además que por lo menos 25 intentos se hacen por cada suicidio de un
adolescente.
Este
tipo de problemática no solo se tiene que ver como un global sino como una suma
de factores y el tener los índices de suicidio globales de todo el país se
focalizar en la globalización del problema, hay que recordar que cada estado
tiene índices independientes. Al remitirse a los índices de cada estado es más
fácil darse cuenta de los problemas individuales que tienen.
Dentro
de este alarmante marco de cifras señalar destacadamente que los estados de
Campeche y Yucatán son los que presentan las tasas más altas con 9.5 y 9.3 por
cada 100 mil habitantes, respectivamente, mientras que Guerrero presenta la
tasa más baja con 2.6.
Estos
datos son en concreto muy altos ya que coloca cada vez más personas con un
deceso por causa del suicidio.
Pero
el problema central de esto es el suicidio en jóvenes, pues no parece haber una
causa fundamental para tantas muertes auto infringidas en personas que apenas
han empezado sus años de vida como parte de una sociedad funcional que se tiene
que atener a reglas.
El
enfoque se puede ver desde una perspectiva general que es la que mayormente se
le ha dado pues aun habiendo causas aparentes y que son muy fáciles de
identificar no se ha podido llegar a muchas acciones en concreto para poder
prevenir este grave problema.
Estimaciones
de instituciones de salud en el mundo refieren que en el 90 por ciento de los
casos de suicidio existe al menos algún tipo de trastorno psiquiátrico. Pero el
10 por ciento restante es derivado por problemas familiares u otro tipo de
factores existenciales en los que el afectado no ve otra salida que quitarse la
vida (Camarillo Cortés, 2013).
Por
otro lado hay autores que han tratado de dar una explicación a este tipo de
comportamiento por parte de los jóvenes ahondando en las razones del
comportamiento que ellos como toman, como Seiden (1969), quien dice que los
jóvenes que intentan autolesionarse casi siempre vienen de un sistema
psicosocial alterado, es decir, hay una historia de separaciones y pérdidas
repetidas y de padres con habilidades de afrontamiento inadecuadas que tienen
dificultad en organizar sus propias vidas y no están al tanto de los problemas
de sus hijos. También el joven tiene problemas de conducta y académicos, al
igual que interpersonales.
Los
factores que están comprobados se llega a aumentar en amplia medida el suicidio
son:
·
Los trastornos psicológicos, mayormente la
depresión, el trastorno bipolar y consumo de drogas y alcohol.
·
Sentimientos de angustia, irritabilidad o
agitación
·
Sentimientos de desesperanza y de complejo de
inferioridad que con frecuencia se manifiestan con la depresión
·
Un intento previo de suicidio
·
Antecedentes de depresión o de suicidio en la
familia
·
Abuso emocional, físico o sexual
·
Falta de un grupo de apoyo, malas relaciones
con los padres o sus pares y sentimientos de aislamiento social
·
Hacer frente a bisexualidad u homosexualidad
en una familia o comunidad que no lo apoya o en un ambiente escolar hostil
La
escuela es un factor importante y hasta cierto punto determinante en el
crecimiento, educación y desarrollo social de un niño y adolescente. La etapa
en la que inicia la secundaria es la etapa en la que se empieza el desarrollo
social, más propiamente dicho, dentro de las personas pues se interactuad de
manera más consiente con los compañeros y los vínculos afectivos que se llegan
a formar son cada vez fuertes.
Durante
tanto tiempo que el adolescente pasa en la escuela no es difícil ver que su
comportamiento y decisiones sean influenciados por ella, y que además esas
decisiones estén mayormente basadas en las experiencias vividas dentro de los
planteles educativos.
Dentro
de este concepto es muy fácil ver que la escuela puede ser un factor
determinante a la hora de que un adolescente decida seguir con el acto de
quitarse la vida.
Aún
dentro de todo el ámbito escolar puede haber muy diversos motivos para que un
joven decida cometer suicidio y hay que analizarlos todos.
Gómez
y Hernández (1984), citan a Durkheim (1897) él considera que el suicidio
es un exceso o defecto de la integración social de la persona a la que le
compete; en sus documentos afirma que el suicidio no solo es un problema que se
reduce a la mente individual de algunas personas; sino que éste, es un asunto
que también le compete a las masas y por ende a la sociología, ya que el
suicidio se produce en una sociedad y se origina por muy diversos hechos
sociales externos a los correspondientes individuos suicidas y no pueden ser solamente
reducidos a datos psicológicos.
Con
esto se quiere dar a entender que el suicidio puede aparecer en diferentes
sociedades, contextos, como algo que está como algo que va condicionado a las
diversas clases sociales y por esto, para él y la sociología, la unidad a la
que le compete el análisis es la sociedad y no el individuo el individuo en sí.
Otra
postura totalmente diferente es la que le aqueja al psicoanalismo, en esta se
dice que Freud (1971) afirmo que el “odio hacia el yo se observaba en la
depresión, procedía de una cólera hacia el objeto amado, cólera que la persona
dirigía hacia ella misma. Consideraba el suicidio como la forma externa de este
fenómeno y dudaba de que hubiera un suicidio sin el deseo primitivo reprimido
de matar a alguna otra persona”.
Otros
psicoanalistas a partir que dijo Freud, señalan la naturaleza expiatoria de la
ira dirigida contra sí mismo y su mal encausado propósito adaptativo en el
ser humano de reparación con la esperanza del sujeto de ser perdonado y
reconciliarse con el objeto que es víctima de su frustración.
Autores
como Jousset y Moreau de Tours realizaron diversas clasificaciones sobre el fenómeno del
suicidio. De ellas se podría tomar que la que más ocurre en adolescentes es el
suicidio melancólico que se relaciona con un estado de depresión, de enorme
tristeza, que hace que el enfermo no aprecie seriamente los vínculos que tiene
con las personas y cosas que le rodean; los placeres carecen para él de sentido
y de atractivo, todo lo ve en una luz negativa, la vida le parece dolorida.
Esto remite a la depresión.
Según,
Thomas E. Ellis (2008) hay numerosos caminos que causan los
comportamientos disfuncionales y se requiere de un análisis conductual para
descubrir las variables especificas controladoras para actos suicidas
específicos en los individuos específicos.
Entre
estas variables encontramos:
·
1. El medio ambiente: La persona suicida es
producto de una vulnerabilidad biológica por la no regulación de sus emociones
y ambientes dañinos a los que se le expuso en la infancia. Los eventos del
medio ambiente son la primera causa de una cadena de eventos, que incluyen
pensamientos, emociones y conductas disfuncionales que resultan en acciones
suicidas específicas.
·
2. Eventos adversos: los eventos
estresantes de la vida llevan a emociones saturadas de estrés, depresión y
comportamiento suicida. Muchas de las conductas suicidas están asociadas con el
estatus socioeconómico bajo y altos niveles de perdidas personales, conflictos,
separaciones entre otras.
·
3. Carencia de apoyo social: la falta de
apoyo social se asocia con cuan vulnerable se puede ser a cometer suicidio. El apoyo
emocional durante una crisis es fundamental para los que la padecen, la
asistencia activa para reducir el estrés y sugerencias de posibles alternativas
para resolver los problemas son de gran ayuda para la prevención y tratamiento.
Hay
un gran número de causas diferentes para el suicidio pero generalizando más se
puede encontrar patrones en todas ellas que tienen que ver con las siguientes
situaciones:
·
Depresiones. Enfermedad que conlleva riesgo
de suicidio en el 10% al 30% de los que la padecen, fundamentalmente aquellas
depresiones consideradas graves.
·
Malas relaciones afectivas.
·
La falta de comunicación entre padres e
hijos.
·
Otros factores adversos son la presión a la
que están sometidos los jóvenes ante el constante bombardeo consumista y
competitivo, provocando que se planteen metas a veces inalcanzables que les
impiden disfrutar de una mejor calidad de vida a la que aspiran.
Se
ha encontrado que la mayoría de los estudiantes que tienen ideas suicidas se
ven altamente influenciados por su rendimiento escolar.
La
evaluación que hacen los colegios de sus estudiantes incorpora muchos aspectos
de carácter formal e informal que de una u otra manera llevan a hacer juicios
de valor sobre el desempeño escolar. Este concepto involucra tanto los
resultados académicos como comportamientos y actitudes de los jóvenes.
Es
muy común que los padres y/o madres de familia se vean convocado a juntas
escolares, como procedimiento estándar en los planteles educativos, para
recibir noticias sobre el desempeño educativo y académico de su hijo estas
observaciones suelen acompañar los resultados académicos en las entregas de
informes que los maestros hacen al final de cada período, estos informes son en
esencialmente significativos para ambas partes (Padres e hijos) pues en gran medida
en que los juicios emitidos por medio de estos papeles les hablan a los tutores
de situaciones fundamentales con respecto a sus tutorados.
De
igual manera es común que, en ese tipo de reuniones o juntas, se encuentren con
noticias de una índole que se considera mala
o, más bien, negativa tales como que el involucrado tiene una muy mala y déspota actitud
frente a una profesora o profesor, o que de igual manera se le ve triste, es muy insolente
en su trato, tiene un comportamiento muy hiperactivo, habla demasiado
o nunca participa en las actividades
escolares, es descuidado con sus
deberes o con el uso del uniforme y con su aseo personal, entre muchas otras.
Desde
luego, también están los reportes formales de rendimiento académico que
pretenden ilustrar el avance en los aprendizajes exigidos por el plan de
estudios del colegio. Los reportes académicos indican a los estudiantes y a las
familias el estado actual de aprendizaje, si están aprendiendo o tienen dificultades
en alguna materia, si hacen sus tareas, si participan en las actividades de
clase, entre otras. Todos estos reportes incorporan tanto elementos objetivos
como apreciaciones subjetivas de los maestros. No es extraño que un estudiante
sea considerado excelente por un maestro, mientras otro lo califica de una
forma negativa.
Reprobar
el año escolar tiene un alto significado tanto para los padres como para
los hijos. Los primeros pueden experimentar frustración porque ven defraudadas
sus expectativas sobre el futuro de sus hijos y los ponen de cara a
las posibles dificultades que esta situación puede evidenciar como problemas
de rendimiento o de conducta.
Por
su parte, la mayoría de los niños y jóvenes reaccionan inicialmente
con sentimientos de inconformidad, rabia, tristeza o temor. Para ambos
puede implicar perder las ilusiones, el tiempo de trabajo,
la energía, la inversión económica de los padres y no cumplir
con las metas propuestas.
Aprobar
o reprobar es una decisión difícil en la que deben estar involucrados los
padres y el colegio. El impacto de este
tipo de situación puede ser distinto para cada niño dependiendo de diferentes aspectos principalmente el que tiene que ver
con las diferencias individuales de cada uno de los alumnos.
Es
necesario remarcar que no es esencialmente malo volver a tomar un curso pues
muchos jóvenes se benefician con el hecho de volver a cursar un grado, y
los cambios, aunque parezcan, para el joven y en momentos para el padre, en
extremo negativos pueden reportar, de igual manera, resultados positivos.
Sin
embargo, para otros la correlación es negativa pues en ella se tiene de una
experiencia como se es el volver a cursar un año y que resulta afectando su
confianza y además de que puede llegar a experimentarse como una fuerte
sensación de fracaso lo que se traduciría muy seguramente en un menor
desempeño por parte del alumno en el siguiente curso que está destinado a
retomar, este es el punto en el cual es peligroso emitir estos juicios por
parte de un docente o padre de familia.
El
docente tiene una tarea por nombre, en extremo difícil e importante por tener
la tarea de buscar ser el más imparcial posible cuando se trate de juzgar sobre
el desempeño y conducta del alumno
El padre
de familia de igual manera tiene una amplia responsabilidad al momento de tener
conocimiento sobre el estado de su hijo, pues su forma de comportarse hacia él
es una manera que va a ser en extremo decisiva y fundamental para la forma en
la que el joven afrontará la situación.
Para
los niños pequeños la mayoría de las veces esta decisión resulta beneficiosa,
ya que la inmadurez es el motivo más frecuente por el cual no
alcanzan los objetivos curriculares. El asunto, en este caso,
es cuestión de tiempo y "quedarse repitiendo" es ganar
en autoestima, confianza y seguridad en sí mismo. Cuando esta
situación se torna en adolescentes el cuadro es un poco más difícil porque
las relaciones sociales están más estructuradas y no avanzar al año
siguiente implica el alejamiento de su grupo de amigos que en ese
momento es un referente de gran influencia. Sin embargo, algunas veces ellos
mismos son conscientes que avanzar con ‘lagunas’ puede acarrearles
más problemas en los años siguientes, aunque esto suceda en muy poca medida
entre los adolescentes.
De
cualquier manera, lo más importante es evaluar de una forma precisa la situación particular con el
propósito de comprender los factores que influyen en el aprendizaje exitoso del
joven estudiante.
Perder
el año al repetir un curso no tiene que ser una tragedia familiar de
proporciones estratosféricas pero tampoco es un asunto que deba tomarse a la
ligera y con una visión divertida y despreocupada por todo lo que acarreará en
el futuro para el joven que ha caído en ella.
El suicidio
infantil y juvenil ha venido creciendo en el país y una de las causas es
la pérdida del año escolar. Esto aunque se pueda ver como algo exagerado
es en extremo verdad pues por esa época del año suelen llegar casos de intentos
de suicidio por parte de adolescentes asustados, y hasta niños con edades
muy pequeñas, con relación a como
reaccionaran sus padres frente a sus resultados académicos que ellos han tenido
y que los han orillado a repetir un curso que ya habían tenido.
Está
demostrado que perder el año afecta el desarrollo futuro de un estudiante, esto
es porque altera su proyecto de vida y lo relega dentro del sistema
educativo ya que esta situación lo hace quedar como un tonto frente a todos los compañeros que si han llegado a avanzar a
otra etapa de su vida mediante el curso escolar.
No
hay que olvidar que estos no son solo los únicos motivos de las causas
principales del suicidio en México pues
el bullying que abarca gran parte de las causas escolares de este tipo
de deceso por parte de los adolescentes.
El bullying comenzó a ser motivo de investigación
aproximadamente en los años 70 del siglo pasado en Europa, al verse registrados
casos de suicidios de jóvenes estudiantes. Fue el psicólogo Dan Olweos quien
por primera vez utilizó el término bullyin (intimidación), para referirse al
maltrato del que son víctimas estudiantes en el contexto escolar y tiene que
ver con maltrato, aislamiento, amenazas, insulto o hasta agresión física en
contra de una o muchas víctimas.
En
el mundo cada año un millón 100 mil personas se quitan la vida por diferentes
razones, entre ellas enfermedades, adicciones, problemas familiares, crisis
económica y depresión, entre otros. Reportes de la Organización Mundial de la
Salud (OMS) y otras organizaciones internacionales como el Fondo de las
Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), la Comisión Económica para América
Latina y el Caribe (CEPAL), la Organización para la Cooperación y Desarrollo
Económicos (OCDE) y la Unión Europea (UE), han externado su temor por el
incremento en el número de niños y jóvenes que se quitaron la vida en el 2012,
al quedar registrados al menos 600 mil decesos, de los cuales la mitad están
relacionados con casos de bullying, por lo que consideran que de continuar a la
alza esta tendencia, para el año 2025 la pérdida de vidas por este motivo
rebasaría los 850 mil decesos, muy por arriba de fallecimientos por conflictos
bélicos, rosando niveles epidémicos (Camarillo
Cortés, 2013).
Estadísticas nacionales el suicidio por bullying ha ido en
aumento, aunque señaló que este tipo de hostigamiento siempre ha existido en
las escuelas, pero actualmente se ha intensificado y ha tenido un gran impacto
en los adolescentes de 12 años que han llegado a tener ideas suicidas.
América
Latina es la región más violenta del mundo y también el área donde los
estudiantes padecen más bullying o acoso escolar, con un 70% de casos, según la
organización Plan Internacional. Sobre este
asunto, la representante del Unicef para América Latina, Una McCauley, refirió
que el acoso escolar afecta tanto a la víctima directa como a los testigos,
profesores y todo el sistema de aprendizaje.
De
acuerdo con estudios de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo
Económicos (OCDE), México ocupa el primer lugar internacional en casos de
bullying entre estudiantes de secundaria. Según el organismo, el número de
casos de acoso o bullying en el país ha aumentado y afecta a 40% de los 18
millones 781 mil 875 alumnos de primaria y secundaria, en instituciones
educativas públicas y privadas.
En
2009 el saldo de suicidios que dejó el bullying fue de 190 suicidios
adolescentes, de acuerdo con la dirección general de la Prevención del Delito
de la PGR presentada por Francisco Castillo en las discusiones sobre el
bullying. Este tipo de agresión se presenta un 8.8% en niños de escuela
primaria, 5.6% en alumnos de secundaria.
Aunque en el presente está comprobado que muchos casos de
suicidio están altamente conectados el con acoso y maltrato escolar,
estadísticas gubernamentales en varios países del mundo intentan de hacer más
pequeño el problema y separar estos casos haciéndolos pasar como hechos
aislados que vienen de problemas
familiares o por cambios de hábitos.
Cifras de la OMS y confirmadas por Naciones Unidas señalan
que cada año se suicidan en el mundo alrededor de 600 mil adolescentes entre
los 14 y 28 años, cifra en la que por lo menos la mitad tiene alguna relación
con bullying, siendo los países europeos lo más golpeados por este fenómeno al
contabilizar alrededor de 200 mil suicidios por año, mientras que en países de
América Latina la cifra de decesos no rebasa por ahora los 85 mil (Camarillo Cortés, 2013).
Las diferentes formas de acoso pueden ir desde las más
sutiles como bromas pesadas, apodos denigrantes, amenazas, tirar, romper, robar
cosas, hasta golpes o el aislamiento total de un grupo.
Ese tipo de situaciones puede llevar a la persona a un cuadro de trastorno de ansiedad que se verá
como en un corto plazo suele derivar en
depresión. Esto tiene muchísimas consecuencias para las persona de cualquier
edad y por consiguiente muchas más para todo chico. Y el peor de los efectos es
el suicidio. Esto hay que tenerlo muy presente porque la segunda causa de
muerte en adolescentes es el suicidio y la primera causa de suicidio es el
bullying.
También tienen más tendencia al consumo de sustancias, a la
depresión, a trastornos de ansiedad, a obesidad y a la victimización. En el
hostigador también hay factores de riesgo: se ve una mayor frecuencia de casos
de violencia familiar. Nunca es lineal, sino que son factores de riesgo. Pero
es importante que se vea que el hostigador también tiene un problema.
“El
fenómeno de conducta agresiva y
hostigamiento escolar, conocido como bullying también se da por Facebook, Twitter, Whatsap (conocido en este ámbito como cyber bullying) y otros medios de
comunicación social que emplean los adolescentes”, explica Freddy Vásquez, jefe del Programa de
Prevención de Suicidios del Instituto Nacional de Salud Mental Honorio
Delgado-Hideyo Noguchi.
En suma al tema, el Director de Salud Mental del
Minsa, Carlos Bomley Coloma,
sostuvo que hay ciertas características
que ayudan a identificar a un potencial suicida, dependiendo de la edad
de la persona. El especialista señala que si se trata de un adolescente, se
debe observar si cambia su rutina, se
aleja de los amigos o de la familia, o si se encierra en su cuarto, disminuye su rendimiento
académico o quizá si empieza a
comer y dormir menos, e incluso si se vuelve poco tolerante y hasta
violento.
Hay que recordar entonces que el bullying existe en
muchas formas y que será una de las principales causas de suicidio en los
adolescentes. Pero pese a esto no hay que olvidarse de que hay que estar
atentos a las muchas otras causas, tanto las psicológicas como las sociológicas
que atienden a los jóvenes en las escuelas.
El
suicidio por causas en el ámbito escolar es algo muy común pero a la vez muy
serio y preocupante pues se ha vuelto algo tan normal que lo alarmante de lo
que en realidad significa queda en segundo plano.
No
tiene que ser necesariamente bullying pero aun así es detectable que muchas de
las razones recaen principalmente en él.
Hay
que revisar muy bien todos los factores y poder detectarlo en algún menor para
poder prevenir todas estas conductas.
Sin
embargo esto no es suficiente pues es necesario tomar acciones desde la
educacación de los adolescentes para poder lidiar con este tipo de situaciones
en todos los niveles y desde todos los aspectos.
Es
cierto que la adolescencia es una edad difícil, y que muchas de estas causas
pueden recaer en la confusión que se deriva debido a los grandes cambios que se
tienen en esa etapa, pero esto aun así no es suficiente para poder tomarlo como
explicación a todo este gran fenómeno.
Hay que ser
individuos conscientes y hay que educar los adolescentes para que en un futuro
lo sean, y que al mismo tiempo se vean capaces de llevar a cabo grandes
decisiones, además de poder afrontar los problemas que más adelante se les
plantee en su paso por la vida.
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